Europa Sur

El acuerdo en Bruselas da aire a Sánchez en una de sus semanas más complicada­s

● El presidente salva la resistenci­a de una parte de la UE a rebajar el precio de la luz, pero tiene aún la losa de la huelga de transporti­stas y el enfado de socios y PP por su viraje con el Sahara

- José Miguel Blanco (Efe)

El acuerdo logrado por los Veintisiet­e en Bruselas que avaló que España y Portugal puedan adoptar medidas propias en el mercado de la energía dio un respiro al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una de sus semanas más difíciles desde que llegó al Palacio de la Moncloa.

En el plazo de siete días, Sánchez ha afrontado una huelga de transporti­stas que sigue activa, la resistenci­a de parte de los países de la UE a permitir acciones inminentes que rebajen el precio de la luz, y una avalancha de críticas por su cambio de posición sobre el Sáhara Occidental que ha unido desde a sus socios de Unidas Podemos hasta al Partido Popular.

“Tras la tempestad, vendrá la calma”, aseguran fuentes de Moncloa, convencida­s de que el paso del tiempo permitirá comprobar que las decisiones del Gobierno

Desde Moncloa se admite el error de ligar a los huelguista­s con la ultraderec­ha

tienen un efecto claro en favor de los intereses generales del país.

Es lo que afirman que ocurrirá por ejemplo con el giro en la relación con Marruecos, ya que consideran que la situación era “insostenib­le” y la vía abierta permitirá reabrir fronteras y un mayor control de los flujos migratorio­s.

La decisión no ha sido comprendid­a aún por gran parte de los grupos del Congreso e incluso por sectores socialista­s que esperan que se desvele una razón que permita entender el porqué de modificar una posición histórica sobre el Sáhara. Pero desde el Gobierno se afirma que no hay ningún motivo oculto, que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ya ha expuesto los argumentos y que el propio Sánchez los reiterará en su comparecen­cia del próximo miércoles ante el pleno del Congreso.

Si se mantienen las posiciones expresadas, y nada hace pensar hasta ahora que vayan a variar, el presidente del Gobierno se encontrará con un rechazo unánime a esa nueva política ya sea por el fondo o por la forma.

Ni Unidas Podemos (incluida su vicepresid­enta segunda, Yolanda Díaz) ni ninguno de sus socios de

investidur­a avala esa decisión. Y el nuevo PP que llega de la mano de Alberto Núñez Feijóo ha vertido duras acusacione­s contra Sánchez por no consensuar un asunto que forma parte de una política de Estado como son las relaciones exteriores, y ha dejado entrever que con el relevo en el liderazgo del partido tampoco va a ser fácil llegar a acuerdos.

La comparecen­cia de Sánchez ante el Congreso no será específica sobre Marruecos, sino que servirá para que explique también las cumbres de la OTAN y de la UE de esta semana en Bruselas, el acuerdo

europeo en materia de energía que permitirá a España y Portugal adoptar medidas propias para frenar el precio de la luz, y el plan nacional que aprobará la víspera el Consejo de Ministros. A ese plan se remite el Gobierno como respuesta a las aspiracion­es de los sectores más afectados por las consecuenc­ias de la guerra en Ucrania.

Entre ellos los transporti­stas, una parte de los cuales sigue echando un pulso al Gobierno porque mantiene la huelga pese al acuerdo entre el Ministerio de Transporte­s y el Comité Nacional de Transporte por Carretera.

“No estuvimos finos”, se admite desde el Gobierno ante sus valoracion­es iniciales que ligaban a los huelguista­s con la ultraderec­ha y ante el rechazo a reunirse con los convocante­s.

Pero las fuentes del Ejecutivo afirman que se están “volcando” en todos los frentes para intentar dar respuesta a este y otros sectores como el pesquero o el agrícola y eso se plasmará de forma clara en el plan que aprobará el Consejo de Ministros el martes, que están convencido­s de que calmará el malestar social.

A Sánchez tampoco le fue fácil

convencer el viernes al resto de líderes europeos para lograr lo que se ha denominado “excepción ibérica” para que España y Portugal puedan actuar con medidas propias para intentar rebajar el precio de la luz.

Diez días antes inició una gira europea llevando en su cartera propuestas más ambiciosas y comunes para todos los socios, pero ante la imposibili­dad de que se materializ­aran de forma inminente, apostó por esa solución específica para la Península Ibérica atendiendo a su peculiarid­ad de “isla energética”.

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STEPHANIE LECOCQ / EFE. Pedro Sánchez, en la comparecen­cia en Bruselas el pasado viernes tras el Consejo Europeo.

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