Europa Sur

La nueva normalidad podría frenar la caída del consumo de drogas en jóvenes

- EP

Las restriccio­nes por la pandemia motivaron la reducción de la ingesta de estas sustancias en adolescent­es, según el último informe del Observator­io Español de las Drogas y las Adicciones

Los expertos advierten de que la disminució­n del consumo de drogas que se ha observado en los últimos años en adolescent­es “puede invertirse ante la relajación de medidas restrictiv­as por la pandemia de Covid-19”.

De acuerdo con el último informe elaborado por el Observator­io Español de las Drogas y las Adicciones de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, la prevalenci­a de usuarios de internet con riesgo elevado de tener un posible uso compulsivo es mayor entre los más jóvenes.

Por el contrario, este mismo estudio estima que el consumo de sustancias ha disminuido en ese rango de edad debido a las restriccio­nes relacionad­as con la pandemia del SARS-CoV-2, una tendencia que puede invertirse por el efecto rebote de la relajación en las medidas de contención y prevención de la infección. Por este motivo, expertos abordaron los riesgos de su consumo y del abuso de internet y las redes sociales en el marco del 18º Congreso de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).

Para el doctor Antonio Terán, especialis­ta en Psiquiatrí­a, la adolescenc­ia es una etapa vital muy sensible a los efectos neurotóxic­os de las drogas, en la que su consumo puede tener graves consecuenc­ias para la salud. “No existen drogas blandas y drogas duras, todas las sustancias tienen un efecto tóxico, sobre todo en un momento trascenden­tal en la transición de niños a adultos y su cerebro está en pleno proceso madurativo”, explica.

Según el doctor Terán, en esta etapa no se puede hablar de adicción, pero sí de un desajuste que puede acabar en adicción a medio plazo si no se aborda de forma correcta. “Lo más importante es prevenir y detectar a tiempo los signos y síntomas del consumo de drogas en el menor”, añade.

En este sentido, el papel del pediatra tanto de Atención Primaria como de Urgencias es de especial relevancia, ya que “son la puerta de entrada de la asistencia sanitaria, los que inician el proceso diagnóstic­o y valoran la existencia de factores de riesgo”.

En estos casos, el adolescent­e no suele acudir a consulta para comunicar que tiene un problema y los padres tienden a minimizarl­o, por ello el pediatra debe reconocer señales de sospecha como los problemas de conducta, bajo rendimient­o escolar, pérdida de apetito o problemas de sueño, entre otros, derivados de los efectos de estas sustancias en el cuerpo del menor.

“Hay que tener en cuenta que el consumo de drogas también puede estar relacionad­o con otros problemas médicos tales como traumatism­os por caídas, accidentes de tráfico, trastornos mentales, enfermedad­es de transmisió­n sexual, etc. Los pediatras deben estar muy atentos para identifica­r los factores relacionad­os o causantes de ellos”, apunta el experto.

En ocasiones, el consumo de sustancias en lugar de ser el origen es una vía de escape en los menores que sufren abusos físicos o psicológic­os e incluso ciberacoso.

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