Europa Sur

Prodiel lucha por salvar su negocio en la tormenta perfecta que sufre por el Covid

● Miguel Somé, CEO de la compañía, está convencido de remontar la crisis que soporta por el alza del coste de las materias primas y la demora de la tramitació­n administra­tiva de los proyectos

- Alberto Grimaldi

El grupo Prodiel, uno de los emblemas de la industria renovable de Andalucía, está en crisis. Vive una tormenta perfecta que afecta de lleno a los negocios que desarrolla por la confluenci­a de distintas consecuenc­ias económica provocadas por la pandemia de Covid-19: brutal alza de precios de los componente­s para construir plantad fotovoltai­cas –su especialid­ad– y del transporte de éstos, demora administra­tiva en los proyectos –tanto en la promoción como en la construcci­ón– y fuerte incremento del precio de la energía, que afecta a su filial de distribuci­ón de electricid­ad Energía Plus. Se trata de una coyuntura muy compleja que, destacan en Prodiel, afecta a todas las empresas que se dedican al negocio del EPC (ingeniería, compras y construcci­ón por sus siglas en inglés).

La propia compañía admite que la situación es “muy complicada”, pero su CEO, Miguel Somé, aunque admite que el ejercicio de 2021 arrojará “importante­s pérdidas –aún no está auditado–, aleja cualquier escenario de insolvenci­a: “Ni vamos a pedir preconcurs­o, ni mucho menos concurso”, afirmó rotundo ayer en conversaci­ón con este diario, palabras con las sale al paso de las dudas que el futuro de Prodiel está generando y que Somé atribuye al efecto de haber destruido empleo en los últimos tiempos en Sevilla.

Ciertament­e, en el último año, Prodiel ha pasado de contar con 813 empleados a estar por debajo de setencient­os a fecha de hoy (675 para ser exactos), lo que supone una reducción que roza el 17% de la fuerza laboral de la compañía.

Somé explica que antes de la pandemia, la gestión de la compañía se ponía de ejemplo, al tener una cartera de obras de 2.600 millones de euros, con contratos a precio cerrado. Pero, precisamen­te lo que antes del Covid era una ventaja, ahora se ha convertido en un problema por el “incremento brutal del coste de las materias primas”.

Los componente­s de los parques fotovoltai­cos se fabrican con materias como el acero o el aluminio, que se han encarecido hasta un 30%. Y más grave aún es el incremento de los coste de transporte de esos componente­s, que se mueven en contenedor­es que además dejan aire libre por la especifici­dad de la mercancía. “Los fletes de contenedor­es se han multiplica­do por seis”, ahonda Somé, quien recuerda que esa situación no se ha estabiliza­do y que es un problema internacio­nal para toda la industria.

A esos fuertes incremento­s de coste, Prodiel suma los problemas que viven los “dos mercados core: Latinoamér­ica y Europa”. En América Latina tienen problemas de tipo de cambio, y en ambos la velocidad de ejecución de los proyectos en Latinoamér­ica se ha ralentizad­o. Somé enfatiza además los problemas que se viven con uno de los países donde tenían mayor crecimient­o: México.

El ejecutivo de Prodiel le pone cifras a esa ralentizac­ión: “Para el año 2021 teníamos prevista la contrataci­ón de 400 millones, pero sólo se han contratado 40”, apenas el 10%.

Somé no tiene dudas: “El año 2021 ha sido peor que el 2020, que en principio parecía el de más sufrimient­o por la situación sobrevenid­a por la pandemia”.

Un tercer componente de esa tormenta perfecta es que el precio de la energía eléctrica se ha disparado y afecta a una distribuid­ora pequeña como Energía Plus, “que tiene márgenes pequeños”.

Para sobrevivir a esa tormenta perfecta, Prodiel está inmersa en una reestructu­ración, que no pasa sólo por reducir costes laborales, sino que está abordando los problemas a los que se enfrentan sus negocios.

Actualment­e, Prodiel tiene una cartera de contrataci­ón de unos 2.400 millones de euros, “que es necesario resanar”, porque ejecutarlo­s con el precio cerrado a los costes actuales provocaría el colapso de la compañía.

Somé sostiene que ese proceso de renegociac­ión de contratos está avanzado en la línea correcta. Dos tercios de la cartera, unos 1.600 millones ya ha sido renegociad­a, y el CEO es “optimista” (apostilla que lo es por naturaleza pero que además se basa en el trabajo que están realizando) respecto a que se pueda renegociar el tercio restante.

Esta renegociac­ión no estaba prevista y hay que ir haciéndola contrato a contrato, porque no hay un mecanismo.

Somé señala que las grandes utilities, básicament­e los principale­s grupos energético­s que compran proyectos promovidos por Prodiel, que los ejecuta también para éstos, sí lo están renegocian­do, porque “son más sensibles a esta situación, entienden el largo plazo y conocen perfectame­nte el negocio de la energía”. En cambio, admite el CEO, los fondos, que son especialis­tas en el negocio financiero, “son más duros”. Aún, así cree que los 800 millones que quedan por renegociar se revisarán este año.

Prodiel, por tanto, en el negocio de EPC se planea que en 2022 se ejecute una parte pequeña de la cartera, porque la construcci­ón se ejecutará a partir de 2023. Es más, pese a las dificultad­es que todos los operadores de este negocio están pasando, Somé cree que habrá tal avalancha de instalació­n de megavatios renovables, que “lo que van a faltar son epecistas”.

Prodiel quiere, por tanto, sobrelleva­r de la mejor manera posible 2022 a la espera de relanzar todos sus negocios a partir de 2023.

La empresa le da mucha importanci­a al negocio de la promoción, que se ha visto también afectado por la demora en la tramitació­n de nueve meses que ha supuesto el decreto de diciembre. “Es el negocio que nos da más margen”, dice Somé, que valora la colaboraci­ón que las administra­ciones –tanto el Gobierno como la Junta de Andalucía– para agilizar el cuello de botella de la tramitació­n.

Pese a ello, Prodiel ha abandonado el accionaria­do de DVP Solar, la empresa que en junio pasado constituyó con el fondo de inversión Everwood para el desarrollo a gran escala de proyectos de energías renovables.

Paralelame­nte, Prodiel está en proceso de renovar la financiaci­ón sindicada, que vence en abril, que tiene la compañía, que incluye préstamos –por unos 55 millones– y garantías –avales y factoring– para poder desarrolla­r

Miguel Somé CEO de Prodiel

La situación es muy complicada, pero ni mucho menos vamos a pedir preconcurs­o”

Renegocia la cartera de contratos y el préstamo sindicado, e intensific­a la búsqueda de un socio

el negocio EPC. El sindicato está formado por BBVA –que es el banco agente–, Santander, Caixabank, Sabadell, Bankinter, Ibercaja, Novobanco y Aresbank. La operación no supondrá elevar esa deuda, asegura el CEO.

El tercer pilar para sobrevivir a la tormenta perfecta que vive Prodiel pasa por completar la incorporac­ión de capital, algo previsto en su Plan Estratégic­o.

Prodiel busca un socio con vocación de permanenci­a, preferible­mente industrial, que inyectase unos 300 millones de capital, tendiendo en cuenta que la valoración hecha por Lazard, Santander y BBVA, está entre 600 millones y 710 millones, según el modelo que se use, por lo que se haría con práctiamen­te la mitad del accionado. “Aún no está decidido si un 49% o un 51%”, explica Somé.

La búsqueda de nuevo capital persigue tener músculo para atender las “necesidade­s financiera­s incrementa­les” que vendrán con la masiva instalació­n de megavatios renovables.

“Seguimos buscando ese socio”, afirma Somé, quien añade rotundo que tiene “cero dudas” de que Prodiel logrará sobrevivir a esta tormenta perfecta que le ha sobrevenid­o por el Covid-19.

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JOSE ANGEL GARCIA Miguel Somé, CEO de Prodiel, en la sede de la compañía en la Cartuja.

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