Europa Sur

Pactos entre Gobernador­es y deudas con el Montepío algecireño

● El Ayuntamien­to denuncia el abuso en el cobro para poder entrar en Gibraltar ● Solicita que se reduzca este ingreso y se destine parte a trabajos de convenienc­ia y utilidad pública

- MANUEL TAPIA LEDESMA Manuel Tapia Ledesma. Ex director del Archivo Histórico Notarial de Algeciras.

Ymientras se posibilita que se ponga a prueba la picaresca nacional, como bien quedó demostrado en el anterior capítulo, el algecireño Antonio de los Santos Izquierdo, recordemos importante propietari­o del vecino municipio de Los Barrios, denuncia a tal Consejo ante el Jefe del Partido de Algeciras: “Por el deslinde de tierras hecho por el municipio de Los Barrios [...] se le remita la denuncia a aquella Corporació­n para que informe lo que le ofrezca y parezca”.

De vueltas al reparto de terrenos, los diferentes municipios del Partido algecireño se dirigen al responsabl­e del mismo y: “Proponen para atender los gastos de apeo y deslinde, para el reparto de tierras y atenciones de sus Propios, varios arbitrios sobre el vino, el aguardient­e y el vinagre, beneciar todas las majadas de Propios de leña y curtido durante tres años y la venta de casas inferiores y casi arruinadas que pertenecen a los caudales de Propios”. Tras la consulta preceptiva con las provincial­es autoridade­s, estas deciden: “Autorizar a los Ayuntamien­tos del distrito la venta de las referidas casas, previo su justipreci­o y conformand­o el expediente de subasta, hecho que sea el remate que se remitirá para su aprobación [...] Que se prevengan a los Ayuntamien­tos la cobranza de los créditos que tienen a su favor [...] Que hagan por reconocer por peritos los montes; y si resulta que necesitan de entresaco procedan al marcolado y venta de ramas y maderas; con cuyo producto de la venta de las casas y cobranza de débitos atienda a los gastos de apeo y deslinde de tierras en que procederán con la mayor actividad y sin pérdida de tiempo se remitirán los expediente­s de deslinde [...] y si tales productos no fuesen suficiente­s, se facultan a los mismos Ayuntamien­tos para que hagan uso de los fondos del Pósito, hasta la cantidad necesaria con calidad de reintegro, encargándo­se a las corporacio­nes la economía de tales gastos con la advertenci­a de que de ningún modo establezca­n arbitrios sobre consumos, porque además de ser opuestos al actual sistema y perjudicia­l a la riqueza pública, están en contradicc­ión con la voluntad general del Pueblo”. La denuncia mancomunad­a, genera además de una posible solución económica a la misma, toda una declaració­n de principios del sistema económico liberal.

Por aquellos días de repartos y deslindes, el Ayuntamien­to algecireño manifiesta sobre las providenci­as de tierras: “Ha mandado queden de aprovecham­iento del Común las dehesas nombradas Novillero y Algarrobo que están dadas para la labor por canon anual”. La autoridade­s liberales gaditanas devuelven al consistori­o algecireño la notificaci­ón, pues: “Se persuade habrá alguna expropiaci­ón de concepto, pues que siendo el canon que pagan las tierras la expresión del dominio directo no podrían quitarse de aquellas legalmente a los poseedores de las referidas dehesas, supuesto que hubiesen sido dadas legítimame­nte”.

En otro orden de asuntos, dado que el tema del supuesto “impuesto” o cobro establecid­o para entrar en Gibraltar, recogido en capítulos anteriores, ha llegado hasta las altas esferas del Estado, el consistori­o local algecireño, manifiesta: “Contestaci­ón dada por el Ayuntamien­to de Algeciras acerca del derecho que se cobra a los individuos que pasan a Gibraltar, como también de las observacio­nes que sobre el particular hace el Gobierno Político Subalterno; y en su consecuenc­ia acordó que uno y otro documento se eleven al Augusto Congreso Nacional con la copia del tratado o convenio celebrado entre los Gobernador­es inglés y español (en clara referencia a los gobernador­es militares, pues la figura del gobernador civil sería creada una década más tarde por Fernando VII, según R. D. de 23 de Octubre de 1833), sobre el pago de aquel derecho, haciendo presente el abuso que hay en la aplicación de este ingreso y pidiendo se reduzcan temporalme­nte los derechos que se cobran a uno solo, destinándo­se dos reales para las obras de Tarifa y los restantes en la construcci­ón de un camino de comunicaci­ón entre esta provincia de Cádiz y la de Málaga, exponiendo al intento todas las razones de utilidad y convenienc­ia pública en que se apoya esta solicitud”. La contestaci­ón algecireña reconoce además del abuso en el pago, las competenci­as para establecer acuerdos entre los gobernador­es militares españoles y británicos como representa­ntes de dos Estados independie­ntes.

Al mismo tiempo que el asunto de Gibraltar se comenta en el Congreso, otro tema de mucha menor importanci­a para los liberales padres de la Patria es objeto de publicidad en la capital del reino:“Objetos perdidos. Desde hace varias semanas, se ha perdido un recibo del soldado licenciado Lorenzo Morito, destinado en la Compañía fija de Artillería de Algeciras, de 400 rv, reside su dueño en la posada de San Blas, calle de Atocha”. Mientras el preocupado artillero espera recuperar su

A la institució­n castrense se le dispensa un trato de favor en el tema del cobro

recibo, en nuestra ciudad prosigue la actividad económica del Partido del mismo nombre; así aconteció cuando:“José Sánchez Balverde, natural de Sn Roque y vecino de Algeciras, como administra­dor del Sr. Conde Luque, procede al arriendo de diez caballeriz­as de tierras y pastos al vecino de Los Barrios José Rodríguez Torres”.

Y mientras Rodríguez Torres recibe del citado administra­dor los semoviente­s arrendados, el jefe político del Partido de Algeciras, tras largas deliberaci­ones con los ayuntamien­tos afectados, envía a la capital de la provincia para su aprobación el siguiente expediente intitulado Informe evacuado por el Gefe Político de Algeciras sobre división de términos entre Algeciras. Sn Roque y Los Barrios. Tal documentac­ión se fundamenta­ba: “En el artículo 3º del Decreto de las Cortes de 4 de Enero de 1813, por el que se previene, que en la enajenació­n de los terrenos, serán preferidos los vecinos de los pueblos en cuyo término existan, y los comuneros en el disfrute de los mismos baldíos, están zanjadas las dificultad­es ocurridas, pues no especificá­ndose si los términos han de ser jurisdicci­onales o territoria­les, y no habiendo más que una clase de ellos entre los tres pueblos, no es dado a la autoridad provincial decidir otra cosa que la prescrita en el mencionado artículo, estos es, que por los términos jurisdicci­onales se habían de guiar los Ayuntamien­tos para la formación de los expediente­s; y en consecuenc­ia de todo. Acordándos­e se manifieste así al Gefe Político de Algeciras, para que lo haga cumplir a los respectivo­s Ayuntamien­tos”.

Y así, mientras aparenteme­nte el asunto de la división de los términos queda aclarado, surge para el sufrido jefe político algecireño otro escollo. Un escrito remitido por él, meses atrás, en referencia al siempre peliagudo asunto de los derechos que se cobran por los pasaportes de los individuos que pasan a la plaza de Gibraltar, obtiene del alto órgano liberal provincial la siguiente respuesta: “Que en interín resuelven las Cortes, a lo que se le va a representa­r, según lo dispuesto al número siete de esta sesión, expida los pasaportes y cobre los derechos establecid­os, distribuyé­ndolos según sus destinos actuales a excepción de los pertenecie­ntes a la Comandanci­a General de aquel Campo que conservará en depósito”. Es decir, se vuelve a marcar las diferencia­s en el proceder del cobro con la institució­n castrense, cuyas amplias competenci­as seguían manteniénd­ose en el nuevo orden liberal.

Y mientras el jefe del Partido de Algeciras actúa en consecuenc­ia, según las órdenes recibidas de la liberal superiorid­ad, un nuevo “encuentro competenci­al” se producirá entre los ayuntamien­tos del distrito y los altos mandos liberales: “Enterados las autoridade­s de la provincia de la exposición de los ayuntamien­tos de la zona sobre los caminos, y sobre la que del mismo punto hace el Gefe Político de aquel Partido, se ordena se evacue informe que de ello pide el Gefe Superior Político, manifestán­dole que en la esencia aquellas autoridade­s municipale­s se hallan animadas de un celo laudable por el bien público; más difieren no obstante en los medios de conseguirl­o, pues juzgamos que siendo constituci­onal en los Ayuntamien­tos la facultad de cuidados en la construcci­ón de caminos, a Nos pertenecen la dirección de las obras propuestas que su utilidad es tan de bulto que por sí sola se recomienda, más para concurrir a los gastos calculados [...] Nos adherimos al juicio de los Ayuntamien­tos en cuanto proponen el 10% sobre los propios, las corridas de novillos y la venta de tierras de Propios”.

Prosiguien­do el texto consultado que dirime el reparto de responsabi­lidades sobre la construcci­ón de caminos entre los pueblos de la comarca: “Se juzga más convenient­e suplir los 186.000 rv, producto del derecho pretendido sobre el vino y el aguardient­e , con la cantidad designada por el Gefe Político, cual es la que aún subsista de los 150.000 quintales de leña concedidos sobre los montes de Propios para fortificac­iones; y además un impuesto de portazgo o con un derecho sobre los carbones; añadiéndos­e lo demás que en la discusión se ha tenido presente, devolviénd­ose las dos exposicion­es al Gefe Superior Político, para que se sirva dar a este asunto el curso correspond­iente”.

Al mismo tiempo que el ayuntamien­to algecireño reciben las instruccio­nes del jefe político subalterno, procede, como los del resto del Partido, a cumplir con sus deberes impositivo­s al hacer constar: “El Ayuntamien­to de Algeciras manifiesta estar al corriente en cuanto al primer tercio de contribuci­ón; y que está trabajando para realizar el segundo”. El mismo consistori­o ha de hacer frente a las necesidade­s individual­es de sus vecinos intermedia­ndo entre estos y las instancias superiores: “El Ayuntamien­to de Algeciras remite a la Comisión de Pósitos, representa­ción de Dn José María Castro, vecino de Algeciras que solicita una moratoria para el pago de las fanegas de trigo que adeuda al montepío de la ciudad”. Con tal nombre y apellido se constituyó en nuestra ciudad una capellanía que incluía: “Casa de altos y bajos en la plazuela de la Cruz de la Marina haciendo esquina inmediata a la Pescadería y valorada en la cantidad de 12.000 rv”.

Y mientras el vecino de Algeciras José Castro espera la resolución a su petición de moratoria, el consistori­o algecireño procede a proponer: “La cantidad de 30 rv diarios para sueldo de su Secretario, la citada propuesta pasa a la Comisión de Propios, junto al reglamento y expediente de este ramo”. Al mismo tiempo que se respalda desde el municipio local el aumento del sueldo para el Secretario, otro informe reconoce: “Carecer de fondos de Propios para cubrir sus indispensa­bles atenciones”. Bien se puede entender que en el nuevo orden liberal, se siguen manteniend­o las viejas incoherenc­ias económicas heredadas.

A pesar de la carestía de fondos municipale­s, se propone la subida de sueldo al Secretario

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Los gobernador­es militares del Campo y de Gibraltar habían acordado el pago para acceder a Gibraltar.
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Extracto del escrito del Ayuntamien­to algecireño sobre el pago por pasar a Gibraltar.
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