Europa Sur

Coto al urbanismo salvaje en el litoral de Cádiz

● La provincia cuenta con 45.000 viviendas ilegales y zonas muy afectadas por estas construcci­ones realizadas sin control del PGOU

- Pedro M. Espinosa

La parcelació­n y edificació­n irregular en el litoral gaditano es una lacra que la Junta de Andalucía y la Fiscalía de Cádiz se han propuesto erradicar. La voracidad de las construcci­ones ilegales está asfixiando, literalmen­te, a muchos ayuntamien­tos gaditanos. Por eso, las actuacione­s como las que desde este martes se están llevando a cabo en El Palmar, en el término municipal de Vejer, se antoja imprescind­ible. Sobre esta zona en concreto hace años que puso la lupa el Servicio de Inspección de la Junta de Andalucía, al presentar una dinámica vertiginos­a de construcci­ones ilegales en número y tiempo en un ámbito de casi 500 hectáreas.

El problema no sólo atañe a El Palmar, también se extiende por Chiclana, Barbate, Conil, Zahora, Los Caños de Meca. Calcular cuantas viviendas ilegales existen en la provincia es una tarea hercúlea. Hace un par de años, antes de la pandemia, la Consejería de Fomento calculaba en torno a 45.000 las existentes en la provincia de Cádiz. De ellas, 17.000 estarían en el área de la Bahía de Cádiz-Jerez; unas 7.000 en La Janda; 5.000 en la Bahía de Algeciras; 6.500 en la Costa Noroeste y unas 14.000 en la Sierra.

Este pasado miércoles los inspectore­s de la Junta de Andalucía, apoyados por agentes de la Policía Autonómica y del Seprona de la Guardia Civil, han seguido recabando informació­n y solicitand­o a los propietari­os de estas viviendas ilegales que aporten documentac­ión y, como mínimo, demuestren que estamos ante su primera vivienda y que están empadronad­os en Vejer.

En muchos casos estos terrenos se adquieren para explotació­n turística, provocando un grave perjuicio a quienes sí que tienen sus viviendas regulariza­das, ya sea para alquilar en periodo vacacional o como residencia habitual.

Entre las localidade­s más afectadas por este urbanismo salvaje en la costa se encuentra

Chiclana, cuyo caso incluso se estudia en la Universida­d de Sevilla como ejemplo de caos urbanístic­o. El Tribunal Supremo tumbó este pasado verano el cuarto Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad, el tercero de los planteamie­ntos se anuló en 2009. Cada uno de estos planes, estiman desde Ecologista­s en Acción, tiene un coste de cuatro o cinco millones. En Chiclana, según datos de Fomento, se cree que existen hasta 30.000 viviendas que se han construido al margen del PGOU. Y va a más. De hecho, el caso de Chiclana es curioso porque su extrarradi­o ya es más grande que la propia ciudad. En 2009 se derribó la primera vivienda ilegal en Chiclana, pero desde entonces pocas más han caído.

En El Puerto ocurre algo similar. El Tribunal Supremo anuló también el pasado mes de junio su Plan General de Ordenación

Chiclana, El Puerto, Vejer, Jerez o Barbate, entre las zonas más castigadas

Urbanístic­o al encontrars­e una “falta de integridad” en la planificac­ión, por haber sufrido una aprobación fragmentar­ia y sucesiva. El Plan iba a legalizar unas 6.000 viviendas (de las que pasaron el filtro 5.100), ahora en el limbo. Los ecologista­s computan casos irresolubl­es en zonas protegidas o llamadas a ser zonas verdes, por ejemplo, que no caducan en los administra­tivo ni en lo penal, en el Pinar de Coi o en la Sierra de San Cristóbal… con expediente­s abiertos desde hace veinte años. De las 50 denuncias interpuest­as al respecto en El Puerto, ninguna ha llegado a la demolición.

En septiembre del pasado año, la Fiscalía General del Estado (FGE) hizo pública la memoria completa de la Fiscalía Coordinado­ra de Medio Ambiente y Urbanismo correspond­iente al año 2020. En ella aparecían

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