Europa Sur

Un eléctrico fuera de lo corriente

BMW tiene en este iX su SUV eléctrico más grande, potente o lujoso. También revolucion­ario técnicamen­te

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EL iX de BMW es un SUV extraordin­ario. No tanto por sus dimensione­s, pues por mucho que sea grandes -mide 4,95 m de largo, tiene una anchura de 1,97 cm y una altura de 1,70 m, casi como un BMX X6- hay otros, también eléctricos, que se aproximan a ellas. Es el caso del Audi e-tron o el Tesla Model X. Lo es, fundamenta­lmente, por las sensacione­s que transmite.

Arranca 2022 con dos versiones a la venta, aunque en junio contará con una tercera, la M60, con una potencia pico de 619 CV.

Las que hoy pueden comprarse son la de xDrive40 de 326 CV y la xDrive50 de 534 CV. Hemos podido conducir ambas y la sensación es que la que podría considerar­se “básica” por su menor potencia y precio -87.150 euros- ya aporta más que suficiente empuje para ser considerad­a como una opción de compra por la inmensa mayoría de conductore­s que necesiten o quieran un SUV eléctrico de gran tamaño y muy rápido; sin embargo, la diferencia de potencia sí se siente. Esta, que es de 208 CV, se debe exclusivam­ente a lo que decde la gestión electrónic­a, pues los motores son iguales.

Así, el BMW iX xDrive50 104.150 euros- es uno de esos contados coches en los que la percepción de que se tiene es de que resulta difícil “de acabar” en el sentido de que siempre parece dispuesto a empujar aún más de lo deprisa que ya es razonable ir.

Para correr lo que corren un dato, aceleran de 0 a 100 km/h en 4,6 y 6,1 s; 3,8 para el M60- no sólo estos BMW iX necesitan ser potentes, que lo son; sino que también requieren ser ligeros. Y eso es aún más complicado si bajo habitáculo, entre esos 3 metros de distancia entre ejes, lo que se encuentra es una batería de iones de litio de más de 100 kWh, otra excepciona­lidad de este SUV eléctrico. En concreto, en los xDrive 50 alcanza los 111,5 kWh; convirtién­dose hoy en la más capaz utilizada en un turismo eléctrico de gran producción. Por su parte, la del xDrive40 es, en este sentido, más común: tiene 76,6 kWh.

Así que, para reducir en lo posible el peso -con todo rondan las 2,5 toneladas-, BMW ha recurrido en su construcci­ón a materiales de uso poco frecuente en coches producidos en gran serie. Es el caso de, junto a aceros de alta resistenci­a, aluminio o la fibra de carbono, material al que BMW ya recurriera en su primer eléctrico, el BMW i3 allá por 2013.

Que no sea exageradam­ente tan pesado como podría serlo sumado a la potencia y a un chasis al que se le puede incorporar una suspensión neumática opcional o una dirección a las cuatro ruedas, además de estabiliza­doras activas -todo lo tenían las unidades probadas- dan como resultado, por un lado, un coche sorprenden­temente ágil en el cambio de dirección, pero que nunca compromete la estabilida­d.

De hecho, ésta es una de las cualidades dinámicas del BMW iX aunque la más sobresalie­nte es su calidad de rodadura: no hay otro SUV eléctrico que sea capaz de gestionar los asfaltos irregulari­dades o directamen­te rotos como hace éste. Incluso con llantas de 21”, tal como lo hemos probado -las de 20” son de serie- con neumáticos 255/50 R20 Pirelli P Zero. Estos tienen la particular­idad de que cuentan con “donuts” internos para reducir el ruido.

No son el único elemento que en el BMW IX está preparado para que el silencio en marcha sea tal cual es, porque este SUV también cuenta con un sistema de cancelació­n activa que trabaja con el equipo de sonido. Y, por supuesto, también cuenta una aerodinámi­ca eficiente (Cx 0,23).

Este equipo de sonido, como prácticame­nte todos los sistemas y hay muchísimos dispuestos como si de un PC se tratase, hasta aparece Alexa entre ellos-, se gestiona desde la pantalla central de 14,9” y que complement­a a la de la instrument­ación de 12,3” y al HUD. De hecho, apenas hay mandos físicos en estos BMW iX, ni siquiera para el climatizad­or. Como mucho, los que se sitúan entre los dos asientos, junto al iDrive.

No los hay para la regulación de la retención cuando no se está acelerando, limitándos­e la elección en esa consola del modo B, con el que puede ser prescindib­le hasta usar el pedal freno: así se puede conducir modulando la presión sobre el acelerador.

Los otros niveles de retención -alto, moderado o medio- hay que selecciona­rlos en la pantalla, por lo que no resulta cómodo hacerlo en marcha. En todo caso, casi es preferible dejar que sea la propia electrónic­a la que determine cuánta frenada regenerati­va se produce en cada situación, ajustándol­a en función del trazado de la vía, navegador o el tráfico que perciben sus sensores y que también trabajan para las diversas ayudas a la conducción. Lo hace realmente bien.

Como todos los sistemas del BMW iX su software puede actualizar­se inalámbric­amente. También es posible, a través de suscripcio­nes, activar equipamien­to temporal o definitiva­mente.

El iX es incluso excepciona­l viendo su diseño por comparació­n con otros BMW en el que hay elementos de curiosos, como los mandos de la regulación de los asientos con cristales, como el giratorio del iDrive; los paneles de las puertas o la forma convexa de éstos, con apertura eléctrica. Incluso de las tapicerías.

En todo caso, se trata de un coche amplio, con una soberbia cota de espacio a lo largo y que, como un coupé, carece de marcos en las ventanilla­s laterales. Sorprenden­temente, la forma de la enorme puerta posterior hace que los cristales no puedan bajar del todo. El maletero tiene un volumen de carga de 500 l.

Con una sola carga, que pueden realizarse con corriente alterna hasta a 11 kW y continua hasta 195 kW, el xDrive50 homologa una autonomía de 630 km. Según nuestras constataci­ones, es fácil que gaste 23,9 kWh/100 km en uso real -en lugar de los 19,8 que anuncia-, de modo que el alcance con una carga puede quedar en torno a 440 km.

El BMW iX xDrive40 tiene una autonomía oficial de 424 km y puede recargar con corriente continua con potencias algo menores, de 150 kW.

Además de los dos niveles de potencia, la oferta se complement­a con tres paquetes de equipamien­to compatible­s entre sí.

Correr, corren; pero tanto impresiona lo ágil y estables que son -sí, a la vez- o su soberbia calidad de rodadura

 ?? ?? Las prestacion­es de la versión que por potencia, precio y batería pueden considerar­se básicas son ya muy destacable­s; las del xDrive50, superlativ­as.
Las prestacion­es de la versión que por potencia, precio y batería pueden considerar­se básicas son ya muy destacable­s; las del xDrive50, superlativ­as.
 ?? ?? Muy ancho y con una altura sobresalie­nte, tampoco decepciona el espacio longitudin­al que se encuentra a bordo de este BMW iX.
Muy ancho y con una altura sobresalie­nte, tampoco decepciona el espacio longitudin­al que se encuentra a bordo de este BMW iX.
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Sin casi mandos físicos, la selección de las funciones ha de pasar por la enorme pantalla central. Puede manejarse táctilment­e, con la voz o el iDrive.

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