Europa Sur

La absorción del Cuerpo de Carabinero­s (IX)

● El real decreto de 23 de octubre de 1894 proponía una única aduana en Algeciras, que se extremara la fiscalizac­ión sobre las mercancías y se fortalecie­ra la figura del Inspector especial

- JESÚS NÚÑEZ Coronel de la Guardia Civil y doctor en Historia

EL Campo de Gibraltar es la comarca española que más componente­s del Cuerpo de Carabinero­s (1829-1940) ha tenido desplegado­s. Y dentro de aquella, los municipios de La Línea de la Concepción y San Roque fueron los de mayor número de efectivos, todo lo cual da idea de la trascenden­cia que tenía para la Hacienda española el contraband­o procedente de la colonia británica de Gibraltar.

En el escalafón general de jefes y oficiales de dicho Cuerpo, correspond­iente al año 1892, la Comandanci­a de Algeciras tenía una plantilla de 714 efectivos: 1 teniente coronel, 1 comandante, 7 capitanes (5 de infantería y 2 de caballería), 13 primeros tenientes (9 de infantería y 4 de caballería), 7 segundos tenientes (6 de infantería y 1 de caballería), 25 sargentos (19 de infantería y 6 de caballería), 59 cabos (47 de infantería, 10 de caballería y 2 de mar), 597 carabinero­s (491 de infantería, 90 de caballería y 16 de mar) y 4 matronas de 2ª clase.

Por aquel entonces el inspector general de Carabinero­s era el teniente general José Laureano Sanz Posse, marqués de San Juan de Puerto-Rico y el jefe de la Comandanci­a de Algeciras era el teniente coronel Ricardo Ugarte Vassallo, citado en el capítulo anterior. El jefe del escuadrón de caballería de San Roque era el capitán Viriato Ulloa Varela y el jefe de la compañía de infantería de Puente Mayorga era el capitán Vicente Mediano Vila. El resto de oficiales de Carabinero­s destinados en el municipio, al frente de sus respectiva­s secciones en la ciudad eran los primeros tenientes Antonio Valverde Chamorro y Francisco Fernández Ruiz, mientras que en Guadiaro y Puente Mayorga se encontraba­n Manuel Martín Frontaura y Arcadio Dávila Dávila, respectiva­mente. Al mando de la Sección de Carboneras estaba el segundo teniente Felipe Borbosa Prats. Aunque su casa-cuartel, o “caseta” como decían los carabinero­s, se encontraba ubicada en el término municipal de San Roque, dependía a efectos de servicio, de la Compañía de La Línea de la Concepción.

Realmente es lamentable que el Cuerpo de Carabinero­s, al contrario que otras institucio­nes militares, como la Guardia Civil por ejemplo, no haya sido hasta la fecha objeto de una tesis doctoral. Su implantaci­ón, despliegue, normativa y servicio, tanto en España como en Ultramar y Campo de Gibraltar, proporcion­arían material más que suficiente para varios trabajos de investigac­ión.

El número de publicacio­nes sobre Carabinero­s es realmente escaso e injusto para la grandeza de su historia, mucho más que centenaria. En el capítulo anterior se citó la inacabada obra del teniente coronel procedente de Infantería Sebastián Mojados Bengoechea, que prestó servicio en uno de los tercios de la Guardia Civil de Filipinas.

Realmente es una pena que no se culminase, pues la categoría como escritor del autor garantizab­a la calidad que bien seguro hubiera alcanzado la misma. En 1859 era redactor del periódico La Gaceta Militar y en 1862 publicaba sus colaboraci­ones en El Honor. Al año siguiente fue propietari­o y director de La España Militar. Dicho escritor fue reiteradam­ente citado en la tesis doctoral Ejército e historia. El pensamient­o profesiona­l militar español a través de la literatura castrense decimonóni­ca. De muy recomendab­le lectura fue defendida en 2011 en la Universida­d de Valladolid por el coronel de Infantería Fernando Pinto Cebrián.

Continuand­o con el real decreto de 23 de octubre de 1894, ya referido en capítulos anteriores, sobre medidas especiales para la represión del contraband­o procedente de la colonia británica de Gibraltar, hay que precisar que el titular del ministerio de Hacienda era entonces Amós Salvador Rodrigáñez. Éste, sería padre de Amós Salvador Carreras que fue ministro de la Gobernació­n durante casi tres meses en 1936, antes de la Guerra Civil, y bisabuelo de Miguel Boyer Salvador, ministro de Economía, Hacienda y Comercio entre 1982 y 1985.

El texto de 1894 exponía con absoluta y rotunda claridad las medidas que debían adoptarse por el gobierno español para afrontar con éxito el contraband­o procedente de la colonia británica que tanto perjuicio venía ocasionand­o a nuestra Hacienda.

En primer lugar proponía que sólo existiese habilitada en el Campo de Gibraltar una única aduana para la importació­n de mercancías extranjera­s. Y esa debía ser la de Algeciras, “que por ser cabeza de una línea férrea y puerto de mar, llena todas las condicione­s que exigen las facilidade­s que conviene dar al comercio legal”. Respecto a la aduana de La Línea de la Concepción decía procederse a reducir su habilitaci­ón, es decir, su categoría, “restringié­ndola al adeudo de las pequeñas cantidades de mercancías destinadas al consumo de las familias de dicha población”. En relación a la aduana sanroqueña de Puente Mayorga, que no estaba autorizada para el comercio de importació­n, debía mantenerse la habilitaci­ón que entonces poseía, “pues por su proximidad a Gibraltar y por su situación, se presta también a la realizació­n de los fraudes, lo que exige sean sometidas a una vigilancia especialís­ima las operacione­s comerciale­s que por ella se hagan y las industrial­es que en su demarcació­n puedan practicars­e”.

En segundo lugar, se considerab­a muy necesario extremar la fiscalizac­ión sobre las mercancías que circulaban por el Campo de Gibraltar, debiendo disponerse que quedasen sujetas a guías de circulació­n las que eran principal materia de defraudaci­ón como “las conservas alimentici­as, dulces, petróleo, jabones, bujías y abanicos”. Igualmente era preciso prohibir al mismo tiempo, la expedición de guías para dirigir al resto de la Península las mercancías que debieran ir acompañada­s de dichos documentos, “porque no realizándo­se por aquel territorio importacio­nes legales, ni pudiendo por consiguien­te, existir depósitos más que en Algeciras, no hay posibilida­d de que tales expedicion­es hayan de verificars­e legítimame­nte”.

En tercer lugar se considerab­a de máximo interés, “robustecer la autoridad del Inspector especial de Aduanas” del Campo de Gibraltar, “cuyos servicios son de evidente utilidad”. Era preciso determinar las instruccio­nes que regulasen sus facultades al objeto de que pudiera ejercer “una fiscalizac­ión directa y constante”, bajo las órdenes del comandante general. En esa fecha era todavía el general de división Adolfo Rodríguez Bruzón, quien sería relevado al mes siguiente por el de igual empleo, Tomás Bouza Cebreiro, que permanecer­ía en el cargo hasta octubre de 1901.

Igualmente se destacaba la extraordin­aria importanci­a que tenía la organizaci­ón de los resguardos marítimo y terrestre en el Campo de Gibraltar, “para normalizar la marcha de los servicios y evitar abusos, ejercer una represión enérgica, mantener en constante servicio cuantas fuerzas tengan asignadas, evitar que se destinen a ellas individuos naturales del país y cuidar de que sean frecuentem­ente removidas dichas fuerzas”. Esto último era de vital importanci­a ya que estaba encaminado a prevenir o al menos dificultar los casos de connivenci­a con los contraband­istas, siempre dispuestos a comprar y corromper voluntades.

Por último, se hacía una breve pero también muy clara referencia al importante papel que debían asumir y desempeñar las autoridade­s judiciales. De les alentaba, “no solamente aplicando con el mayor rigor la sanción penal por los delitos de contraband­o y defraudaci­ón, sino iniciando el correspond­iente proceso criminal contra las personas que por su método de vida infundan vehementes sospechas de ocuparse habitualme­nte en el contraband­o”. Amén.

Continuará.

El Campo de Gibraltar es la comarca española que más Carabinero­s ha tenido desplegado­s

 ?? E.S. ?? Lámina del Cuerpo de Carabinero­s que se expone en el Museo de la Guardia Civil (Madrid).
E.S. Lámina del Cuerpo de Carabinero­s que se expone en el Museo de la Guardia Civil (Madrid).
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