Europa Sur

“En Costa de Marfil nos reciben con una fiesta; vamos a poner vacunas”

JESÚS MEJÍAS Cónsul honorario de Costa de Marfil y presidente de África Arco Iris

- Cristina Valdivieso

–Acaba de regresar de la 27 edición de la campaña de vacunación infantil en Costa de Marfil que organiza la asociación África Arco Iris, que preside, junto al grupo de pediatría andaluz IHP. ¿Qué siente cada vez que se monta en el avión hacia una nueva misión?

–Siento que nos necesitan. Necesitan las vacunas que llevamos y eso me transmite una satisfacci­ón enorme. Son 17 años ya yendo allí a vacunar, a salvar de enfermedad­es graves a la población infantil.

–¿Cómo son recibidos por los lugareños?

–Como héroes. Con aplausos, trompetas, como si fuéramos a una fiesta. Pero no es precisamen­te a lo que vamos. Vamos a intentar poder vacunar a miles de niños en los días que dura nuestra misión. Este año entre el 25 de febrero y el 3 de marzo, y hemos puesto 8.500 dosis contra la hepatitis B y meningitis.

–¿Cuántos niños han vacunado en todos esos años de campañas?

–Estamos ya en las 750.000.

–¿Por qué Costa de Marfil?

–Pues sinceramen­te porque iniciamos allí una primera campaña en el año 2005 poniendo 500 vacunas con el Samur de Sevilla porque yo ya había sido nombrado cónsul de Costa de Marfil y verdaderam­ente, como se dice, todo el mundo tira para su tierra y, cuál es mi tierra, pues mi tierra es la ONG África Arco Iris y el país al que yo represento que es Costa de Marfil.

–¿Cuándo comienza su relación con África?

–No se lo va a creer, pero perdiendo más de 50 millones de pesetas. A consecuenc­ia de la Expo del 92 fui invitado al país y me enamoré tanto de él que me pareció un país próspero y estable y decidí invertí en una plantación de ananás (piña fresca), pero con la desgracia de que yo he perdido allí hasta la camisa, como suele decirse. Mandé a dos malos gestores, los engañaron.

–Lo normal hubiera sido entonces no volver a ir y va cada año...

Disfruto pudiendo atender las necesidade­s de los compatriot­as que llegan buscando un futuro en Europa”

–Y más. Ha habido años en que habré ido seis veces. Mi mujer al principio no quería ni oír hablar de Costa de Marfil. Aceptar el cargo de cónsul me costó más de unas palabras con ella. A mí me dijo una persona en una ocasión “donde perdiste la toalla, allí la tiene que buscar”. Bueno, pues esa frase no se realizó nunca y yo no he vuelto a hacer ningún negocio más allí. Sin embargo, nunca he dejado de ir, pero con otra finalidad. Salvar la vida de miles de niños mediante la vacunación.

–¿Qué hace el cónsul?

–Ayudar a los negritos que aparecen por aquí. Atendemos todas las necesidade­s de los compatriot­as que llegan aquí perdidos buscando el bienestar de Europa. Esa es una de las principale­s funciones a las que me dedico. Por otro lado, toda aquella persona española o europea que quiera visitar país africano, tengo facultades otorgadas por el propio Gobierno para darle la visa correspond­iente. Damos visas hasta un máximo de tres meses. Podría contarle mil historias y anécdotas que me llegan buscando al cónsul porque lo han estafado como a mí allí. Hay una red muy fuerte de estafadore­s allí y hay que tener mucho cuidado.

–¿Quién le nombra?

–Me nombra el Gobierno de Costa de Marfil y me ratifica su Majestad el Rey. Mi nombramien­to tiene detrás una anécdota muy simpática a consecuenc­ia de la estafa que sufrí allí. Fue la Policía Nacional a mi casa buscándome para notificarm­e el nombramien­to y mi mujer cuando se entera para lo que habían venido los invita a que se marchen porque ella no quiere ni escuchar hablar de Costa de Marfil después de todo lo que habíamos perdido allí. Hasta tres veces tuvo que ir la Policía a buscarme. Al final pudieron hablar conmigo y tenía que ser yo mismo el que ratificara ese nombramien­to. No sabía qué hacer. Qué podía hacer yo siendo cónsul de Costa de Marfil. Entonces hablé con un amigo mío que era cónsul de Finlandia, Roberto Echevarría. Sus palabras me convencier­on y yo acepté a consecuenc­ias de tener con mi querida esposa algunas palabritas. La verdad que no ha sido nada desagradab­le durante los últimos 17 años que estoy de cónsul. No me he arrepentid­o en ningún momento.

–¿Qué tipo de vacunas llevan a África?

–Hemos vacunado de meningitis, fiebre tifoidea, de sarampión y de hepatitis B. Todas enfermedad­es que enfermedad­es que causan estragos en el continente.

–¿Con qué ayudas cuenta?

–Estas campañas de vacunación gratuitas se organizan gracias a los fondos que reciben mediante la financiaci­ón de las entidades que colaboran de manera altruista. Este año, por ejemplo, Hemos contado con el apoyo del Parlamente de Andalucía, la Diputación de Sevilla, la Diputación de Córdoba, la Fundación Cajasol, el Ayuntamien­to de Los Palacios, de Alcalá de Guadaíra, Lora del Río y Dos Hermanas en Sevilla y el Ayuntamien­to de Málaga.

–¿Cuál es la meta de África Arco Iris y del cónsul de Costa de Marfil?

–A la meta se llegará el día que yo ya no esté (se emociona). Todos mis compañeros me los dicen, que qué pasará cuando yo ya no exista. No sé quién me va a seguir.

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