La importancia del despliegue del 5G
Fernando Olivencia, director de Transformación Digital de Magtel, aporta las claves sobre la impantación de esta tecnología
LA quinta generación de comunicaciones móviles (5G) nos lleva prometiendo recurrentemente desde el año 2010 revolucionar los servicios de comunicaciones electrónicas. Una promesa, por cierto, renovada a principios de 2020 con el lanzamiento de los trabajos conducentes al desarrollo de la sexta generación de comunicaciones móviles (y ya hay una séptima generación prevista en el horizonte).
¿Qué hay realmente de especial en esta tecnología que no haya sido aún resuelto por las anteriores generaciones?. Podemos decir que la tecnología 5G se enfoca en aumentar la eficiencia de las redes desde tres puntos de vista:
En primer lugar, con un mejor aprovechamiento del espectro radioeléctrico, incluyendo la posibilidad de combinar varias bandas de radiofrecuencia y permitiendo un mayor número de dispositivos por estación base.
En segundo lugar, con un menor consumo energético en los terminales, lo que mejora la autonomía de los dispositivos.
Y en tercer lugar, con un menor tiempo de respuesta (latencia) de las aplicaciones en el orden de 1 milisegundo.
Todo esto permite que esta tecnología sea un facilitador imprescindible para el desarrollo de nuevos servicios y aplicaciones como el vehículo autónomo (aéreo o terrestre) o la fábrica conectada, así como la construcción de gemelos digitales y la universalización del internet de las cosas y de la inteligencia artificial.
Sin embargo, lo realmente disruptivo, desde mi punto de vista, de las redes 5G es su arquitectura de computación distribuida, apoyada en redes definidas por software y funciones de red virtualizadas, lo que le confiere una gran flexibilidad y adaptabilidad a múltiples casos de uso, llegando incluso a proporcionar recursos dedicados de red a aplicaciones y clientes mediante la técnica del network slicing.
Por otro lado, a pesar de que llevamos mucho tiempo oyendo hablar del 5G, realmente el estándar no estuvo más o menos cerrado hasta finales de 2018, por lo que los primeros productos comerciales son relativamente recientes y los casos de uso más innovadores hasta el momento no dejan de ser meros proyectos piloto a pequeña escala.
Tenemos, por lo pronto, varios retos importantes por delante para poder disfrutar de los beneficios prometidos de esta tecnología y de su ansiado impacto económico y social, como son, la asignación de nuevas bandas del espectro radioeléctrico para el despliegue de la tecnología (26 GHz), una vez finalizado el proceso de reorganización de la banda de 3,5 GHz, así como ampliar el espectro actualmente disponible para el desarrollo de redes 5G privadas (20 MHz).
Igualmente, la promoción de la colaboración público privada para hacer un despliegue eficiente y amplio de la nueva infraestructura de red, necesaria principalmente para poder utilizar las bandas de frecuencia más altas.
Y finalmente, el fomento de entornos de innovación abierta en el que las principales operadoras del país colaboren con empresas e instituciones en la aceleración del desarrollo de casos de uso.
La próxima década, según el 3GPP, nos promete un reto apasionante en el que miles de millones de cosas, personas, vehículos conectados, robots y drones generaremos Zettabytes de dato y donde nuevas aplicaciones en movilidad como la telepresencia holográfica, las comunicaciones inmersivas y los robots personales formarán parte de nuestro día a día.
Es importante que concluyamos con éxito y a tiempo el despliegue de las redes y servicios 5G en España y en Europa. Toda la experiencia que hayamos adquirido en este camino nos permitirá aspirar a mantener nuestro liderazgo a nivel mundial en este campo.