Los precios altos en la producción agrícola se pueden prolongar dos años
Ignacio Pérez, investigador de mercado para la CE, ve necesarias medidas a corto plazo para solucionar la actual crisis
guerra genera en el Mar Negro”. La carestía de los fertilizantes no es el único problema que acecha al mundo rural como consecuencia de la guerra. También para agricultores y ganaderos se genera un problema porque se corta la producción agrícola de Ucrania.
“La situación creada con Ucrania es un problema muy grave, porque el 30% del aceite de girasol que se consume en la UE”, sostiene Ignacio Pérez, que estima en 10 millones las toneladas de oleaginosas que se importan.
A ello hay que sumar otros cinco
“Con toda esa tormenta perfecta, las consecuencias de precios elevados pueden perdurar en el tiempo, y será determinante qué políticas se sigan para atajarlo, teniendo en cuenta que existe una gran conexión de los mercados energéticos con los de la alimentación”, explica Pérez.
“En nuestros análisis de prospectiva medimos corto y medio plazo y, a medio plazo, todos los números no nos dan grandes cambios globales”, dice el investigador, que añade que si la guerra acaba Ucrania en pocas semanas, “a nivel macroeconómico la UE no se verá especialmente afectada”.
Pero eso no significa que no haya que adoptar soluciones para el corto plazo, porque “el desequilibrio en los mercados agrarios es muy grande”.
Por el lado de la oferta, el economista avisa de que la producción en la UE se verá potencialmente afectada por la falta fertilizantes. “No está clara si habrá merma y cuánta será, en el caso de que haya”, precisa Pérez.
Por el lado de la demanda también hay que hacer frente a varios problemas, y habrá que establecer en que se centra la producción agraria: para alimentación animal, para alimentación humana o para biocarburantes.
“Se podrían aplicar políticas que equilibren, como por ejemplo limitar la producción de biocarburantes a corto plazo para equilibrar los precios de los piensos”, dice Pérez, que insiste en que la alimentación humana no se verá tan afectada.
Una solución alternativa es sustituir la importación que no
Ignacio Pérez Domínguez
llega de Ucrania y su área de influencia con importación procedente de otras latitudes, como Argentina y otros países de América. Eso podría obligar a modificar la política de aranceles. Tampoco es probable que se cambiase la regulación de uso de fitosanitarios en los cultivos.
Otra posibilidad, si la importación alternativa no cubre el déficit que generará la falta de producción en Ucrania, podría ser incrementarla en la UE, plantando cereales y oleaginosas en terrenos en barbecho.
“Es una posibilidad limitada, no está claro que solucione el problema de los insumos”, responde Pérez, que ve en el aumento de las importaciones alternativas a Rusia y Ucrania la salida más factible, aunque en un contexto de precios altos, los países exportadores suelen poner límites a las exportaciones para evitar inflación local y eso también lo condiciona”, concluye.