Historia y devoción en Castellar con el Cristo de La Almoraima
El crucificado sale junto al Nazareno; Las Angustias se queda en el templo por falta de costaleras
Ytres años después, tras una época oscura por la pandemia, llegó un nuevo Viernes Santo tan reluciente como sobrio en el que el pueblo de Castellar pudo acompañar a su Cristo de La Almoraima en la Estación de Penitencia por las calles del municipio. Lo hizo junto a Nuestro Padre Jesús Nazareno, pero con cierta tristeza, puesto que Nuestra Señora de las Angustias se tuvo que quedar en el templo este año por la falta de costaleras.
El próximo año se cumplirán 50 ediciones de la Semana Santa en la que el histórico crucificado sale a las calles del pueblo nuevo de Castellar de la Frontera un Viernes Santo. La imagen llegó al nuevo núcleo urbano en 1973 procedente del Convento de San Miguel de la Almoraima, Ermita de Nuestra Señora de Los Reyes, de La Casa Convento de la Almoraima de la mano del Hijo Adoptivo de Castellar de la Frontera, el querido Cura Paco.
La historia del Santísimo Cristo de la Almoraima es centenaria. Imagen de autor desconocido es realizada en 1603 cuando la Duquesa de Medinaceli y Condesa de Castellar, Doña Beatriz Ramírez de Mendoza, dota los maravedíes necesarios para la construcción de dos conventos en la refundación de la Orden Mercedaria Descalza, que iniciaría bajo la nueva Orden en el Viso del Alcor y la Almoraima, de Castellar.
El Viernes Santo, 419 años después de su creación, el crucificado hizo su estación de penitencia en un municipio que siempre lo recibe con devoción, fe y recogimiento. La imagen recuperó su policromía original tras la restauración realizada por la restauradora Pilar Morillo el pasado año 2015. Ya sea por fe, devoción o cultura el Crucificado representa un importantísimo patrimonio con el que cuenta el municipio.