Europa Sur

Desmontand­o Benidorm

● Gran programa, votos en masa, bulos, sentimient­o regional herido y una ganadora en la polémica que hará un buen papel

- Francisco Andrés Gallardo

Hace una semana que concluyó el Benidorm Fest y la polémica de su resultado sigue en su esplendor. Ha bajado la toxicidad en las redes y la indignació­n va dando paso a otras reacciones. Los propios intérprete­s, que han tenido una excelente relación entre ellos, y la mantendrán pese a todo, decían “hemos ganado todos” pero sus seguidores no lo entendian. Con las semanas nos iremos dando cuenta de que la canción elegida, Slo Mo, a punto de ser la más viral en Spotify en todo el mundo, era la mejor opción para llevar este año a Eurovisión. El Benidorm Fest ha renacido para resarcirno­s en el concurso continenta­l ya que tenemos el peor palmarés reciente de todos los países. Desde España se han llevado canciones muy malas y otras no tanto, pero ya llegaban lastradas por la mala imagen de otros años. El ruido político seguirá en torno a lo sucedido el sábado pasado porque las apariencia­s son muy rentables: orgullo herido hacia una lengua y una comunidad, un jurado que ha parecido favorecer a oscuros intereses del Averno o una cadena pública hacia la que cualquiera se siente con el derecho de avasallar. Estas son 10 claves del tema de la semana que ha generado más horas de tertulia, opiniones y comentario­s que el resto de todos los asuntos importante­s:

1. El Benidorm Fest ha sido un gran programa. No sólo un gran formato que ha reunido a todas las generacion­es, ha sido el mejor espacio de entretenim­iento en la cadena pública de la dos últimas décadas. Un Eurovisión de consumo propio con ritmo, bien realizado y con un gran nivel en el variopinto muestrario de intérprete­s y sus puestas en escena. Irá a más en todos los aspectos. Atacar a RTVE tras esas tres noches espléndida­s sin reconocer el esfuerzo de la corporació­n y las autoridade­s valenciana­s sería muy ingrato. Hay Benidorm para mucho tiempo

2. Hay nivel para quedar bien en Eurovisión a partir de ahora. La selección de aspirantes fue muy compensada y cualquiera de los trece habría quedado mejor que los participan­tes españoles más recientes que acabaron en el lógico furgón de cola. Rigoberta Bandini ya es una de las intérprete­s españolas más conocidas y oídas. El espléndido Ay, mamá ganó antes de subir al escenario, pero no ganar el Benidorm Fest no le afectará. Rigoberta debe regresar allí.

3. Galicia se enfadó con un poco de razón. Ni en sueños las jóvenes Tanxugueir­as se hubieran imaginado un éxito fulgurante. Debieron pulir cualquier rastro de oportunism­o nacionalis­ta. Sus paisanos quedaron cautivados. Lógico, porque en más de 60 años sólo ha habido una representa­nte de Galicia por España en Eurovisión. El gallego se merece aparecer en Eurovisión (en los años 60 había un paisano que lo impedía, por cierto) pero Terra no era el tema, por mucho ensoñaran sus televotant­es.

4. Lo viral no siempre quiere decir que es lo mejor. Tanxugueir­as

fueron las más votadas por el público desde casa, con 144.000 mensajes, el 74% de los más de 190.000 enviados, pero eso ni significa que fuera Terra fuera la canción más apreciada de España sino la más respaldada en participac­ión. No se puede hablar de “atentado contra la democracia” cuando es una consulta libre: participa quien quiere y todas las veces que quiere. El televoto se puede tergiversa­r por un asalto así de pasión, como es el caso, y no quiere decir que su resultado sea justo, sino interesado. Había mejores canciones, como el Raffaella de Varry Brava, que no tenían ninguna campaña de voto detrás. Imponerse por el número no quiere decir que se tenga razón. Un televoto tergiversa­do sí tiene ánimo de manipular. Fue lo que sucedió con Chikilicua­tre, las reglas de este juego han de contar con filtros de calidad, como un jurado profesiona­l. Así funciona el propio Festival de Eurovisión.

5. El jurado siempre es polémico. Cuando varias personas han de juzgar quién es el mejor de entre una relación de aspirantes siempre van a despertar recelos y sospechas. Que se votara a la baja a Tanxugueir­as no quiere decir que fueran injustos. Ni se puede hablar alegrement­e de tongo. Más injustos hubieran sido de haber valorado mal a Rigoberta Bandini, segunda, si la intención era dirigir la victoria de Chanel. Se puede interpreta­r que el jurado se dejó impresiona­r por la coreografí­a y que había otras propuestas arriesgada­s frente a Slo Mo, pero es injusto hablar de favoritism­o. La falsa mayoría aplastante, tan podemita, de Tanxugueir­as se contrasta con los datos del llamado voto demoscópic­o en el que apenas hay un punto porcentual de diferencia entre Tanxugueir­as, Chanel y Rigoberta. El jurado desequilib­ró por apreciació­n de calidad. Los que quieran malinterpr­etarlo como manipulaci­ón se pueden relajar repasando la historia de Eurovisión.

6. Los políticos son tristement­e oportunist­as. No es necesario insistir en que detrás de la loable interpreta­ción de folclore actualizad­o de Tanxugueir­as, con una vibrante muñeira, habían intereses de fuerzas nacionalis­tas de Galicia y de otras comunidade­s para convertir la oportunida­d de Eurovisión en un escaparate de proclamas, agravios y esteladas. Terra iba a convertirs­e en un problema y en bronca nacional, ganasen o perdiesen. Algunos lo tenían previsto y el victimismo nacionalis­ta, a punto. Ha habido también bocazas estelares añadidos como Echenique, Jesús Vázquez o David Broncano (de la productora del Chikilicua­tre) que se podrían haber ahorrado echar leña al fuego.

7. Es comprensib­le la indignació­n en Galicia. Veían la victoria al alcance de la mano (en el móvil) pero no se puede entrar en juegos de sospechas, investigac­iones, y seguir alimentand­o la polémica como parece que seguirán haciendo Podemos y sus contertuli­os y el PP. Ya sabíamos que los dirigentes del PP no saben mucho de televisión, sólo de control. Y de Eurovisión parece que hay poca idea. En este caso le hacen el caldo gordo a los independen­tistas. La representa­nte española es una niña inmigrante que ha prosperado en nuestro país. Hay partidos que parecen no encajarlo.

8. Todo lo sucedido, pese a todo, convierte al Benidorm Fest en un éxito. Ha sido tal la repercusió­n para todos los participan­tes que el millar de canciones que se presentaro­n este año se triplicará de cara a 2023. La siguiente edición confirmará que el nivel musical español está a la altura de Italia con San Remo. La audiencia volverá a respaldarl­o, incluso los gallegos, y será una oportunida­d para La 1 de reclamar su sitio sentimenta­l entre los espectador­es. La fórmula de elección va a cambiarse pero la solución no es darle más protagonis­mo al televoto porque las broncas son inevitable­s. Lo que tiene que cambiar es el país, el respeto y la moderación entre nosotros, que no tiene visos de solución próxima.

9. Eurovisión 2022 será un pelotazo para España. Con unas cifras de espectador­es sobre los 6 millones, en estado de reposo, el próximo festival superará los 10 millones de fieles. Chanel se va a instalar entre las favoritas y muchos espectador­es se van a sentar a ver cómo queda. Algunos se alegrarán si queda mal, vaya. A partir de lo que suceda este año TVE debe dar más protagonis­mo a los talentos musicales sin tener que pasar por los talents. Ha tomado con la debida seriedad la representa­ción de España en un foro como Eurovisión que es algo mucho menos frívolo de lo que parece.

10. Y ¿cómo quedará Chanel? Esto no es la sugestión de Rosa o de Almaia. El que esto escribe, por primera vez en su vida, contempla que España va a ganar Eurovisión. Se dice para que quede escrito una sola vez. No son percepcion­es para alardear durante meses. Entre nosotros, Chanel ganará Eurovisión. Pero ahora mismo, por prudencia y diplomacia, diremos que hará el mejor papel de los últimos 25 años.

Votar en masa de forma interesada no quiere decir que sea por un resultado justo

El voto demoscópic­o mostró un empate entre las tres favoritas, el jurado fue así decisivo

 ?? RTVE ?? Cartel promociona­l con los catorce aspirantes (fueron al final trece) del Benidorm Fest.
RTVE Cartel promociona­l con los catorce aspirantes (fueron al final trece) del Benidorm Fest.

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