Europa Sur

El conjunto grana, que no ha ganado fuera, no tiene ni a Ribelles ni a Buyla

- R.A.

El Nàstic de Tarragona viajó ayer, vía aeropuerto de Málaga, hasta Sotogrande (San Roque) donde pernoctó, con un solo objetivo: lograr hoy en La Línea frente a la Real Balompédic­a su primera victoria como visitante de la temporada. Los grana llegan con tres bajas (una de larga duración) y con dos dudas en el once.

El conjunto catalán es el peor viajero del grupo II de la Primera RFEF. Ha sumado cuatro empates y cinco derrotas en nueve desplazami­entos. Ha anotado dos goles fuera de casa (el que menos de toda la categoría) y ha recibido nueve. Por el contrario, el Nàstic es, junto al Villarreal, el equipo menos batido del grupo.

El Nàstic se ha reforzado en este mercado de invierno con dos jugadores que además es más que probable que estén en el once inicial: el centrocamp­ista Elías Pérez (ex de la Balona), que llegó del Extremadur­a, y el centrodela­ntero Dani Romera, cedido por la Ponferradi­na.

Por el contrario han salido Fullana (UCAM), Pol Ballestero­s (Badalona) y Óscar Sanz (Ebro).

De cara al encuentro en el Municipal son bajas el casi insustitui­ble Javier Ribelles, Jannick Buyla (en la Copa de África con Guinea Ecuatorial) y Edgar Hernández, lesionado de larga duración.

La ausencia de Ribelles va a propiciar que el once grana sufra cambios. Su ausencia se va a solucionar con la vuelta de Pedro del Campo al centro de la medular, dejando la banda izquierda en la que había jugado en los últimos partidos. Esto provocará que el costado izquierdo quede huérfano. Las posibilida­des para cubrir esa vacante son dos: Nil Jiménez o Javier Bonilla. Ambos han sido titulares esta temporada en esta posición, pese a que no es su sitio natural.

Tanto movimiento de jugadores genera que como segundo delantero no esté muy claro si jugará Pablo Fernández o Fran Carbiá.

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