La OTAN, más necesaria que nunca

Amedida que pasan las horas, el mundo se va dando cuenta de hasta qué punto Rusia se ha convertido en un serio peligro para la estabilidad de Europa. La OTAN, a la que España pertenece con todos los derechos y obligaciones, ya ha advertido de que las pretensiones de Rusia no se detendrán en Ucrania y ha anunciado que reforzará su despliegue militar en su flanco oriental. Si hay algo que haya demostrado la actual invasión de Ucrania es de la necesidad de una herramienta de defensa como la OTAN, comprometida con la salvaguarda de la democracia política, la economía de libre mercado y los derechos humanos. España, en la medida de sus posibilidades y sin extravagancias que no le corresponden, debe ser solidaria con este esfuerzo.

En los últimos días proliferan discursos supuestamente bienintencionados sobre la paz que no distinguen al agresor del agredido. La paz siempre será un bien supremo, pero como enseña la historia, la única manera de asegurarla es contando con una fuerza militar que disuada a terceras potencias de la tentación de atacarnos. Para esto, nada más y nada menos, sirve la OTAN, hoy en día más necesaria que nunca.

Sería un error considerar la invasión de Ucrania como un conflicto concreto producto de un simple delirio de grandeza de un solo mandatario, Vladimir Putin. Para iniciar una operación de las dimensiones de ésta hace falta aunar muchas voluntades y esfuerzos. Nos guste o no, hoy por hoy, en Rusia ha calado un pensamiento neoimperial, mezcla de zarismo y nostalgia comunista, que supondrá una permanente fuente de inestabilidad geopolítica. La OTAN, que algunos dieron por enterrada, se nos vuelve a mostrar como la mejor herramienta para nuestra defensa común.

La OTAN, que algunos dieron por enterrada, se nos vuelve a mostrar como la mejor herramienta para nuestra defensa común