‘Élite’ y lo que nos cuenta ahora
La serie juvenil española regresa a Netflix con dos nuevos personajes y más escenas subidas de tono, que han empujado a su éxito internacional
Marc Gabernet
Ya na no saben, ni sabemos, ni en qué curso están, pero los alumnos de Las Encinas regresan a Netflix con una nueva tanda de capítulos hoy viernes, la quinta temporada de Élite. La serie adolescente por excelencia de la plataforma regresa con una remesa más atrevida aún si cabe que las anteriores. A las escenas subidas de tono y los asesinatos escolares a los que nos tienen acostumbrados los creadores se suman nuevos personajes y nuevas tramas.
En esta nueva hornada, Patrick, el personaje interpretado por Manu Ríos, toma gran relevancia. La marcha de Ander (Aron Piper) ha obligado a Patrick a buscar apoyo en otros hombres. La llegada de un nuevo alumno, Gonzalo, interpretado por André Lamoglia, dará un giro a las intenciones del hijo del director de Las Encinas. Gonzalo está fuerte: y es guapo, rico, elegante e hijo de un famosísimo jugador de fútbol. Un perfil perfecto ¿El único inconveniente para Patrick? Que su amigo es hetero.
La nueva temporada de Élite trata, entre otros temas, el enamoramiento no correspondido y el egoísmo de los personajes. Cómo alumnos como Patrick son capaces de hacer cualquier cosa para salirse con la suya y conseguir sus objetivos.
Otro de los personajes que pisa fuerte esta temporada es Sofía, interpretada por Valentina Zenere. En apariencia es una ricachona con mucho poder que llega como alumna nueva. La realidad es que tiene muy claro cuál es su objetivo: enamorar al príncipe francés, Phillippe (Pol Granch). Le da igual que el miembro de la realeza haya abusado de múltiples chicas, el poder y el prestigio lo es todo para ella y no dudará en intentar desbancar a Cayetana (Georgina Amorós) para quedarse con corazón del príncipe.
Élite se vuelve a presentar con una clara declaración de intenciones: ni normas, ni etiquetas.
La serie creada por Carlos Montero y Darío Madrona y producida por Zeta Studios mantiene su habitual tono erótico, elevado. Entre las secuencias para ver hoy, la fiesta sin normas (ni ropa) organizada por Patrick. “Esta noche no hay normas, no hay hora de cierre, no hay distancia física, Viva la indisciplina”, espeta en el segundo capítulo, dando paso al libre albedrío.
Si algo queda claro en esta nueva temporada es que el público incondicional ha comprado el surrealismo de Élite. Con este pacto no escrito entre guionistas y espectadores, la serie coge un nivel de libertad de tramas asombroso. El público ya ha normalizado que en cada temporada haya un alumno asesinado. De hecho, en esta quinta temporada el thriller se mantiene como hilo conductor, pero no tiene peso en los primeros episodios. La serie a un conjunto de astracanadas agradables a la vista, con las que los espectadores puedan fantasear y disfrutar mientras devoran una buena bolsa de palomitas. Un contenido hecho a medida para crear adicción entre los espectadores más jóvenes, saciando así sus decepciones. Pues todos esperábamos vidas de película y hemos acabado conformándonos con ser meros espectadores de la vida de personajes perfectos. Perfectamente edulcorados.
En su quinta temporada la serie hace todas las concesiones posibles a sus seguidores