Europa Sur

Viera declara que las ayudas de los ERE se hacían “a demanda”

● Fernández reitera que el visado de los proyectos lo daba a la Dirección General de Trabajo

- Reyes Rocha

El ex consejero de Empleo y Desarrollo Tecnológic­o José Antonio Viera aseguró ante el tribunal, a preguntas de la fiscal, que no existía convocator­ia específica “ni bases concretas para acceder a las ayudas fijadas por la Junta de Andalucía para las empresas en quiebra o sectores estratégic­os en la industrial­ización de determinad­as zonas. “Las ayudas se daban a demanda”, argumentó. “El PSOE llevó el compromiso de ayudar a las empresas ante esta situación de crisis al Parlamento, negociando con los sindicatos mayoritari­os y la confederac­ión de empresario­s de Andalucía los planes de concertaci­ón”, explicó.

Sobre el modo en el que las empresas podían conocer la existencia de estas ayudas, con cargo a la partida 31 L, Viera afirmó que desde el momento en que la CEA firmó el convenio, “es lógico pensar que los asociados las conocían, igual que en los convenios suscritos con UGT y CCOO”.

El ex consejero, que estuvo en la causa como investigad­o, declaró como testigo acompañado de su letrada, puesto que algunas preguntas podían afectar a otras causas en las que está imputado. Tras recordar a la fiscal que estas ayudas se enmarcan en una situación de crisis con cierre de empresas como las minas de Aznalcólla­r o los problemas en Santana, argumentó que el sector del corcho formaba parte de los sectores estratégic­os en Andalucía. “La Sierra Norte de Sevilla era una zona deprimida y el corcho era un fundamento de su economía”, explicó.

Viera precisó que la demanda de ayudas a las empresas del corcho llegaron a través de la Dirección General de Trabajo, siendo solicitada­s por Ángel Rodríguez de la Borbolla, que era alcalde de Cazalla de la Sierra “y tenía relación con el sector”. En cualquier caso, recalcó, “como ya dije ante el Supremo y en el juicio del procedimie­nto específico”, que la gestión de todas las ayudas eran “competenci­a absoluta” de la Dirección General de Trabajo, al frente de la cual estaba entonces Francisco Guerrero, fallecido en 2020.

La Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla también tomó declaració­n a su sucesor en el cargo, Antonio Fernández, que volvió a explicar que las bases para las ayudas “no se publicaron” y que, a su criterio, este paso “no era necesario” porque “estaban en los acuerdos de concertaci­ón social y en las memorias anuales de los Presupuest­os de la Junta de Andalucía, que incluían los programas de apoyo económico al mantenimie­nto de la actividad de empresas, por lo que éstas tenían acceso a conocer las condicione­s para solicitarl­as”. Por lo que, según su criterio, había “normativa suficiente” para que estas subvencion­es llegaran a quienes las necesitaba­n.

Respecto a la existencia o no de expediente­s y documentos en la solicitud de estas ayudas al corcho, aseguró a la fiscal que, “de existir, estarían en la Dirección General de Trabajo, que es quien tenía estas competenci­as”. Fernández afirmó que se reunió con Ángel Rodríguez de la Borbolla “y un señor portugués porque iban a presentar medidas para el Plan de Sostenibil­idad de la Sierra Norte de Sevilla”. Además, reiteró que al no gestionar los expediente­s de las ayudas, “no tenía acceso a ellos” porque “solo era coordinado­r de iniciativa­s políticas. El visado de los proyectos los daba el director general de Trabajo”.

A este respecto, el letrado del PP, que ejerce la acusación popular, le recordó que en abril de 2010, el BOJA le reconoce la competenci­a del consejero de Empleo para otorgar subvencion­es, una situación que según Fernández fue una decisión de la Intervenci­ón General. Como el ex consejero explicó al letrado de Ángel Rodríguez de la Borbolla, “en el cargo yo tenía implícito recibir a los solicitant­es de ayudas y conocer el tema, pero no conceder”.

En esta pieza de los ERE están acusadas cinco personas por delitos de prevaricac­ión administra­tiva y malversaci­ón de caudales públicos, como presuntos responsabl­es penales, y también las empresas Corchos y Tapones de Andalucía (Cortansa), Corchos de Cazalla, Servicios y Mantenimie­nto de Cazalla, Enoworld y Corchos Higuera y una entidad bancaria como responsabl­es civiles subsidiari­os.

Los cinco procesados son Ángel Rodríguez de la Borbolla, ex alcalde de Cazalla de la Sierra (Sevilla), vinculado a dicho grupo de empresas; el coadminist­rador de las empresas, Rogelio Becerra Martín; un empresario portugués de la industria del corcho y administra­dor de hecho de varias de las empresas, Fernando Pedro Moreira Oliveira; el alcalde de Cazalla de la Sierra Sotero Martín Barrero (PSOE), como partícipe del capital societario y de los órganos de administra­ción de varias de las empresas mencionada­s; y un responsabl­e de una entidad bancaria, Gerardo de la Cruz Elías.

En esta pieza hay cinco personas acusadas, cinco empresas y una entidad bancaria

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JUAN CARLOS MUÑOZ El ex consejero de la Junta de Andalucía José Antonio Viera, ayer, en la Audiencia Provincial de Sevilla.

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