El socialista António Costa gana con holgura las elecciones en Portugal
● El actual primer ministro revalida su liderazgo, mientras sube la ultraderecha ● El fantasma de la abstención planeaba sobre la cita electoral, celebrada en pleno récord de contagios
El Partido Socialista (PS) liderado por el actual primer ministro, António Costa, ganó ayer las elecciones legislativas celebradas en Portugal con una amplia ventaja, más del 43 % de los votos, cuando el escrutinio superaba ya el 59 %. Según las cifras publicadas por el Ministerio de Administración Interna, el PS es el claro ganador de la jornada y podría acercarse a la mayoría absoluta. El líder de la oposición, Rui Rio, del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha), obtendría algo más del 31,21% de los sufragios.
Costa reventó las encuestas. Los resultados de los comicios chocan con los sondeos divulgados en los últimos días de campaña, que llegaban a dar un empate técnico entre ambos partidos.
El ultraderechista Chega, que sólo tenía un diputado en el Parlamento, se colocaría como tercera fuerza con más del 7,4 % de los votos, mientras que los antiguos socios de la izquierda que formaron con los socialistas la llamada geringonça en el gobierno ven empeorar sus resultados. El Bloco de Esquerda, tercera fuerza en 2019 con casi el 7 %, caería ahora a la quinta posición, con un 3,2 %, y la coalición de comunistas y verdes se quedaría en el 3,6 %.
La abstención, según los sondeos, sería inferior al 51 % registrado en las elecciones de 2019.
Costa, pues, suma y sigue. El socialista incombustible que dio la vuelta a una derrota en 2015 y formó Gobierno con un inédito pacto de izquierda añadió ayer otra conquista al vencer las elecciones pese al fracaso de su último gabinete a mitad de legislatura y de una desgastante pandemia. Costa se lo jugaba todo. Si en 2019, tras cuatro cómodos años con el apoyo de la geringonça, era el evidente favorito en las encuestas, esta vez los sondeos no dejaban claro que el socialista pudiese volver a vencer en las urnas.
Su círculo más próximo no dudaba de su audacia en tiempos difíciles, pero tras seis años de Gobierno, dos en pandemia, empezaba a sonar la palabra “cansancio”. Sin embargo Costa, que se estrenó en política con sólo 21 años, y que ya es uno de los rostros más carismáticos de la política lusa, ha sorteado su enésima crisis.
Y lo hizo en una jornada en el que al fantasma de la abstención que planea sobre las elecciones en Portugal desde hace décadas se sumaba ayer el récord de contagios que deja la pandemia. Pero hay portugueses a los que les puede más el miedo a no decidir el futuro de su país que al virus: “El voto es sagrado”.
Eran las palabras de Manuela, una lisboeta que acudió a votar a primera hora en un colegio electoral abierto en la Universidad Autónoma de Lisboa y a la que “nunca” se le pasó por la cabeza quedarse en casa. “Si hay elecciones es para votar, no es para después decir que no queremos esto o aquello. Somos responsables por lo que pasa”, dijo.
Lo que se decidía ayer eran los diputados de la próxima Asamblea de la República y de la que saldrá el futuro Gobierno, en un momento determinante para Portugal, todavía en pandemia y con la recuperación económica y social por delante. “Esta vez la abstención va a ser mayor... No hay casi nadie aquí”, comentaron Maria Lourdes y Maria Filomena tras depositar su voto en el mismo colegio. Ambas tienen ya una edad considerada de riesgo frente a la pandemia, pero afirmaron sentirse “seguras”.
Son los primeros comicios en el país en los que se permite a los contagiados ir a votar