Batalla campal en Querétaro
● Una pelea entre aficionados del equipo local y el Atlas deja 26 heridos, tres de ellos de gravedad ● La Fiscalía ya ha iniciado una investigación
La violencia en el fútbol mexicano tocó fondo en las últimas horas con 26 heridos, tres graves, como consecuencia de una batalla campal en el partido Querétaro-Atlas, después de la cual el Gobierno y de la Liga MX deberán revisarlo todo.
El partido entre el campeón Atlas y el Querétaro, correspondiente a la novena jornada del torneo Clausura, fue suspendido luego de que en el segundo tiempo los hinchas de uno y otro equipo iniciaran una pelea que se extendió al resto de los graderíos y luego a la cancha, de donde los jugadores corrieron a los vestuarios. La suspensión de los tres partidos que cerrarían la jornada es la consecuencia deportiva, la menos importante porque la barbarie mostró el lado incívico que ni las autoridades del fútbol ni las del gobierno parecen en condiciones de detener.
Un hombre despojado de sus ropas pidió clemencia. Como respuesta un troglodita lo golpeó sin misericordia, mientras a unos metros el cuerpo inerte de un aficionado recibía patadas de unos bárbaros. Algunos ebrios, otros con actitudes como las que tienen los drogados actuaron a la manera de robots de la violencia y crearon el caos, mientras un policía fue grabado con el semblante de un pacífico budista, pegado a su teléfono con una mano en su bolsillo.
“Es una tragedia porque, aunque no hay muertos, no podemos decir que no es una tragedia y no podemos permitir que se politice”, dijo ayer el gobernador del estado, Mauricio Kuri. Subrayó que la Fiscalía local ya inició una serie de investigaciones por lo ocurrido en el estadio, incluida una por homicidio en grado de tentativa, y se realizarán exámenes toxicológicos a quienes estuvieron involucrados.
“Revisaremos todas las actuaciones, públicas o privadas, para determinar responsabilidades por acción o por omisión, castigar lo que se tenga que castigar, corregir lo que se tenga que corregir”, dijo Kuri, quien hoy se reunirá con el presidente de la Liga MX, Mikel Arriola.
Como autoridad, Kuri tiene el reto de atrapar a los agresores, cuyos rostros aparecen con nitidez en fotografías y vídeos. Y de lograrlo, presionar a los jueces a aplicar penas como las que aplican a los que intentan matar.
Es obvio que tanta violencia descarnada no está relacionada con la pasión por un equipo. Nadie está dispuesto a matar porque el delantero contrario le hizo un gol al guardameta de casa y eso lo deben investigar las autoridades.
En México, es común que las barras de los equipos tengan el apoyo de los clubes. Los líderes de algunas se sienten con derecho a exigir prestaciones y es algo que las instituciones del fútbol local deberán revisar. Casi siempre la violencia sale de esos grupos.
“La liga condena los hechos en el estadio La Corregidora es una situación de violencia grave que nos obliga a actuar enérgicamente contra los responsables”, dijo
El presidente de la Liga MX, Mikel Arriola, anunció la suspensión del resto de la jornada
Arriola el sábado en un video en redes sociales.
Son esperanzadoras las palabras del Gobernador Kuri y del directivo Arriola, siempre y cuando no se queden en la verborrea que usan los políticos en todos lados y en México casi siempre significa venta de humo.
Los hechos de este sábado serán el antes y después, el examen de grado del fútbol mexicano, que ha quedado cuestionado a menos de cinco años de ser una de las sedes del Mundial del 2026.
¿Debe un país incapaz de garantizar la paz en un partido de la liga local organizar la Copa del Mundo? La respuesta la darán los jerarcas que se esconden en un discurso vacío y después toman medidas que provocan violencia, sólo porque dan ganancias