Viaje a la Sevilla de Roberts y Villaamil
cambió en 1833 la historia de la pintura española, como ilustra una muestra de la Real Academia de San Fernando
varios cientos de vistas de paisajes y monumentos españoles –castillos, catedrales, conventos, palacios–, a menudo incluyendo toques de vida local, y construyeron una imagen romántica de España que todavía tiñe la percepción que se tiene de ella. Ya hace mucho que los historiadores habían señalado la inf luencia del escocés sobre el gallego, pero nunca hasta ahora se había estudiado con tanto detalle. Y esa relación arranca precisamente en Sevilla en el verano de 1833, con el primer encuentro entre ambos.
En su amistad fue decisivo Mr. Brackenbury, el cónsul británico en Cádiz, que sirvió de intermediario entre los dos, como refleja su correspondencia, prestada por la National Library of Scotland. “Villaamil, que entonces tenía 26 años, había vuelto a Cádiz tras una larga estancia en Puerto Rico y aspiraba a consolidarse como paisajista (un género poco desarrollado
Una procesión en Covadonga, pintado para Isabel II; son cuadros donde desafía los estereotipos promovidos por su amigo, en lo que puede entenderse como
La abadía de Downside presta las excelentes vistas de la Giralda y la catedral del escocés
un nacionalismo cultural”, reflexiona Hopkins.
Gracias a los esfuerzos del CEEH la exposición cuenta con préstamos muy importantes, como los dos cuadros ya citados procedentes de la abadía de Downside que Roberts pintó in situ en 1833: Interior de la catedral de Sevilla durante la ceremonia del Corpus Christi y La Torre árabe en Sevilla, llamada la Giralda. “Estas obras causaron sensación en Sevilla, y tuvieron un rotundo éxito cuando se expusieron en Londres, en parte por su tema novedoso y romántico para el público. Estos dos cuadros son hitos en la historia de la imagen visual de España, y deberían estar en un museo español. Fueron una gran inspiración para Villaamil que incluso copió el Interior de la catedral…, y también pintó varias vistas parecidas de la Giralda y diversas procesiones que hemos podido mostrar en Madrid gracias a los coleccionistas privados”, prosigue Hopkins.
La España romántica incluye más de 140 piezas, desde acuarelas, bocetos y grandes óleos a cartas manuscritas, documentos,di