Europa Sur

SUBIDÓN DEL EURIBOR

- CARMEN PÉREZ

Alo largo de su historia, el Euríbor a doce meses –el más utilizado como referencia– ha ido marcando diferentes valores. Desde que empezó su cotización, en enero de 1999, y durante diecisiete años, se fue moviendo siempre en terreno positivo (marcando un máximo absoluto del 5,39% en julio de 2008). Sin embargo, el 5 de febrero de 2016 se produjo un hecho sorprenden­te: pasó a cotizar por debajo del 0%. Y así sigue desde entonces. Que el precio del dinero sea negativo no puede sino calificars­e de anormalida­d, de irregulari­dad, de rareza. Pero dice el refrán que “a todo se acostumbra uno menos a no comer” y eso nos ha pasado con el Euríbor: estamos completame­nte adaptados a esta aberración financiera. Ahora toca desacostum­brarse.

Seis años llevamos de valores negativos. En los dos últimos, en torno al -0,5%. Esto ha supuesto que muchos endeudados no hayan pagado intereses por sus deudas, o que incluso hayan cobrado por ellas. Hace tres meses la tendencia cambió. El 15 de diciembre de 2021 emprendió una escalada y ha pasado del -0,508% que marcó ese día hasta el -0,063% del 6 de abril.

Lo que le pase a este indicador es de la máxima trascenden­cia porque el valor de los instrument­os y los contratos financiero­s que lo utilizan como referencia en la Eurozona superan los 500.000 millones de euros, y de ellos una parte muy importante son hipotecas.

Para las familias supondrá un aumento de las cuotas mensuales. Por hacernos una idea, para una hipoteca de 150.000 euros, a 25 años, firmada a Euríbor+ 1%, la revisión anual de marzo ya ha supuesto un encarecimi­ento unos 18 euros en la cuota, más de 200 euros anual. Similares cuentas pueden hacer las empresas que estén endeudadas a tipo variable, que verán cómo se resienten sus cuentas de resultados. De momento, la subida, aun siendo muy fuerte, no provoca efectos demasiado importante­s porque partíamos de niveles muy bajos.

La incógnita es hasta cuándo y hasta qué nivel seguirá esta escalada. Caixabank Research, por ejemplo, sitúa al Euríbor a 12 meses en terreno positivo este año, concretame­nte en el 0,13%. Bankinter estima que cerrará el año en el 0,40%. Para 2023, las dos entidades anteriores señalan niveles de 0,85% y 0,80% respectiva­mente. Por su parte, la Asociación de Usuarios Financiero­s, Asufin, asegura que podría cerrar el próximo año en el 0,90%.

Pero la incertidum­bre es enorme. La clave de la evolución del Euríbor estará en buena medida en el comportami­ento que tenga la inflación, que ya era elevada antes de que estallara el conflicto bélico, y que con éste se ha vuelto galopante. Todo apunta a que el BCE –siendo su mandato controlarl­a– tendrá que subir los tipos de interés oficiales este mismo año. Pero si confiamos en sus últimas previsione­s (las de marzo) para el IPC en los próximos años –5,1% en 2022, del 2,1% en 2023 y del 1,9% en 2024– y que las proyeccion­es de crecimient­o en la eurozona no dejan de revisarse significat­ivamente a la baja, el BCE se contendrá todo lo que pueda. Es posible que las subidas del Euríbor este año sean mayores de las anteriorme­nte pronostica­das pero que, sin embargo, aunque sin volver al terreno negativo, el año que viene vuelva a replegarse.

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