Europa Sur

Putin y las tropas rusas se enfangan en Ucrania

El Ministerio de Defensa sostiene que la operación militar “transcurre según lo planeado”

- Efe

El presidente ruso, Vladimir Putin, no consiguió en un mes de campaña militar ni doblegar la resistenci­a ucraniana ni debilitar a la OTAN, bien por error de cálculo o por exceso de confianza.

“Quiero subrayar que la operación militar especial transcurre justo según lo planeado”, afirmó ayer el general Igor Konashenko­v, portavoz del Ministerio ruso de Defensa.

A la memoria de los rusos les viene la fallida invasión de Afganistán (1979-89), que desembocó en la desintegra­ción de la URSS, y la primera Guerra de Chechenia (1994-96), un fracaso en toda regla del Ejército ruso. Las tropas parecieron aprender la lección en Osetia del Sur (2008), donde en cinco días derrotaron a Georgia, y en la intervenci­ón en Siria (2015), donde Moscú evitó la caída del régimen de Bashar al Asad.

El principal objetivo de la intervenci­ón militar rusa era “desmilitar­izar” Ucrania. Según informó ayer el Estado Mayor ruso, los bombardeos rusos han destruido totalmenba­ndo te la Armada ucraniana y “casi completame­nte” la Aviación y la Defensa Antiaérea.

Al lanzar su ofensiva, según Moscú, las tropas rusas abortaron una supuesta ofensiva ucraniana inminente contra las autoprocla­madas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Ahora, tras un mes de hostilidad­es, el Ejército ruso sólo controla el 54% de Donetsk, donde está desplegado el grueso de las fuerzas ucranianas, y el 93% de Lugansk.

El principal bastión ucraniano en el mar de Azov, el puerto de Mariupol, sigue resistiend­o pese a los bombardeos indiscrimi­nados rusos de las últimas semanas.

Como ocurriera en 2014, los miles de efectivos del batallón nacionalis­ta Azov ha demostrado una pericia en combate mayor de la que esperaban los generales rusos.

Lo mismo ocurre en torno a Kiev, donde el anunciado asedio nunca llegó a producirse, aunque un general ruso inspeccion­ó esta semana la línea del frente a sólo 30 kilómetros de la capital.

La OTAN parecía dividida en vísperas de la guerra, el objetivo que perseguirí­a Putin, según denunció el jueves en Bruselas el presidente de EEUU, Joe Biden.

Por ejemplo, Alemania se negó a suministra­r armamento aduciendo como excusa su pasado nazi, algo que rechazó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, de origen judío.

En cambio, la invasión creó un enemigo común para la Alianza Atlántica, algo que no ocurría a gran escala desde la caída de la Unión Soviética en 1991.

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