El organismo antifraude europeo investiga a Le Pen por malversación
● La candidata de la ultraderecha niega el uso irregular de fondos del Parlamento Europeo
Una nueva investigación del organismo antifraude europeo contra Marine Le Pen enmaraña la campaña de la líder de la ultraderecha francesa. Se repite la situación de las elecciones de 2017 y, como entonces, su respuesta es denunciar un montaje y criticar la parcialidad de las instituciones comunitarias. “Estoy muy acostumbrada a las trampas de la UE a unos días de la segunda vuelta y creo que los franceses no se dejan engañar”, señaló ayer Le Pen mientras hacía campaña en la localidad de Saint Pierre en Auge, en Normandía, cuando se le preguntó por ese asunto.
Negó “completamente” las acusaciones del informe de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) que filtró el domingo el sitio de información en línea Médiapart. Un informe transmitido a la Justicia francesa a mediados de marzo para la posible apertura de un procedimiento contra la candidata que se juega el Elíseo el domingo frente a Emmanuel Macron.
La OLAF le reclama personalmente 137.000 euros, que considera que malversó cuando era diputada del Parlamento Europeo porque los dedicó a fines de política nacional francesa que no se correspondían con los de su cargo en la Eurocámara.
También exige el reembolso de 617.000 euros a otros tres antiguos eurodiputados de su partido, la Agrupación Nacional (RN, sus siglas en francés): a su padre, Jean-Marie Le Pen; a su antigua pareja, Louis Alliot, y al que era vicepresidente del movimiento, Bruno Gollnisch. Entre otras cosas, se les reprocha que ese dinero lo utilizaran para hacer donaciones a asociaciones dirigidas por personas próximas a RN o directamente a miembros del partido, pero también para comprar botellas de vino y de champán que costaron miles de euros que no están justificados con actos asociados al ejercicio de los cargos de eurodiputados.
Le Pen y Alliot se quejaron de que, a pesar de ser los primeros interesados, no han tenido acceso al dossier como sí lo ha tenido Médiapart, un medio al que su equipo no se cansa en señalar que está muy marcado ideológicamente a la izquierda.
Fue precisamente Médiapart hace más de cinco años el que reveló que la OLAF reclamaba a la líder de la extrema derecha francesa 339.000 euros de fondos públicos que el Parlamento Europeo le había atribuido para pagar a asistentes parlamentarios, un asunto que le estuvo persiguiendo durante la campaña de las presidenciales de 2017. Y que le valió a comienzos de 2018 una imputación por malversación de fondos ante la sospecha de que pagó con esos fondos a su secretaria personal y a su guardaespaldas.