Europa Sur

“Vamos allá”

Feijóo insufló tal inyección de entusiasmo a los populares en su discurso que todos los asistentes parecían dispuestos a ir donde hiciera falta para recuperar el Gobierno

- PILAR CERNUDA

LO dijo Feijóo para cortar los aplausos que atronaron en el congreso cuando subió al escenario. Un “vamos allá” con el que indicaba que iniciaba su primer discurso como presidente del PP, pero fue un “vamos allá” con el que podía haber puesto punto final a ese discurso, porque metió tal chute de entusiasmo a la gente del PP que todos y cada uno de los asistentes parecían dispuestos a ir hacia a donde hiciera falta, hacer lo que hiciera falta, para recuperar el Gobierno.

Pocas veces ha habido un congreso de partido tan unánime en la percepción de que se inicia una etapa histórica con un líder que hace apenas un mes ni se planteaba dar el salto a la política nacional; un partido con la convicción también de que nada podrá parar una carrera que sólo puede conducir a la victoria. En la propia sala de prensa, con cronistas de trayectori­as e ideologías muy distintas, se vivía la impresión casi generaliza­da de que eran testigos de un acontecimi­ento que alterará la política actual, con un personaje que obligará a otros partidos, y a otros dirigentes, a cambiar de discurso para asumir uno más español, más responsabl­e, más reivindica­tivo y con mucha más grandeza, si quieren parar los pies a un Alberto Núñez Feijóo que sale de Sevilla con la aureola de que sólo tomándose en serio el trabajo político y el trabajo de gobierno se le podrá vencer.

Hacía falta un candidato así, un líder de la oposición que ofrece su ayuda al Gobierno: “Para rectificar lo que se hace mal, agilizar las medidas que los españoles necesitan, cesar a los ministros que hacen oposición desde el Gobierno o bajar impuestos a la energía”. Un Gobierno “que no dependa de los que quieren dividir España”. Pero, advirtió a Sánchez: “Moderación no es tibieza, ni diálogo sometimien­to. No nos vamos a intimidar con presiones ni propaganda. No vamos a ser el PP que quieren otros partidos, sino el Gobierno que están esperando y quieren la mayoría de los españoles ”.

Después de expresar ese apoyo al Ejecutivo, el palo: “Estamos preparados para hacer frente a un Gobierno dividido, que rompe sus consensos; triunfalis­ta, que cuando le sale mal echa la culpa a los demás”. Y más: “No vengo a insultar al presidente de gobierno, vengo a ganarle”.

A Feijóo se le entendía todo, aunque no pronunció determinad­as palabras. Por ejemplo, Vox. “Somos un partido constituci­onalista, autonomist­a y que defiende la nación española. No somos antieurope­os, no enfrentamo­s a la gente por cuestiones de género, avanzamos en la igualdad sin trampas. No estamos anclados en el pasado”. No hacía falta decir más para saber a qué y a quiénes se refería. Expresó su apoyo al Jefe del Estado y su aportación a España, y así se lo comunicó a la Casa del Rey nada más ser elegido, antes de su primer discurso, y provocó un gran aplauso cuando dijo: “Que nadie cuente conmigo para participar en este entretenim­iento infantil en que se ha convertido la política española”.

Imposible describir cómo fueron recibidas sus palabras, sus proyectos, sus anuncios, sus reivindica­ciones, sus menciones a compañeros que merecían reconocimi­ento público. En Sevilla ha surgido un PP distinto al que había iniciado su congreso, un PP dispuesto a comerse el mundo para ganar nuevas elecciones y gobernar.

Hubo más momentos de emoción en el congreso antes de que Feijóo subiera a la tribuna para pronunciar su discurso. Una joven diputada ucraniana, que ha vivido una pesadilla para salir de su país, vestida de amarillo y azul y con un móvil en la mano en el que tenía grabados los horrores de la guerra, con lágrimas en los ojos explicó el sufrimient­o de su país, la destrucció­n de su país. Los asistentes la escuchaban enmudecido­s primero y con un sonoro aplauso a continuaci­ón. También fue muy especial el discurso del presidente andaluz, anfitrión del congreso de Sevilla, que expresó su apoyo a Feijóo y al PP con palabras muy de dentro que demostraba­n que la suma de sus fuerzas va a ser clave para el futuro del PP. Es fundamenta­l para el partido ganar las siguientes elecciones andaluzas, entre otras razones para colocarse en mejor situación respecto a las generales. Andalucía, no se puede olvidar, elige a 61 diputados en el Congreso. Es difícil gobernar España sin un buen resultado andaluz.

Feijóo anunciará hoy los nombres de sus vicesecret­arios generales, los que formarán con él, Gamarra y Bendodo el núcleo fuerte del partido, el equipo de mando con el que el nuevo PP quiere trabajar para alcanzar la victoria.

De Sevilla sale un PP dispuesto a dar la batalla con un nuevo presidente que, como dijo el propio Feijóo, hoy está lleno de ilusión y esperanza. Y con su gente en posición de saludo para ganar a Pedro Sánchez, dar un vuelco a la política, y gobernar sin populismos y sin partidos que, como dice la gente del PP, quieren poder pero no quieren a España.

“Moderación no es tibieza, ni diálogo sometimien­to”, advirtió a Pedro Sánchez

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JULIO MUÑOZ / EFE
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