Europa Sur

El ‘déjà vu’ de los peritos de la IGAE en los ERE

● Anticorrup­ción rebaja a un año y siete meses de cárcel la petición para los acusados

- Jorge Muñoz

Un auténtico déjà vu en el caso de los ERE cuatro años después del primer juicio. Y los que quedan, si tenemos en cuenta que hay más de un centenar de juicios en cola en la Audiencia de Sevilla. Los peritos de la Intervenci­ón General de la Administra­ción del Estado (IGAE) comparecie­ron ayer en el cuarto juicio de los ERE, en el que se investigan las ayudas de 420.708,47 euros que recibió la empresa Novomag Manufactur­as Metálicas (Nueva Magefesa), de La Línea de la Concepción (Cádiz). Los peritos, liderados por Ángel Turrión, volvieron a exponer sus tesis respecto al sistema de “ingeniería” presupuest­aria y contable que se diseñó para ocultar el pago de las ayudas de los ERE a través de las transferen­cias de la partida presupuest­aria 31L.

Así, Turrión indicó que la concesión y el pago material de las ayudas estaban sometidas a “fiscalizac­ión previa” por parte de la Intervenci­ón General de la Junta, por lo que debían “cumplirse los requisitos”. La fiscalizac­ión de esa ayuda a Novomag “debió realizarse en la Consejería de Empleo, pero fue imposible porque los fondos habían sido transferid­os al IFA/Idea para que efectuara el pago, con lo que se obviaba el paso legalmente exigible de la fiscalizac­ión previa por el intervento­r de Empleo”.

El perito recordó que el juzgado les encargó realizar un análisis de la legalidad de las ayudas y añadió que la ayuda a Novomag, “al igual que las 270” que investigar­on en la macrocausa de los ERE, era “imposible que hubieran cumplido el procedimie­nto legalmente establecid­o, porque para empezar nunca tuvieron un crédito presupuest­ario adecuado”.

De la misma forma, manifestó, al igual que dijo en el primer juicio, que “el presupuest­o de la Consejería de Empleo estaba falseado para permitir ese procedimie­nto anómalo”, para que “no se siguieran los pasos en la concesión de las subvencion­es y para que el intervento­r no pudiera verlo”.

La defensa de los cinco trabajador­es acusados de Novomag –este juicio es el primero de los ERE que se dirige sólo contra los beneficiar­ios, no contra las autoridade­s que concediero­n las ayudas– planteó si en 2003 estas personas, “ciudadanos medios”, podían tener conocimien­to esta “ingeniería” presupuest­aria, a lo que los peritos respondier­on que no podían conocerlo, porque era un “sistema opaco que no estaba al alcance de cualquiera”. Sin embargo, sí que señaló que los acusados “debían saber que tenían que pedir la ayuda, tener una necesidad, cumplir los requisitos y justificar el destino de la subvención”. Anticorrup­ción sostiene que cinco acusados constituye­ron Novomag para “poder recibir fondos públicos de la Junta con los que saldar las deudas que mantenía con los acreedores, entre los que se encontraba la Tesorería General de la Seguridad Social, la sociedad Industrias Domésticas Inoxidable­s del Sur (Idisur)”.

Tras el interrogat­orio, la Fiscalía ha modificado sus conclusion­es provisiona­les, aplicando una circunstan­cia atenuante rebajando a un año y siete meses de prisión y cuatro años de inhabilita­ción.

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