Errores políticos
Está claro que esté quien esté al frente del país y sea del partido o ideología que sea, siempre ha habido un momento para la ineptitud y falta de tacto al aplicar o dejar de aplicar medidas inmediatas y necesarias. Me refiero a dos situaciones acontecidas en breve espacio de tiempo y que han venido a demostrar que no es tan fácil gobernar y lo difícil que es hacerlo bien y acertar. La primera fue hace dos semanas al consentir que una huelga programada causara tanto daño y lo consiguiera, con el consiguiente malestar y cabreo de los españoles, que vieron desabastecidos los establecimientos de alimentos y de todos sus derivados. Nunca, a mi corto entender, se debía haber permitido. La huelga es legal cuando los derechos y deberes de unos y otros son respetados por ambas partes. Y está claro que no fue así. ¿Por qué no se escoltó a los camiones que querían abastecer a los almacenes y evitar el desabastecimiento? Creo que el Ejército en tiempos de paz está para estos casos y así la Policía y la Guardia Civil seguirían atendiendo sus funciones. Y la segunda... El día 1 de abril las gasolineras se vieron, desde muy temprano, asaltadas por millares de automóviles y camiones para repostar y ahorrar unos euros en ello. No comprendo ese afán de acaparar, al igual que con los alimentos. Pregunto en mi ignorancia: ¿no podría haberse evitado esto descontado los 20 céntimos ofertados en el IVA, igual que se hizo con el recibo de luz? Hacer de una ayuda un caos, sea en el caso que sea, es también un fracaso político. Cada vez más me pregunto qué hay que hacer para encontrar dirigentes en este país que luchen por los ciudadanos que lo pusimos para darnos el bienestar ofertado en sus programas políticos.