Un ambiente de superior categoría
● El Mirador registró el sábado la tercera mejor entrada de Primera RFEF, sólo detrás de Riazor y Nuevo Vivero
El Algeciras CF y su afición han convertido la temporada de estreno de la Primera RFEF en una fiesta continua. El mejor reflejo es el ambiente que se disfruta en el Nuevo Mirador una jornada tras otra, con entradas de público que el club, hasta hace muy poco, únicamente vivía en contadas ocasiones, casi siempre con motivo de una liguilla o de un partido muy excepcional. Lo extraordinario se ha instalado como lo habitual en el estadio de La Menacha, que a día de hoy es uno de los que más espectadores congrega en toda la categoría.
La excelente entrada que el Algeciras registró el pasado sábado en la victoria ante el Barcelona B, con una af luencia de espectadores cercana al lleno, por encima de 6.000 personas, convirtió al Nuevo Mirador en el estadio con más público del grupo en la 22ª jornada y en el tercero de toda la categoría, solo por detrás del Nuevo Vivero de Badajoz y de la casa del Deportivo de la Coruña, el mítico Riazor.
Los éxitos de la pasada temporada, con el ascenso por todo lo alto a la nueva división y el colofón del playoff en Almendralejo, marcaron un antes y un después en un algecirismo que ha enganchado a muchísimos nuevos hinchas a la fiebre del rojo y el blanco. También es verdad que el impulso dado por Félix Sancho y el nuevo proyecto a corto y medio plazo han alimentado las ilusiones no solo de los aficionados, también del entorno de la ciudad, las empresas y muchos otros colectivos que quieren formar parte del movimiento cada vez más grande que genera este Algeciras que camina hacia la Sociedad Anónima Deportiva.
El Algeciras-Barcelona B fue de largo el encuentro del grupo II con más almas en un estadio. Solo se le acercó el Nàstic-Castilla con 5.737 espectadores en Tarragona, la plaza que los albirrojos visitarán el próximo domingo (17:00). El Linares-Albacete superó los dos millares con 2.683 personas y el Sabadell-Baleares contó con unos 2.700 en la Nova Creu Alta. El San Fernando-Andorra estuvo sobre las 2.000 personas en Bahía Sur. Por debajo de esas cifras, el UCAM-Alcoyano en La Condomina, el Sanluqueño-Balona en El Palmar, el Cornellà-Betis Deportivo y el Sevilla AtléticoCastellón. El Costa Brava-Villarreal B se aplazó por el coronavirus, pero el estadio de Palamós es de los que menos público suele atraer en el grupo. De los que ejercieron como visitantes, solo el Albacete y el Castellón se suelen aproximar o rebasar la entrada vivida en La Menacha.
En el grupo I de la Primera RFEF, solo dos clubes superaron al Nuevo Mirador esta jornada. Como es lógico, el Deportivo de la Coruña -el gigante de la categoríacontó con unas 12.000 gargantas en Riazor en la derrota ante el Real Unión, el primer tropiezo de los coruñeses en su campo en más de un año. El Badajoz, por su parte, desafió sus problemas internos sostenido por unas 8.000 almas en el Nuevo Vivero en su empate con el Racing de Ferrol. La UD Logroñés solo reunió esta vez en Las Gaunas a unos 3.000 espectadores ante el Athletic B, ya que el promedio ronda por encima de los 4.000 esta temporada. Unionistas de Salamanca contó con el aliento de 2.789 personas ante el Talavera, por encima de las taquillas en el Extremadura-Sanse, el Zamora-SD Logroñés, el Valladolid Promesas-Celta B, el Tudelano-Calahorra y el Rayo Majadahonda-Dux. No se pudo disputar, por el dichoso Covid, el Racing de Santander-Cultural, un duelo que seguramente habría batido el registro del Nuevo Mirador ya que el Sardinero es otro de los estadios con un respaldo masivo de sus hinchas.
El Algeciras ha conseguido afianzarse entre los clubes punteros en cuanto a respaldo, primero gracias a una exitosa campaña de abonados con récord de renovaciones y altas, y después con la puesta en marcha de un proyecto ambicioso que ilusiona. El crecimiento del algecirismo, no obstante, también tiene mucho que ver con la gestión interna de las peñas -que se han multiplicado en el último año-, con la labor de captación constante entre los propios seguidores y con el paso adelante dado por el Fondo Sur para convertirse en el vagón delantero de la animación durante los partidos.
Se puede decir que son muchos los algeciristas aún jóvenes que han alcanzado la mayoría de edad como seguidores de su equipo, una madurez a la que han ayudado experiencias recientes como la de Socuéllamos -el gran punto de inflexión del club al regresar justo a tiempo a Segunda B- y la ya mencionada del último playoff de ascenso en Extremadura.
Los más pequeños siguen sintiendo simpatía por el Madrid, el Barça o el Atlético, pero cada vez hay más niños con la camiseta del Algeciras, cada vez hay más jóvenes que van con su padre, su madre o los abuelos al estadio, una costumbre que muchos ya han interiorizado como suya, una tradición que para los más veteranos ya se asemeja más a un rito religioso, a una comunión ineludible.
El Algeciras de Iván Ania lleva cuatro victorias consecutivas en el Nuevo Mirador. Con este ambiente y ese fervor en las gradas va a ser muy difícil que se escapen puntos de casa en lo que queda de temporada.
Los algeciristas convierten en habitual lo que antes era algo extraordinario