HOMBRE DEL RENACIMIENTO, COMO SUS PLAZAS
En el perfil de Twitter de Pedro Mena figuran algunas de las materias que interesan a este arquitecto, además de su desempeño principal. “Historia, Lingüística, Arte, Diseño”, reza en la biografía de este joven sevillano, una suerte de hombre del Renacimiento. Quizás por eso ha dedicado su tesis doctoral –que leyó en septiembre de 2021– al análisis de las plazas como espacio público, un concepto que tiene su origen, precisamente, en el salto de la Edad Media a la Edad Moderna. es muy feliz. El trabajo está muy mal pagado para la responsabilidad tan grande y el desempeño que conlleva. Y en esto tienen mucho que ver los excesos burocráticos. La documentación que requiere un proyecto está pensada como si siempre fueras a proyectar un hospital aunque estés haciendo una vivienda unifamiliar.
–¿Qué hay de cierto en el tópico del arquitecto estrella?
–La carrera está orientada a que acabes teniendo tu estudio y acabes tomando decisiones de diseño. Eso está bien, pero ese no es el trabajo del 75% u 80% de los arquitectos, que acaban integrados en una gran empresa o dedicándose al diseño, las promociones de obra, o trabajar en constructoras. Ahí no hace falta ese prurito de diseñador. Los arquitectos, en general, no nos creemos artistas, aunque la gente que tiene un estudio tiene que vender que puede darte algo que el mercado no te da. Eso a veces genera problemas como esa arquitectura moderna-mal que vende apariencia de modernidad. La carrera te ayuda a relativizar a todo el mundo, a no condenar a los arquitectos estrella. Le Corbusier, el arquitecto más
del mundo, tiene cosas interesantísimas. Y Calatrava igual, sobre todo en sus primeros proyectos. De prácticamente todos puedes quedarte con algo.
–Como contraparte del arquitecto estrella, está el arquitecto divulgador.
–Hace tiempo que se buscaba un canal de comunicación con la sociedad. Es importantísimo para que no parezcamos diletantes o artistas locos. Los arquitectos estrella han hecho mucho daño. Frank Gehry haciendo un garabato de un proyecto en una mesa. Eso no es la arquitectura y nadie trabaja así en el mundo, salvo él, que ha engañado a mucha gente.