La complicada existencia de Bárbara Rey
Bárbara Rey, una de las vedettes y actrices más conocidas del país, se sentó en el sofá del programa de Bertín Osborne, Mi casa es la tuya, para hacer un recorrido por su trayectoria personal y profesional, en el que no pasó por alto los malos momentos de sus comienzos en que incluso pasó hambre y tuvo que dormir en la calle. “Pasé más hambre que el perro de un barbero”, cuenta de su llegada a Madrid con 18 años. “Empecé a trabajar de gogó con una amiga pero no nos daba para mucho, yo he dormido en la calle dos o tres veces aunque mis padres tenían dinero, no quería preocuparles”.
Con el respaldo incondicional de su hija Sofía Cristo, Bárbara evocó una vida dura y negó que la imagen que se ha forjado de ella el público tenga que ver con la realidad. “Todo el mundo habla de mí y dicen una barbaridad de cosas que no son verdad. Han querido dar una imagen mía de devoradora de hombres y fría que no soy yo. Yo nací para ama de casa pero me gustaba mucho la profesión”, señaló.
Sobre su matrimonio con Ángel Cristo comentó que existieron “malos tratos desde el principio, muy malos tratos, mucho”, manifestó. “Yo antes de casarme vivía en un chalé de La Moraleja (...) Me enamoro totalmente...”, confesó negando su fama de “materialista” pues pasó varias décadas, cuando trabajaba en el circo, viviendo de aquí a allá en una caravana.
Tampoco eludió su reciente –y breve– romance con Edmundo Bigote Arrocet, del que asegura que “pudo ser y creía que podía ser con su edad y la mía, pero no (...) Para la edad que tiene, debería darse cuenta de quién merece la pena y quién no”.