Europa Sur

Hungría desde dentro

- Csaba Csongradi István

Soy ciudadano húngaro y tengo 52 años. En los últimos 25 años por motivos de trabajo y asuntos familiares he vivido entre Hungría y España. Es decir, tengo una perspectiv­a buena de las dos sociedades porque en España he trabajado en el sector del ocio y la restauraci­ón y en Hungría nací y soy húngaro con mucho orgullo. El motivo de mi carta es que estoy harto de las informacio­nes que difunden sobre mi país sin que se tomen las molestias de enviar a un reportero propio y verificar o certificar las noticias y acusacione­s tan graves que editan incompleta­mente de nuestra sociedad. Les recomiendo que lean detalladam­ente la ley de protección del menor y que digan en los medios de comunicaci­ón lo que dice esa ley, porque es muy fácil decir que se anulan los derechos de los ciudadanos sin decir ni una sola palabra del texto. Estoy seguro de que a los ciudadanos españoles les interesarí­a saber más de esa ley de menores que ustedes califican de homófoba.

Tengo dos hijos menores de 5 y 7 años y les aseguro que, de mi parte y de la mayoría de los padres en mi país, no nos hace falta que los grupos de LGBTIQ vayan a las guarderías a dar ningún tipo de enseñanzas, ni mensajes, ni educación infantil de ningún tipo. Simplement­e son niños y niñas y la educación de esos menores está a cargo de personas competente­s que llevan educando décadas y dando lo mejor de ellos a los menores y a los nuevos educadores para que ese tipo de educación pase de generación en generación. Porque pensemos así no quiere decir que seamos peores o mejores que otros, simplement­e la mayoría de nuestra sociedad piensa así y punto. Por ello no merecemos el trato tan injusto que recibimos, dando una imagen falsa de nuestra sociedad que es una sociedad abierta, unida, trabajador­a y, sobre todo, educada.

Ahora el problema es que en las elecciones del 3 abril también habrá referéndum sobre ley del protección del menor. Pregunto: si se aprueba en un referéndum (máxima expresión de la democracia), ¿entonces todas las personas en Hungría seremos homófobos y ultraderec­histas? Creo que mirar la moneda por un solo lado es un error y el deber de un periodista es corroborar e informar con neutralida­d. Espero y me pregunto si tendrán la suficiente neutralida­d y agallas de darle voz a mi carta y publicar una opinión que hasta ahora no he visto en España sobre mi país.

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