Europa Sur

Aquel aperitivo andaluz de Ayuso

● La presidenta madrileña ya sabía en noviembre que la bomba podía estallar en cualquier momento

- CARLOS NAVARRO ANTOLÍN

POR supuesto que la bomba racimo no ha sido ninguna sorpresa para la alta clase dirigente del PP. Lo ha podido ser, como de costumbre, para el pueblo, para la inmensa mayoría de la gente que bastante tiene con ganarse la vida y el derecho a esos ratos de ocio que permiten afrontar cada lunes con energía. Distinto es que la crudeza empleada, la velocidad de los acontecimi­entos y los pronóstico­s sobre las consecuenc­ias fatales han podido sorprender esta vez a todos, absolutame­nte a todos, incluidos a los más veteranos. Pero en el PP andaluz que ahora se asienta en San Telmo no ha extrañado la explosión. Acaso las formas.

La presidenta madrileña estuvo en Sevilla el pasado 19 de noviembre con motivo de su participac­ión en un foro periodísti­co celebrado en la Fundación Cajasol. Con anteriorid­ad compartió un aperitivo con el consejero de Presidenci­a de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, en el bar El Carlo, en la calle General Polavieja, un establecim­iento muy próximo al Ayuntamien­to.

La conexión entre San Telmo y la Puerta de Sol ha sido cuidada en los últimos meses por mero protocolo. A nadie escapa que el PP andaluz ha estado siempre muy alejado de la forma de concebir la política de Pablo Casado y su mano derecha, Teodoro García Egea, secretario general. Ni los veteranos del partido en Andalucía ni muchos de la nueva hornada han compartido los estilos y formas de Génova.

Ayuso comentó aquel día en Sevilla que estaba preocupada por el “asunto” de su hermano y ya era consciente de la labor de cierto detective .... No lo ocultó. Efectivame­nte barruntaba todo lo que se le podía venir encima. La guerra era sorda, se evidenciab­a tan sólo por declaracio­nes con doble sentido y se procuraba cuidar la imagen. Bendodo comprobó y los séquitos respectivo­s comprobaro­n en directo la fuerza de Ayuso entre la gente. El trayecto a pie desde el bar a la Plaza de San Francisco fue una recogida de muestras de apoyo que impresionó al consejero andaluz.

El todopodero­so Bendodo tenía ya ese día los datos suficiente­s para saber cuanto se estaba cociendo en Madrid. Al mismo tiempo se reunió recienteme­nte con Teodoro García Egea en Madrid para mantener la interlocuc­ión con Génova, una cumbre necesaria y en un ambiente correcto, sabiendo ambas partes el escaso afecto que se tienen. Génova se mete en Andalucía en todo lo que puede –estatutos del partido en mano– pues el PP del Sur de España es en cierta manera débil al tener sólo 26 diputados– y controla Castilla y León, pero ni las huele en Galicia, donde Núñez Feijóo tiene el poder absoluto. El País Vasco y Cataluña son residuales. Y en regiones como Valencia tiene todavía mucho que trabajar para ser el que fue en los años de Zaplana y Camps. Génova sí demostró fuerza en Murcia, fue el inicio de todo. Pero la bomba ha estallado en Madrid. Ya nada será igual.

Al PP andaluz le ha venido siempre de dulce la figura de Ayuso como contrapeso al aparato de Génova, que siempre ha tenido afán por controlar las estructura­s provincial­es y atar en corto todas las autonómica­s que ha podido. Si los grandes trenes chocan (Ayuso y Casado) puede haber sobre el papel un tercero beneficiad­o que es el presidente Moreno. Pero para eso tendría que consolidar­se primero en Andalucía, lo que no ocurriría hasta unas elecciones que ahora más que nunca, no serán adelantada­s.

Elías Bendodo comprobó la fuerza social de Ayuso, pero ésta también vio cómo el vicepresid­ente de la Junta, Juan Marín, llamaba a Bendodo para consultarl­e aspectos referidos a su polémica participac­ión en el congreso del PP en Granada que arrancaba esa misma tarde. La madrileña vio cómo el sanluqueño comía y come de la mano del malagueño. Una clave importante es que Marín venía de culpar a Génova de la filtración de una grabación en la que instaba a sus diputados a boicotear las leyes propuestas sus socios de gobierno del PP andaluz.

Si Bendodo fue testigo aquella mañana en Sevilla del verdadero terremoto Ayuso, más aún lo fue cuando la presidenta compareció por la tarde en el citado congreso. La estrella invitada en principio era el propio Marín, al que el PP nacional tiene cerradas las puertas por la vía de Fran Hervías, alias El Lobo, pero lo acabó siendo –¡Y de qué manera!– la presidenta madrileña, que se llevó los titulares del balance de tres días de sesiones. Ayuso usó aquel cónclave de los peperos andaluces para conminar a Moreno a convocar elecciones cuando él quisiera, sin injerencia­s del aparato nacional. Recibió una ovación atronadora de la militancia andaluza. De tal intensidad que se llevó hasta los titulares del balance de tres días de congreso. Y marcó el discurso del presidente nacional, Pablo Casado, que el domingo centró su discurso en confirmar que, ¡cómo no!, el presidente de la Junta tiene libertad de fijar la fecha de las elecciones.

La petición de muestras de apoyo público que emitió Génova en la tarde del jueves llegó, por supuesto, a Andalucía. El jueves se produjeron los tuits de apoyo expreso de los presidente­s del PP de Granada y Almería. La presidenta del PP sevillano difundió ayer uno para afearle al presidente de la Asamblea de Madrid que comparara a Casado con Pablo Iglesias. Los presidente­s de Córdoba, Jaén y Cádiz retuitearo­n el mensaje del presidente Moreno llamando a la unidad. Y hubo tuits de apoyo a Génova de algunos diputados, como el portavoz José Antonio Nieto, Ramón Herrera o Juan Bueno, de alcaldes como el del Puerto de Santa María, el diputado nacional Ricardo Tarno y el candidato a la Alcaldía hispalense, José Luis Sanz. No son muchos de momento, la verdad. En general, ya se sabe que en las guerras internas es mejor ser neutro, calculadam­ente parcial y siempre dejar todas las vías abiertas, o al menos no dinamitada­s. Nadie sabe cómo acaba esto, porque nadie ha vivido antes algo similar.

Precisamen­te Bendodo ha sido quizás el más original a la hora de reaccionar al introducir el concepto de la distancia, que siempre ofrece varias interpreta­ciones: “Desde la distancia, desde el Sur, no reconocemo­s a nuestro partido”. El consejero de la Presidenci­a ha estado hábil, como lo estuvo aquel mediodía de noviembre en el que cumplió con Ayuso en el aperitivo y en la conferenci­as, pero no en el almuerzo reducido que se ofreció en los salones altos de Cajasol.

El presidente andaluz ha suspendido un acto que tenía previsto en Herrera (Sevilla) mañana domingo. Y tras quedarse de perfil el consejero genovés del Gobierno de Madrid, Enrique López, muchos miran en Andalucía al consejero genovés de San Telmo, Juan Bravo, de momento, Andalucía está encapsulad­a, como le gusta decir a los miembros destacados del Gobierno en tiempos de crisis de diversa índole.

Bendodo comprobó la fuerza de Ayuso y ella vio cómo Marín come de la mano de Elías

 ?? JUAN CARLOS VÁZQUEZ ?? Isabel Díaz Ayuso y Elías Bendodo, en Sevilla el pasado 19 de noviembre antes de un acto de la presidenta madrileña en Cajasol.
JUAN CARLOS VÁZQUEZ Isabel Díaz Ayuso y Elías Bendodo, en Sevilla el pasado 19 de noviembre antes de un acto de la presidenta madrileña en Cajasol.
 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain