El golpe militar y la pandemia ahogan a Birmania
Un año después del golpe militar en Birmania, el país se encuentra sumido en una profunda crisis con un aumento de la pobreza, la salida incesante de empresas como Total y Chevron y un régimen aislado en medio del boicot y las sanciones económicas.
El Covid-19 también contribuyó al empeoramiento de la economía, que cayó un 18% en el año fiscal hasta septiembre, mientras se intensifica el conflicto armado y la crisis humanitaria desde el golpe liderado por el general Min Aung Hlaing el 1 de febrero de 2021.
En medio de un rechazo generalizado al golpe, el movimiento de desobediencia civil y las huelgas han afectado al funcionamiento del sector sanitario, la educación y la banca.
“El doble impacto del Covid19 y el golpe ha devastado la economía de Birmania, con millones de personas que han perdido sus trabajos o su fuente de ingresos en el año pasado”,
La pobreza puede alcanzar este año a la mitad de la población del país asiático
indicó esta semana el analista de Crisis Group Richard Horsey. “Una gran proporción de la población, también en las ciudades, ha caído en la pobreza y la inseguridad alimenticia, borrando de golpe una década de progreso e infligiendo un coste terrible en los más vulnerables”, señaló en un artículo.
El pasado miércoles, el Banco Mundial señaló en un comunicado que hay indicios de cierta estabilización económica en algunos sectores como el manufacturero, el empleo y las exportaciones en Birmania, y prevé que su PIB crezca un 1% en el año fiscal hasta septiembre.
Sin embargo, subrayó que los pronósticos van en línea con una “economía gravemente débil, alrededor de un 30% más pequeña de lo que sería en ausencia de la pandemia y de no haber ocurrido el golpe”.
Según la ONU, la pobreza puede duplicarse este año hasta los 25 millones de personas, casi la mitad de la población, debido a la pandemia y el golpe militar, mientras que 320.900 civiles han tenido que abandonar sus hogares en el último año.