La ley del más fuerte
LPutin se muestra con la invasión de Ucrania como un matón nostálgico del poder soviético que quiere pasar a la Historia como el reconstructor de la Gran Rusia
A invasión de Ucrania ordenada en la madrugada de ayer por Vladimir Putin es una agresión que rompe el equilibrio mundial y pone a Occidente ante una situación de consecuencias imprevisibles. El autócrata ruso ha cumplido sus amenazas y ha ocupado el territorio de un Estado soberano, reconocido como tal por la comunidad internacional. El desafío no tiene precedentes desde el final de la Guerra Fría y se produce sin que haya mediado ningún tipo de provocación o agresión por parte de Kiev. El hecho de que Rusia posea uno de los principales arsenales nucleares del planeta y que sea una de las grandes potencias que deberían garantizar una situación de estabilidad mundial añade gravedad a lo que está pasando en un conflicto que va mucho más allá de las fronteras ucranianas. Putin se ha comportado como lo que ha sido siempre: un matón nostálgico del poderío soviético que quiere pasar a la historia como el reconstructor de la Gran Rusia. Para ello no duda en aplicar la ley del más fuerte y exhibir un poderío militar que hoy es un peligro para el mundo. Putin ha traspasado todas las líneas rojas y ahora le toca a Occidente –a Estados Unidos y a la Unión Europea, fundamentalmente– dar una respuesta a la altura de las circunstancias y a la OTAN dejar claro que el territorio de sus países miembros es inviolable. Las sanciones económicas que Bruselas y Washington han coordinado deben hacer sentir sus efectos con contundencia. Pero deben ser medidas con prudencia para que sus consecuencias económicas no terminen provocando efectos indeseables en la vida de los ciudadanos de la UE. El mundo se asoma con la acción de Putin a un escenario desconocido y lleno de incógnitas. La principal de ellas es qué va a pasar a partir de ahora con Ucrania y si ese va a ser el último movimiento de Moscú en sus planes expansionistas. Por eso es imprescindible que Occidente muestre claramente dónde están los límites y que la comunidad internacional cierre filas para impedir agresiones aún más peligrosas.