Pekín se pone de perfil
● El Consejo de Seguridad de la ONU no es capaz de condenar la invasión rusa por el veto de Moscú a la resolución de condena, pero China se abstiene en un calculado ejercicio de ambigüedad
La ambigüedad china frente a la invasión rusa de Ucrania se manifestó al votar una resolución de condena en la ONU, en la que se abstuvo, decisión que el Gobierno de Pekín intentó explicar con cinco argumentos, entre los que se incluye el “respeto a la soberanía de los países y de su integridad territorial” y un concepto de seguridad “común e integral”.
El concepto de seguridad implica que la estabilidad de un país “no puede venir a costa de la de otros”, aunque las demandas de Rusia “han de tomarse en serio” tras “cinco rondas de expansión de la OTAN hacia el este”. Fueron algunos de los argumentos utilizados por el embajador chino ante las Naciones Unidas, Zhang Jun, quien repitió parte de lo que había expuesto el viernes el canciller chino, Wang Yi, ante representantes de la Unión Europea y el Reino Unido, según medios oficiales chinos.
Antes de la votación, Wang mantuvo llamadas telefónicas con su homóloga británica, Liz Truss, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y con Emmanuel Bonne, consejero diplomático del presidente francés, Emmanuel Macron.
Pese a que tampoco condenó las acciones rusas, Wang declaró a sus interlocutores que se ha alcanzado una situación que “China no desearía ver” y anunció que es “imperativo” que todas las partes “ejerzan la moderación” para evitar “que la situación se deteriore” y “proteger las vidas y la propiedad de los civiles”.
Asimismo, Wang aseguró a sus interlocutores que China “ve con buenos ojos el diálogo directo y las negociaciones entre Rusia y Ucrania lo antes posible”, al tiempo que expresaba su esperanza de que Ucrania sea “un puente entre Oriente y Occidente”, citando así una frase del antiguo secretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger, que ha sido empleada en varias ocasiones en los últimos días por las autoridades chinas.
Por último, Wang subrayó la importancia del Consejo de Seguridad de la ONU, que debe desempeñar “un papel constructivo” en la crisis.
El viernes, los presidentes de Rusia y China, Vladímir Putin y Xi Jinping, mantuvieron una conversación telefónica en la que Xi reiteró los aspectos principales de la posición china: la resolución de problemas “mediante la negociación” y “el respeto a la soberanía e integridad territorial de los estados”, si bien, como ya es habitual, precisó que “es importante respetar las legítimas preocupaciones de seguridad de todos los países implicados”. Por su parte, Putin aseguró a Xi que está dispuesto a mantener “negociaciones de alto nivel” con Ucrania.
La conversación entre los dos líderes da pistas del papel que está jugando China en una crisis compleja para la ONU, como se demostró en el veto la citada resolución de condena de la invasión de Ucrania. El texto que contó con el apoyo de una clara mayoría del Consejo de Seguridad, pero estaba condenado al fracaso desde el primer momento, ya que Moscú podía bloquearlo. Había sido impulsado por Estados Unidos para condenar la intervención militar rusa y exigir la retirada de sus tropas de Ucrania.
“Rusia puede vetar esta resolución, pero no puede vetar nuestras voces, no puede vetar la verdad, no puede vetar al pueblo ucraniano”, dijo tras la votación la embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield.
Más allá del lenguaje del texto, lo que Washington buscaba era aislar diplomáticamente al Gobierno de Vladímir Putin, obligando a los quince países del Consejo de Seguridad a pronunciarse sobre el conflicto. Al final, lo consiguió a medias. Rusia se quedó sola en el “no” y once países apoyaron el texto, pero otros tres se abstuvieron: China, India y Emiratos Árabes Unidos.
Insistiendo en esa necesidad de diplomacia justificaron sus abstenciones la India y Emiratos Árabes Unidos, mientras que Brasil, cuyo voto también estaba en duda, optó finalmente por apoyar la resolución, al considerar que ofrecía un “equilibrio” entre denunciar las acciones rusas y dejar la puerta abierta a la posibilidad de negociaciones para parar el conflicto.
El otro país latinoamericano que se sienta actualmente en el Consejo de Seguridad, México, también votó a favor y dijo que condena con firmeza la agresión rusa.