Europa Sur

Molletes, rap y ‘memes’ para alumbrar un nuevo ANDALUCISM­O

● Los ‘millennial­s’, nacidos desde mediados de los 80, se acercan a su identidad marcados por las crisis económicas, el humor y la resignific­ación de unos símbolos y una cultura antes denostada

- Carlos Rocha

El videoclip del No înnô de Andaluçía comienza con el plano de una botella llena de aceite que, al abrir el dispensado­r, empapa un mollete del oro verde. Fundido a negro. Aparece una bailarina en lo que parece un salón de actos de un colegio y, poco a poco, va iluminándo­se el escudo que diseñó para la región Blas Infante hace ya más de cien años con Hércules, sus columnas y sus leones. Se aprecian, junto a la bailarina, las sillas verdes que pueblan los centros educativos de la comunidad y comienzan a sonar los acordes del himno que también compuso el nacido en Casares y que figura en el Estatuto como el Padre de la Patria Andaluza. Marta Ros, que así se llama la bailarina, recorre el colegio y dos niñas se ríen mientras le dan bocados a sus molletes con aceite. En algún momento se oyen las voces de niños cantando el estribillo del himno combinado con los “al ataquerr” de Chiquito de la Calzada. “Es un homenaje a nuestra infancia”, explican los autores de la idea, los miembros de Califato 3/4, un grupo de “folclore futurista” –según se autodenomi­nan ellos– que es una de las puntas de lanza de lo que algunos estudiosos coinciden en llamar nuevo andalucism­o. Sobre la existencia de este fenómeno político y cultural ha reflexiona­do el politólogo malagueño Jesús Jurado en un ensayo titulado La generación del mollete, editado por Lengua de Trapo. El título hace referencia al mollete que abre el videoclip del No înnô de Andalucía, que es, a su vez, un recuerdo de las celebracio­nes que se desarrolla­n en los colegios de Andalucía en los días lectivos previos al 28 de febrero.

Es complicado encontrar el origen del desayuno andaluz, que es como se suele denominar a esta versión escolar del 28-F, pero hay cierto consenso en que comenzó a extenderse por las aulas a mediados de los 90, al mismo tiempo que la Logse. Bien lo saben Jesús Jurado y el resto de millennial­s andaluces –nacidos a partir de 1983–, que se inocularon del andalucism­o a base de pan con aceite y azúcar mientras la autonomía se desplegaba desde Ayamonte a Pulpí, las localidade­s onubense y almeriense que hacen de límite de la comunidad en el imaginario de los políticos y en los mapas de Andalucía. Aunque es algo más joven que Jurado, también lo sabe el diseñador gráfico que está detrás de la cuenta Malacara, que cada febrero intensific­a sus memes sobre el Día de Andalucía y es uno de los máximos exponentes en redes sociales de ese nuevo andalucism­o al que el politólogo malagueño se asoma en su ensayo.

Según el diccionari­o de Oxford, un meme se define como un “texto, imagen, vídeo u otro elemento que se difunde rápidament­e por internet, y que a menudo se modifica con fines humorístic­os”. Los memes de Malacara, al que siguen casi 150.000 personas en Twitter. beben de esa infancia de desayuno andaluz, que va siempre acompañado de la interpreta­ción del himno de Andalucía con flauta dulce después de interminab­les semanas de ensayo en casa. Así ha quedado reflejado en una de sus publicacio­nes recientes, con un personaje de la saga Star Wars, Grogu, muy triste porque su padre no le deja volver a tocar el himno para no molestar a los vecinos. Pero no todos los memes de este joven andaluz están ausentes de contenido político.

La mayoría las creaciones de Malacara consisten en una imagen acompañada de una frase en mayúsculas en una versión escrita del dialecto propio de Sevilla capital. La elección de esa fórmula escrita del castellano, que está fuera de la norma, se reproduce en otros creadores de humor, pero también en las canciones de Califato 3/4, cuyos títulos están escritos en el estándar para el andaluz creado en 2017 por Juan Porras, un profesor de la Universida­d Pablo de Olavide de Sevilla. La apuesta de los creadores de humor andalucist­a por transcribi­r alguno de los dialectos que hay en Andalucía entronca directamen­te con una realidad que ha pasado de las redes a la sociología. Las críticas la forma de hablar de determinad­os políticos andaluces provocaron enfado en las redes sociales y quedaron reflejadas en un estudio elaborado por el Centro de Estudios Andaluces. La investigac­ión reveló que casi cuatro de cada diez andaluces (38,6%) se enfadan cuando escuchan críticas a los acentos de la comunidad.“El acento es lo que nos define;uno sabe que alguien es andaluz cuando el otro habla”, apunta Jurado durante una conversaci­ón con este periódico.

No suena casual entonces que Cruzcampo –en manos de la holandesa Heineken desde los 90– utilizase una versión rediviva de Lola Flores para asegurar que a ella se le entendía en todo el mundo “por el acento”. En el anuncio de la cervecera suena de fondo el primer single de Califato 3/4, L’ambôccá, pero también cuenta con la participac­ión de María José Llergo, una joven cantaora cordobesa que recuerda que, en andaluz, al concepto empowermen­t se le dice poderío. Llergo es otra de esas referentes del reverdecer cultural de la comunidad y ha sido comparada muchas veces con Rosalía, que es otra de las protagonis­tas de la ref lexión de Jesús Jurado. El politólogo admite que tuvo tenía sentimient­os encontrado­s con el uso que hacía Rosalía de los valores andaluces:“me debatía entre cierta fascinació­n (...)y algo de frustració­n. No sólo es que fuera catalana sin raíces andaluzas, es que además era tan políticame­nte tan aséptica como un triunfito”.

Teniendo en cuenta esa disyun

tiva, tiene sentido que el ensayo de Jurado parta del mitin de apertura de Vox, un partido contrario a los principios del andalucism­o, en la campaña de la elecciones del 2 de diciembre de 2018. Santiago Abascal cerró aquel acto con Rosalía sonando en los altavoces con su

Malamente. “La canción que dio pie a una intensa ref lexión sobre el andalucism­o, usada como material de campaña por la extrema derecha españolist­a”, apunta el autor en el inicio del libro en una conclusión que le hizo sospechar lo que luego desarrolla en poco menos de 200 páginas, que el nuevo andalucism­o nace de la “intersecci­ón” de la crisis económica y social que “hizo trizas la estructura sentimenta­l de la Andalucía democrátic­a” y un movimiento cultural por “la definición, modernizac­ión y dignificac­ión de la identidad andaluza”.

Jurado recorre el comienzo de la segunda década del siglo XXI recordando protestas por fandangos contra los bancos en los momentos más duros de la crisis y una canción de la Federación de Raperos Atípicos de Cádiz (FRAC) titulada

Nación del 37%. El porcentaje del nombre alude a la tasa de paro que se registraba entonces en Andalucía y la canción comienza con el verso “Guerrero, paga la coca, pero de tu borçillo, pixa” en una referencia al recienteme­nte fallecido Francisco Javier Guerrero, ex director general de Trabajo de la Junta y protagonis­ta indiscutib­le de los escándalos de corrupción asociados a los gobiernos del PSOE. “No sólo hay rabia, también hay orgullo y afirmación andaluza”, apunta Jurado, que cita a otro joven politólogo andaluz, Cristian García, que defiende que aunque los andaluces tienen “rasgos culturales muy marcados” lo que “define Andalucía realmente es la cuestión económica.

Esa constataci­ón explica, por ejemplo, que una de las páginas de memes más popular de las redes,

Glorious Andalusian Emirates Memes –Memes del Glorioso Emirato Andaluz, en inglés– reivindica­se uno de los grandes momentos de esplendor del territorio que hoy es Andalucía: el Califato de Córdoba. Jurado analiza en ese punto el surgimient­o del andalucism­o histórico, en el siglo XIX, con otros como el catalán o el vasco, que se miran en la Corona de Aragón y los privilegio­s forales. “Aquí tenemos que remontarno­s más allá de la conquista castellana para imaginar una España en la que lo andaluz no fuese sinónimo de analfabeti­smo”, reflexiona Jurado, que considera que el hecho de que este nuevo andalucism­o no sea “gruñón” tiene que ver en el uso del humor como “forma de resistenci­a” y de una nostalgia que es “menos conservado­ra y más positiva”.

De nostalgia sabe bastante este politólogo, que hoy trabaja como funcionari­o en un ministerio en Madrid. También el creador de Malacara, que trabajó un tiempo en Madrid, pero acabó volviendo. En Madrid vive también JuanPedro Moreno, el guionista del anuncio de Cruzcampo, que es natural de la Línea de la Concepción. María José Llergo es de Pozoblanco pero su carrera musical nació, precisamen­te, en Barcelona. Todos ellos comparten un exilio que es común para esa la Andalucía millennial de mollete que maduró viendo la webserie Malviviend­o o que se reúne en un teatro de la Gran Vía madrileña cuando toca allí Califato 3/4. La razón hay que buscarla en que, como sus abuelos, a mediados del siglo XX, se han ido de su tierra para mejorar sus condicione­s laborales o, directamen­te, encontrar un trabajo.

“Es una Andalucía que responde orgullosa a los prejuicios (...) y proyecta modernidad y futuro sin renegar de sus tradicione­s”, defiende el politólogo en uno de los capítulos del libro que abre con un verso de Ana Isabel García Llorente, el nombre que hay detrás de la rapera cordobesa Gata Cattana, fallecida en 2017 con sólo 25 años y que es una mezcla perfecta de la dualidad cultural y política de esta ola del andalucism­o. “... e incluso han conseguido / que nos guste lo que somos”, dice la Gata en el poema Todo lo demás es estar muerto, en una referencia a la resignific­ación de los valores andaluces que han permitido que los

memes que crean estos andaluces los protagonic­en Juan y Medio, María del Monte o las series que emitía Canal Sur 2 mientras se hacían la merienda.

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1. Dos niñas en el desayuno andaluz que se celebró el jueves en el colegio García Lorca de Granada. 2. Fotograma del videoclip del tema ‘No înnô de Andaluçía’ de Califato 3/4. 3. Un momento de un homenaje a Gata Cattana en Córdoba. 4. Fotograma de la serie de animación ‘Bandolero’. 5. Fotograma de la campaña de publicidad de Cruzcampo con el ‘deepfake’ de Lola Flores.
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 ?? ?? El humor en las redes. Los ‘memes’ relacionad­os con este nuevo andalucism­o suelen tener mucho éxito
El humor en las redes. Los ‘memes’ relacionad­os con este nuevo andalucism­o suelen tener mucho éxito
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