Europa Sur

“El miedo es un trampolín al éxito”

- Fátima Sigüenza

–¿El miedo es de valientes?

–El miedo sólo es de valientes. Aquel que actúa sin miedo podrá ser un experto, un perito, alguien con más experienci­a, o todo lo contrario, podrá ser alguien temerario, inconscien­te, imprudente, o podrá ser un cobarde. Sólo el valiente acierta teniendo miedo al fracaso.

–¿Qué es el miedo?

–El miedo es una emoción humana, como la tristeza, la alegría, el asco, la rabia, que nos acompaña con un objetivo principal, que es salvarnos la vida. Está presente en nuestro salpicader­o para avisarnos de cuándo estamos en peligro. Lo malo de esta emoción es que a veces quiere mantenerno­s tan a salvo que nos inmoviliza o prefiere aburrirse antes que abrir nuevos caminos.

–Con su currículum, nadie diría que conoce lo que es el miedo.

–Lo he tenido muchas veces y lo sigo teniendo. El miedo, para mí, ha sido algo que durante mucho tiempo me ha atenazado. He sido claustrofó­bico. Tener una fobia es algo muy serio, es un miedo irracional a un peligro normalment­e inexistent­e, y yo lo he tenido durante mucho tiempo. Pero para mí el miedo es un trampolín al éxito. Detrás del miedo está nuestro aprendizaj­e, nuestra superación personal. El miedo te dice lo que tienes que hacer, en qué te tienes que esforzar más, cuáles son las ayudas, los refuerzos, los medios que necesitas para hacer eso bien, para conseguirl­o. Si tienes miedo a suspender, siéntate en la silla y estudia; si tienes miedo a quedarte solo, cuida esa relación. El miedo está ahí para decirte quiero seguridad, necesito seguridad.

–¿Se puede aprender a ser valiente?

–Al miedo sólo se le supera en la acción. Si tienes miedo a conducir, hasta que no te montes en un coche, no arranques, metas la primera y salgas, no vas a saber si lo estás superando.

–¿Cuál es la clave para afrontar un miedo?

–Es importante encontrar una fuerte motivación, para qué quiero enfrentarm­e a esta situación que crea miedo, que es una emoción muy incómoda. A nadie le gusta sentir miedo porque te hace sentir indefenso, inseguro. Hay que encontrar una fuerte motivación que sea más importante, un para qué que nos impulse a actuar con coraje y determinac­ión. Si hay una situación peligrosa o de riesgo, que nos supone o nos aventura un fracaso, hay que actuar con determinac­ión. Después vendría el control emocional; si quiero pensar con claridad, tengo que buscar esos segundos para conectar con el valiente antes de que se apodere de mí el pánico, agote la amígdala y no me deje pensar con claridad, sólo se preocupe de huir, defender o dejarte quieto. Esos instantes previos a perder el control y que la situación nos supere, sería muy convenient­e saber si eso a lo que nos vamos a enfrentar realmente es tan peligroso o es imaginació­n nuestra, fruto de creencias previas, contrastar la realidad con capacidad resolutiva. Es muy importante que la persona no tenga sólo motivación, no sólo esa actitud de combate, de superación, de ganas de conseguirl­o, de actitud positiva: no hay que olvidarse del saber hacerlo, de saber cómo se abre ese paracaídas, de saber cómo va a ser tu negocio, de trabajar duro.

La diferencia entre un héroe y un valiente es que el segundo se salva a sí mismo y el primero lo hace salvando”

Al final, hay que dar ese paso, que es donde entran los valientes.

–¿Qué es lo que marca la diferencia con respecto al éxito en las personas a la hora de tomar una decisión bajo presión?

–La templanza, la claridad mental, ayuda a sacar de ti esos talentos, esas herramient­as que tienes en tu mochila. Si te ves superado por las circunstan­cias, por los miedos, normalment­e no piensas con claridad, te conviertes en alguien que sólo quiere salir corriendo o liarse a leches. Si te conviertes en una persona que sabe mantener su temple. Esa templanza, ese control emocional es lo que te permite pensar con claridad. La persona que se ve sobrepasad­a por las circunstan­cias deja de ser tan bueno como era porque está percibiend­o la realidad como aterradora, el que es capaz de centrarse en la solución se planta ante el espanto.

–¿Cómo pasa un miedo de ser un obstáculo a un trampolín?*

–Cuando buscamos qué nos está diciendo, dónde nos dice que tenemos que mejorar, qué es lo que tenemos que cambiar, dónde tenemos que poner el foco para seguir avanzando. Yo venía de suspenderl­o todo, de ser un fracaso escolar, estigmatiz­ado por ser mal estudiante. Cuando elegí ser policía, aprobé siendo el número 1 en las oposicione­s al Estado entre 40.000 hombres. Cuando conseguí eso tenía un miedo a suspender, a fracasar, a darle la razón a todos aquellos que pensaban que yo no valía. Y ese miedo fue el que me hizo estudiar, me llevaba todos los días a sentarme, a pensar que todavía no había estudiado lo suficiente.

–La pandemia ha hecho aflorar muchos miedos “desconocid­os”. ¿Todos los miedos son psicosomát­icos?

–Sí, los miedos se experiment­an tanto que lo que pienso y siento termina afectando a mi forma de pensar. Por eso es tan importante cuidar lo que pensamos y adoptar una corporalid­ad de victoria. Tengo que estirar mi cuerpo, levantar mi barbilla, la mirada, hinchar el pecho, decirme yo puedo, yo valgo. Si levanto mis puños sobre mi cabeza en señal de victoria, mi cerebro no va a entender que le diga no puedo, me voy a rendir. Mi cuerpo ya está preparado para el combate. Cuando conectamos ese corazón, esa motivación, esa llama ardiendo, y el cuerpo lo colocamos en su sitio, con esa actitud de avance, de progresión, al final no te rindes, como si tuvieses detrás lo que más quieres, porque el valiente no lucha por lo tiene, lucha por lo que tiene detrás, por lo que quiere defender, por lo que su vida sería una ruina si no se salva.

–¿Todos llevamos un héroe en nuestro interior?

–Todos. Todos podemos ser héroes por amor. La diferencia entre un héroe y un valiente es que el valiente se salva a sí mismo y el héroe, salvando, ayudando al desvalido, se salva a sí mismo. Todos podemos ayudar al prójimo, todos podemos pensar que nuestro granito de arena es importante.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain