“Los mexicanos están por encima de las rencillas de Obrador”
CARMEN SANTAFÉ
–¿Cuando uno es de muchos sitios se siente de todas partes, como usted?
–Mis padres se conocieron en Motril. Mi padre es de Huesca y emigraron a Barcelona. Yo nací en Villanueva del Arzobispo (Jaén), me crié en Badalona, estudié Derecho, viví cinco años en París, regresé a España y desde 2008 estoy en México por motivos de trabajo de mi marido. En México doy conferencias, colaborando con compañeros mexicanos en asuntos europeos. Yo seguía con mis clases de literatura, con la relación con escritores, y me lanzo a esta locura de escribir y aprender con Memoria del paladar.
–¿Y dónde se siente mejor?
–Yo me siento ciudadana del mundo y no es un tópico. Mi origen andaluz me marca, como un estandarte, pero también mi crianza en Barcelona. Pero también me siento muy agradecida a México, por todo lo que ha dotado a mi familia. Y es también la cultura, la hospitalidad, la generosidad.
–Pero ahora mismo por comentarios del presidente mexicano, López*
–No es así. Los mexicanos están por encima de las rencillas de López Obrador. Hay mucha raíz española en México y España sigue siendo muy querida pese a las rivalidades políticas. En México no renuncian a su origen español. Hay familias de tercera, cuarta generación, que recuerdan vivamente a sus antepasados españoles. Hay que esperar que esto pase y se recuperen las buenas relaciones entre los dos países. Hay que recomponer la situación. Los políticos juegan a desviar la atención.
–Tenemos al embajador, Juan López Oliva, que busca la concordia. Han sido dardos gratuitos los de la presidencia. México es un país respetuoso con España y con su pasado común. Y eso aparece en Memoria del paladar. En Barcelona está la investigación de una periodista y en México hay una historia paralela más intimista donde no quería renunciar a los modismos, a tantas expresiones cargadas con cariño, los diminutivos. Son un reflejo de la sociedad mexicana.
–¿Cómo son los mexicanos de cerca?
–Son gente cariñosa, viajera, curiosa. Sólo puedo decir bondades de los mexicanos.
–Usted habla de una periodista investigadora, Macarena, en Barcelona. ¿Cuánto hay de autobiográfico en su novela?
–Aunque uno quiera alejarse al escribir, uno escribe de lo que ha vivido, de lo que ha escuchado. Eso nos alimenta, aunque quieras amurallarlo en la ficción. En la novela se vierten experiencias, conflictos de poder, de justicia social. Cómo juzgamos a los demás y nos reflejamos en los espejos.
Simoneta era nieta no reconocida del Puccini. Tras 20 años de pelea en los tribunales lo consiguió”
–Y ahí se entrecruza, entre la ficción y su vida real, la figura de Giacomo Puccini
–Me encanta la ópera. Desde hace mucho me interesó la vida de Simoneta Puccini, la nieta no reconocida del músico. Tras 20 años de pelea en los tribunales consiguió hacerse con sus derechos y logró la herencia que le correspondía. Simoneta y Macarena son historias entrecruzadas tal como llegó a sucederme. En 2015 voy al Festival de Puccini en Italia y me la encuentro, sin pretenderlo. Simoneta muríó en 2017 y este libro ya estaba perfilado. Estaba en el segundo borrador cuando la conocí en persona.
–¿Contribuyó hablar con Simoneta Puccini a perfilar la novela?
–Me hacía falta. Había diferencias
y parecidos entre la ficción y lo que ella me contó. Yo la había convertido en enfermera y nunca fue así. Tras tanto tiempo de reclamaciones, se hizo cargo de la fundación, pero la línea de sucesión directa de Puccini terminó con ella. Giaccomo Puccini sólo tuvo un hijo, Antonio, de una relación con una bailarina que el compositor no reconoció.
Sí llegó a ocuparse algo de su hijo. Simoneta, hija única de Antonio, bregó para ser reconocida y lo logró en 1973. Cuidó de un legado inmenso. En lan ovela juego con ella, para incluir elementos.
–¿Qué es el paladar?
–El paladar nos evoca situaciones vividas, nos acompaña en sentimientos, sensaciones. El paladar es
capaz de retrotraerte a tu infancia. La memoria te trae el pasado al presente a través del olfato y el sabor. En la novela Memoria del paladar es en realidad otro libro: Macarena decide escribir las recetas de Lorenza, que es ciega, y le ayuda a esa recopilación. El libro que Macarena está supuestamente escribiendo lo deja sin título.