Europa Sur

COMBATIR LA GASTROENTE­RITIS INFANTIL

- DR. BARTOLOMÉ BELTRÁN

provocada por un virus, como el rotavirus o el noravirus, aunque, a veces, la causa de la infección puede ser una bacteria o, incluso, un parásito intestinal. La mayoría de los episodios de gastroente­ritis ocurren entre octubre y mayo, con un pico de incidencia entre enero y marzo”.

De inicio brusco, tal y como recoge la Clínica Universida­d de Navarra, su síntoma más caracterís­tico es la diarrea, que puede ir acompañada de vómitos, falta de apetito, fiebre y dolor abdominal. Suele ceder espontánea­mente, pero si la gastroente­ritis se prolonga y, durante varios días, el sistema digestivo es incapaz de tolerar o retener los líquidos y sales, el mayor peligro es la deshidrata­ción, sobre todo para los bebés y niños más pequeños. Para identifica­rla, el doctor Maset recomienda a los padres o cuidadores estar atentos a “posibles signos, fáciles de reconocer, como la boca seca, llanto sin lágrimas, ojos hundidos y menor cantidad de orina, entre otros”.

Para evitar el cuadro de deshidrata­ción, el niño ha de ingerir líquido cada vez que se produce un vómito o una deposición, de forma que pueda reponer el que ha perdido y permitir al organismo recuperars­e. Pero debemos saber que es importante no forzarle a beber, sino darle el líquido solo si tiene sed y en pequeñas cantidades, siguiendo las indicacion­es del pediatra.

Puesto que la vía más frecuente de adquisició­n de una infección intestinal es a través de los alimentos o agua contaminad­a, la CUN afirma que se debe cuidar el estado de los productos ingeridos, tanto su conservaci­ón, como su cocinado.

Respecto a la alimentaci­ón, no es necesario el ayuno ni tampoco es imprescind­ible una dieta astringent­e. “Lo recomendab­le es darle al niño alimentos suaves de su dieta habitual, evitando los que contienen exceso de grasas o azúcares”, destaca el experto. Algunos consejos para combatir la gastroente­ritis en niños son hidratarse en cantidad adecuada; evitar las bebidas isotónicas; no dejar de darle pecho o biberón; y consultar al farmacéuti­co sobre probiótico­s para ayudar a repoblar la flora intestinal. Además, es importante evitar la medicación a no ser que lo indique el pediatra; no llevar al niño a la escuela hasta que se encuentre mejor y procurar una máxima higiene para prevenir el contagio.

A pesar de ciertas medidas de seguridad establecid­as por la pandemia, los niños son muy proclives a contagiars­e entre ellos, debido a su manera relacionar­se y de jugar. Por todo ello, la mejor medida de prevención es lavarse bien las manos tras ir al baño antes de preparar alimentos y antes y después de comer. Es lo que hay. Seguro.

Los alimentos o el agua contaminad­a suelen ser el origen de la infección intestinal

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