Europa Sur

El abasto de Ceuta yla Provincia Marítima de Algeciras

● El Puerto de Algeciras abastecía de víveres a la guarnición y población de Ceuta, si bien frecuentem­ente los mercantes se enfrentaba­n al acoso de los buques de guerra ingleses

- ANTONIO TORREMOCHA

EL aislamient­o al que estaba sometida la ciudad de Ceuta y el temor de sus autoridade­s a sorpresivo­s ataques procedente­s de territorio magrebí, cuando no sufría la plaza asedios que duraban décadas, como el de 1694 a 1720, obligaban a prever el continuo abastecimi­ento de la ciudad desde la otra orilla.

El rey Carlos II, por Real Cédula de 31 de enero de 1700, había renovado las franquicia­s que disfrutaba Ceuta para recibir abastos de los reinos de Granada y Sevilla sin que estuviesen grabados por el impuesto de millones y a los precios del vino, vinagre, aceite, carne, jabón y velas de cebo, entre otros. A lo largo del siglo XVIII, la ciudad de Algeciras, con Tarifa y Estepona, sustituyer­on a Gibraltar que, hasta el año 1704, habían asumido la responsabi­lidad de proveer a Ceuta de todo lo necesario.

Desde el puerto algecireño se enviaba leña, carbón, aguardient­e, trigo, garbanzos, habichuela­s, manteca, bacalao, aceite, ganado vacuno, carneros, cabras, cerdos y otros géneros para el abastecimi­ento de la guarnición y la población civil de Ceuta. En la denominada Dehesa de Ceuta, en el término de Algeciras, pastaba el ganado vacuno que había sido adquirido para el mantenimie­nto de la guarnición ceutí. En el Catastro de Ensenada se hace mención a estas reses diciendo que “el Asentista de la Plaza y Presidio de Ceuta pagaba de arbitrios 2.000 reales anuales por mantener sus ganados en los baldíos de este término (de Algeciras)”. Algunas de las familias de comerciant­es que ostentaron la representa­ción del abasto ceutí, fueron los Vázquez, Bellido y de la Puente.

Como en la década de los años treinta del siglo XVIII el acoso de los buques de guerra ingleses a los mercantes que hacían la travesía entre Algeciras y Ceuta se intensific­ó hasta hacer peligrar el normal abastecimi­ento de la ciudad norteafric­ana, se habilitó, en el año 1739, un puerto de embarque alternativ­o al de Algeciras que se hallara más cerca de Ceuta y fuera del control de los navíos ingleses que fondeaban en el puerto de Gibraltar.

Como refiere Correa da Franca, “para que tuviesen acogida nuestras embarcacio­nes y se libertasen de los corsarios ingleses, fue preciso fortificar la cala del Tolmo”. Se construyó un fuerte y se proyectó un muelle para el atraque de los barcos, aunque ambas obras quedaron inconclusa­s o, en el caso del muelle, muy afectadas por los frecuentes temporales. Para garantizar el abasto de la ciudad y de su guarnición a finales del siglo XVIII y librar a nuestros mercantes del ataque de los navíos ingleses, hubo que recurrir a enviar los cargamento­s en barcos bajo pabellón marroquí. El fuerte y el muelle del Tolmo acabaron destruidos por los ingleses, aliados entonces de los españoles, durante la Guerra de la Independen­cia.

LA PROVINCIA MARÍTIMA DE ALGECIRAS Y LA MATRÍCULA DE MAR

En la actualidad, el litoral español se halla dividido en Provincias Marítimas, cada una de las cuales se compone, a su vez, de Distritos Marítimos. Las Provincias Marítimas tienen su origen en la Real Cédula de 5 de octubre de 1607, por la que el rey Felipe III organizaba la Matrícula de Mar, que consistía en un sistema de reclutamie­nto de gente de mar destinada a tripular los barcos de guerra de la Marina Real y, subsidiari­amente, de gente de maestranza destinada a la construcci­ón y carena de los mismos buques en los arsenales reales.

Recogía una serie de privilegio­s y franquicia­s que les correspond­ía a la gente de mar (patrones, pilotos, marineros, pescadores, armadores) o su maestranza (carpintero­s de ribera, calafates, toneleros, etc.) que tenían la obligación de estar matriculad­os en el registro oficial de Marina para poder enrolarse o para ejercer sus trabajos. La Matrícula de Mar fue, por tanto, una institució­n que logró regular, por primera vez, el problema que para la Monarquía española había constituid­o siempre el reclutamie­nto de la marinería, técnicos, especialis­tas y gente de oficios relacionad­os con la mar para servir en los buques reales.

En octubre de 1737, el rey Felipe V mandó redactar una Ordenanza que recogía lo estipulado en la de 1607 y que, entre otras cosas, decía que “con esta considerac­ión y deseo dividí en tres Escuadras el Cuerpo de mi Armada Naval, señalando para Capitales de estas tres divisiones o Departamen­tos los Puertos de Cádiz, Ferrol y Cartagena, para que los naturales de todas mis Provincias se aficionase­n al tráfico de la mar, que tanto puede ayudarles a respirar de la fatiga de las anteriores Guerras, y establecí en cada Departamen­to Ministros instruidos de mi Real in-

tención, para que manifestán­dola a todos los Pueblos de su distrito, hiciesen entender, cuan de mi real agrado sería que se alistase y matriculas­e toda la Gente de Mar de mis Dominios, para reducirla a un Gremio separado y distinguid­o con honras, franquezas, y privilegio­s”. En 1751 se publicó la tercera Ordenanza de Matrícula de Mar que estuvo en vigor hasta el año 1802, cuando la Matrícula se generalizó a todo el país y se inició el período de decadencia de la institució­n.

Hasta el año 1786, la Matrícula de Mar de la Provincia Marítima del litoral del Estrecho estuvo radicada en el puerto de Tarifa. La inexistenc­ia de Algeciras como ciudad hasta el año 1755 y la escasa relevancia portuaria de la renacida población en la primera mitad del siglo XVIII, hicieron de Tarifa el puerto en el que, por el número de embarcacio­nes matriculad­as y la diversidad de actividade­s que se desarrolla­ban en él (aduana, comercio, corso, pesca) se concentrar­a la administra­ción marítima de la zona.

Hasta su traslado a Algeciras, las provincias marítimas de Andalucía tenían su sede en Almería, Motril, Málaga, Tarifa, Cádiz, Sanlúcar y Ayamonte. Gracias a los excelentes trabajos de Manuel Quero Oliván, disponemos de abundantes noticias de la Provincia Marítima de Tarifa. Según este autor, la revista del año 1786, refiere que la Provincia de Tarifa comprendía a Tarifa, San Roque, Algeciras, Vejer y Conil.

En ella se da una detallada relación de la gente de mar, personal de maestranza y embarcacio­nes que componían toda la matrícula, apareciend­o, en el apartado de Matrícula y Pesca, datos sobre la actividad pesquera y los aprovecham­ientos que se realizaban en los diferentes pueblos que estaban bajo su jurisdicci­ón.

Tarifa era la capital marítima, asistida por las subdelegac­iones de Algeciras y San Roque. A su vez, dichas subdelegac­iones tenían unos “destacamen­tos” para mejor vigilancia y administra­ción. Dependient­e de Algeciras había un destacamen­to en la desembocad­ura del río Palmones a cargo de un cabo de mar. San Roque tenía gran relevancia administra­tiva, pues allí estaba la plana mayor del ejército, la cual tenía a su vez dos destacamen­tos: el de Tunara, con un cabo de mar, y el de Puente Mayorga, a cargo de un teniente de navío y un cabo de mar.

Sin embargo, esta estructura organizati­va cambió a partir del año 1787, como reconoce al citado autor. Ya en la revista de matrículas de 1787 se indicaba que Algeciras iba adquiriend­o más relevancia administra­tiva, en detrimento del predominio que durante más de siglo y medio había ostentado Tarifa. La Provincia Marítima de Algeciras surge después de la segregació­n de esta ciudad de San Roque y Los Barrios en 1755, pero sobre todo, tras el frustrado bloqueo de Gibraltar de 1779 a 1782, cuando Algeciras fue la base da la flota española, mandada por el Comandante General de las Fuerzas Navales de Bloqueo, don Antonio Barceló.

Al principio, la Provincia Marítima de Algeciras abarcaba los términos de Conil, Vejer, Tarifa y San Roque, pero en el siglo XIX, Vejer y Conil pasaron a formar parte de la Provincia Marítima de Cádiz. La bandera de la Provincia Marítima de Algeciras consta de dos bandas horizontal­es, ambas de igual anchura, la superior amarilla y la inferior azul celeste.

Con al paso de los años, la Matrícula de Mar fue perdiendo peso. Los informes que se conservan de las inspeccion­es periódicas que se realizaban en cada provincia marítima y que son una fuente preciosa de datos sobre las actividade­s de los puertos en la segunda mitad del siglo XVIII, se fueron sustituyen­do, en el siglo XIX, sobre todo a partir de 1831, por otro tipo de documentos que hacían más incidencia en los modos de producción que en la gente de mar y en sus funciones, co- mo eran las estadístic­as de Pesca, de las que se conserva una específica de Algeciras del año 1811 que recoge todo cuando produce la Pesca en esta Provincia, número de embarcacio­nes de alta mar, cabotaje y tráfico costanero, con expresión de los quintales que cargan, el de marineros existentes en el día y los años de servicio de cada cual y el de inválidos con indicación de sus goces personales.

En la provincia de Tarifa-Algeciras, en el año 1786, existían matriculad­os: 151 artilleros, 128 marineros, 176 grumetes, 34 patrones de embarcacio­nes, 35 carpintero­s de ribera y 62 calafates. En cuanto al número de embarcacio­nes, estaban dadas de alta 61 para el tráfico marítimo y 58 para la pesca. En el año 1830 existían en la Provincia Marítima de Algeciras matriculad­os 584 denominado­s gente de mar, 58 de maestranza y un total de 345 embarcacio­nes. En 1845, estas cifras eran de 661 marineros hábiles, 14 inhábiles, 4 veteranos, 51 patrones y 21 individuos de maestranza. En líneas generales, se puede afirmar que los asuntos fundamenta­les de la Provincia Marítima de Algeciras, entre los años 1750 y 1850, giraron siempre alrededor del contraband­o y la deserción, constatánd­ose el bajo nivel de vida de la población marinera.

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ARCHIVO GENERAL DE CEUTA Grabado de Ceuta durante el Sitio de 1694 a 1727.
 ?? ?? Bandera de la Provincia Marítima de Algeciras con las bandas cambiadas (color azul arriba) como homenaje a Ucrania.
Bandera de la Provincia Marítima de Algeciras con las bandas cambiadas (color azul arriba) como homenaje a Ucrania.
 ?? ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS ?? Plano del Fuerte de El Tolmo y muelle desde el que partían los barcos para el abasto de Ceuta en el siglo XVIII.
ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS Plano del Fuerte de El Tolmo y muelle desde el que partían los barcos para el abasto de Ceuta en el siglo XVIII.
 ?? ?? En tiempos del rey Carlos III la capitalida­d de la provincia marítima del Estrecho pasó de Tarifa a Algeciras (Carlos III por Antón Rafael Mengs, Museo del Prado).
En tiempos del rey Carlos III la capitalida­d de la provincia marítima del Estrecho pasó de Tarifa a Algeciras (Carlos III por Antón Rafael Mengs, Museo del Prado).
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