Moreno reivindica el centro y atisba a Vox como adversario
● El presidente de la Junta ensalza su modelo de gobierno y estrena el papel de barón territorial más poderoso ante las suspicacias de Ayuso
Juanma Moreno lleva años trabajándose la imagen de moderado en un momento político marcado por los extremos. En el cierre del XX Congreso Nacional del PP, el presidente de la Junta ensalzó “la centralidad”, que no es “equidistancia”, sino una forma de que su partido alcance “una nueva mayoría, serena e integradora”. El discurso del político malagueño no fue llamativo por el mensaje, sino por dónde lo defendió. Ante el cónclave que lo llevará a ser el barón popular con más poder, con permiso del nuevo líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, pero también de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña es la otra ganadora de este congreso de Sevilla que sirvió para dejar atrás el paréntesis de Pablo Casado al frente del PP, un partido que está “en modo Andalucía”, como dijo el viernes Elías Bendodo.
El f lamante coordinador general de los populares se refería con esa frase a que el próximo reto de los populares serán las “inminentes” elecciones autonómicas. Pero entre líneas se puede leer también la relevancia que el PP andaluz ha ganado en el partido de Alberto Núñez Feijóo. El ascenso andaluz, explican fuentes populares, ha generado suspicacias en el entorno de la presidenta de la Comunidad de Madrid, que tiene un modelo distinto al de Juanma Moreno, sobre todo en las formas. Por ese motivo resulta llamativo el canto a la “centralidad” que hizo Juanma Moreno durante su discurso como anfitrión del cónclave popular.
“Es necesario un gobierno serio, fiable y solvente, con sentido común”, señaló el presidente de la Junta, citando a Mariano Rajoy. Moreno recuperó un discurso clásico del PP, el de la buena gestión económica y la recuperación tras las crisis gestionadas por los socialistas. Pero, sobre todo, ensalzó la labor de su gobierno después de 37 años de ejecutivos socialistas en la comunidad. “Andalucía funciona sin dejar a nadie atrás”, afirmó el político malagueño en un intento por proyectar la dualidad entre reformismo económico liberal y protección de los servicios públicos.
El relato de Juanma Moreno consiste en defender que es posible reducir impuestos y eliminar trabas burocráticas para mejorar la economía y, al mismo tiempo, aumentar el gasto sanitario, educativo y en servicios sociales. Para reforzar su argumento ha retomado un dato que él mismo ofreció a principios de año: la plantilla del Servicio Andaluz de Salud era, a 7 de enero, la mayor de su historia. Y recordó, tras enviar su cariño al consejero andaluz de Educación, Javier Imbroda, que el último dato de abandono escolar en Andalucía era el más bajo de la historia.
Con este relato, el presidente de la Junta ilustró desde el atril una tesis que manejan en el PP desde hace ya tiempo. El miedo a la derecha que el PSOE alimentó durante décadas ha quedado desactivado en sólo tres años de Gobierno de Juanma Moreno. “Preparaos, van a quitar las ayudas, lo van a privatizar todo, son insensibles”, rememoró el dirigente malagueño, que aseguró que este mantra lo viene escuchando “desde que tenía pantalones cortos”. “Este cuento se ha acabado”, espetó Moreno que ha mostrado su tono más mitinero en el cierre de su intervención y le ha advertido a Alberto Núñez Feijóo que, si llega a La Moncloa, recibirá las mismas exigencias desde Andalucía que ahora recibe Pedro Sánchez. “Tendrás nuestra cooperación, pero vamos a exigirte lo que es de justicia para los andaluces”, auguró el presidente de la Junta, convencido de que el gallego será “un gran aliado” de Andalucía si alcanza el Gobierno estatal.
Moreno, al que Feijóo llamó “el califa” tras levantar al auditorio al final de su discurso, fue el único dirigente popular que ha aludido a la corrupción. Lo hizo para separarse de la gestión socialista, pero su alusión planeó sobre la polémica del contrato del hermano de Isabel Díaz Ayuso, que se está investigando en la Fiscalía europea y en la Fiscalía Anticorrupción española. Esta mención, sin serlo expresamente, sirve también como advertencia a la presidenta madrileña, que en la primera jornada del cónclave mantuvo un perfil bajo, distinto al que acostumbra.
El presidente de la Junta, que el viernes no aludió a Pablo Casado, sí tuvo un recuerdo para el ya ex líder popular, sentado en primera fila junto a su sucesor durante el discurso de Moreno. “Andalucía
Moreno asegura que el “cuento” del miedo a la derecha empleado por el PSOE “se ha acabado”
En la Junta creen que Vox se nutre de votantes de la izquierda que estaban en la abstención
es tu casa, ahora y siempre”, le dijo el político malagueño a Casado, con quien ha mantenido una buena relación después de años de militancia conjunta. “El PP tiene voz, idea, equipo y proyecto”, recalcó Moreno, consciente de que parte de esa voz, esa idea, ese equipo y ese proyecto tendrá acento andaluz por su papel ascendente en este PP de Feijóo. Y a Elías Bendodo, su lugarteniente y su hombre fuerte en Madrid desde este cónclave, lo ha aleccionado “Lo va a hacer muy, muy bien, por la cuenta que te trae, porque sí no… tú verás”.
Bendodo seguirá en la Consejería de Presidencia hasta los comicios autonómicos, que todavía basculan entre junio y principios de octubre. La elección final de Moreno dependerá de cómo eche a andar el nuevo PP de Alberto Núñez Feijóo. En los próximos días se espera la publicación de varias encuestas que servirán como radiografía de la situación que hereda el político gallego, pero también el andaluz. El papel de Vox en esos sondeos también influirá en la decisión de Moreno, ya que desde el entorno del presidente de la Junta ya defienden que la formación de Santiago Abascal es “el único adversario” que puede hacer peligrar la continuidad del jefe del Ejecutivo en San Telmo. El crecimiento de Vox en las zonas rurales preocupa en el Gobierno autonómico, ya que, aseguran, el partido ultra bebe de antiguos votantes de izquierda que llevan años en la abstención.