Muere un trabajador en un accidente laboral en Navantia en Puerto Real
● El operario realizaba labores de reparación en un crucero cuando recibió un fuerte golpe en la cabeza ● La actividad se paraliza dos días en los tres centros de Navantia en la Bahía
Ha vuelto a pasar. La industria gaditana vivió ayer otra jornada negra. Un trabajador perdió la vida en el tajo. Eduardo Caro, de 62 años y vecino de Puerto Real, moría de madrugada en el Astillero de Navantia de la Villa tras sufrir un accidente laboral cuyas causas están siendo objeto de investigación. Era un trabajado experimentado que prestaba servicio para la empresa auxiliar de pintura SIASA. Poco después de las dos de la madrugada, cuando realizaba tareas de pulimentado en el buque ‘Carnival Breeze’, que se encuentra en reparación en el astillero puertorrealeño, sufrió el accidente que le costó la vida. “El operario se encontraba en la canastilla de una grúa móvil cuando, por causas que se desconocen, se dio un fuerte golpe en la cabeza”, según fuentes oficiales.
Nada más conocerse los hechos, acudieron al lugar personal de seguridad, prevención y servicios médicos del astillero, que nada pudieron hacer por el más que esperar la llegada de la Policía y la Autoridad Judicial. Navantia se ha puesto al servicio de las autoridades laborales y judiciales que están investigando y ha mostrado su máxima colaboración.
La muerte de Eduardo Caro ha provocado un hondo pesar en el sector del metal de la Bahía. Los trabajadores del astillero se concentraron en una asamblea en la que se guardaron cinco minutos de silencio, antes de que se decretasen dos días de luto. “La asamblea
“Esta muerte es fruto y responsabilidad de las presiones que sufrimos los trabajadores”
ha sido de silencio absoluto”, dijo con pesar el portavoz del comité de empresa de Navantia Puerto Real, José Ángel Souto. Ni tan siquiera se analizaron las causas del accidente. “Ahora hay que estar al lado de la familia, apoyándola y transmitiendo las condolencias del comité que son las de los trabajadores de toda la provincia”.
El pésame del comité se trasladó también de forma particular al hermano del trabajador fallecido que forma parte de la plantilla de Navantia.
El portavoz de los trabajadores del astillero reconoció que, hechos
como este, te pone “los pies en el suelo y te recuerda que es una industria de mucha peligrosidad”. Por ello, insistió en que “cuando los comités exigen que se cumplan los horarios y todas las cuestiones de seguridad no lo decimos por decir, sino porque, a veces, hay consecuencias como esta”, apuntó Souto, aclarando también que “no queremos decir que en este caso haya habido ninguna negligencia. Desconocemos las causas y habrá que investigarlo”.
El trabajador fallecido, un empleado “con muchísima experiencia en el sector” era uno de los
operarios habituales en la reparación de cruceros en el astillero de Cádiz, que realizaba la faena en Puerto Real debido al traslado de la carga de trabajo a la factoría de la Villa. “Esta industria está sometida a mucha peligrosidad y muchas presiones por el propio trabajo y sus condiciones. Esperemos que de cara a futuro se minimicen todos los riesgos”, apuntó el presidente del comité de empresa de Navantia Cádiz, José Antonio Bolaños.
Tras la asamblea el astillero de Puerto Real se quedó completamente paralizado y la actividad
no se retomará hasta el jueves. Lo mismo ocurre en el astillero gaditano y en el de San Fernando.
La mayoría de organizaciones sindicales, especialmente aquellas con presencia en el sector del metal, trasladaron sus condolencias a la familia y amigos del fallecido, al tiempo que exigieron a las empresas, tanto matrices como auxiliares, que hagan cumplir fielmente la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Para Comisiones Obreras, este fatídico accidente es “fruto y responsabilidad de las presiones que sufrimos los trabajadores y trabajadoras”, además
de la “falta de medidas preventivas” que los empresarios deben de tener con sus empleados.
Desde UGT, que calificó la jornada de ayer como “otro día negro” para la Bahía, se exigió “que no haya más excusas y se eviten estos casos”; mientras que CSIF considera que “la prevención de riesgos sigue siendo una asignatura pendiente en nuestra cultura laboral, sobre todo en sectores en los que la peligrosidad es constante. La precariedad, las jornadas excesivas, la falta de formación y de protección solo empeoran la situación”.