Feijóo hace el camino a la inversa
El presidente gallego se despide de Santiago con destino a Madrid, donde aspira a trasladar su modelo
Alberto Núñez Feijóo presentó ayer su renuncia oficial al cargo para centrarse en su papel como líder del PP, convencido de que podrá trasladar al conjunto de España el modelo que fue posible en Galicia durante 13 años, centrado en la unidad y la moderación y ajeno a la fragmentación y a los populismos. En una declaración institucional, tras presidir una reunión extraordinaria del Consello de la Xunta, la última antes de estar en funciones, Feijóo justificó su marcha por la situación política de “frivolidad” y “populismo” que ve instalada en el panorama nacional.
“No quiero ni puedo compartir la premisa de que es imposible en
España lo que sí fue posible en Galicia”, destacó. La jornada comenzó a primera hora de la mañana en el Parlamento gallego, donde el todavía presidente se reunió con su grupo y sus colaboradores antes de entregar la carta de renuncia al titular de la Cámara autonómica y de comunicar su decisión al Jefe del Estado y al presidente del Gobierno.
De este modo comienzan a correr los plazos par su relevo, que tendrán su primer hito el próximo lunes, con la ronda de consultas del presidente del Parlamento a los grupos previa reunión, también la próxima semana, de la Junta de Portavoces para convocar el Pleno de investidura de sucesión que llevará al vicepresidente primero, Alfonso Rueda, a la Presidencia del Gobierno autonómico. Está previsto que la sesión de investidura se celebre la semana del 9 de mayo y que la toma de posesión sea el 14 de mayo.
Durante la declaración institucional, Feijóo destacó la unidad, la moderación y la estabilidad como elementos fundamentales de su mandato en Galicia y como receta de futuro para su labor como líder del PP en España.
“En este palacio, ante esta catedral, en la plaza donde confluyen los caminos, mi caminata como presidente de Galicia acaba aquí. Santiago y Galicia siempre serán una meta y para mí es un nuevo comienzo”, aseguró Feijóo, emocionado en varios pasajes de su intervención, como con el recuerdo a Valeriano Martínez, conselleiro de Hacienda fallecido en octubre, así como las menciones veladas a la muerte de su padre y al nacimiento de su hijo.
En este tiempo, dijo, ha vivido en lo personal “lo mejor y lo peor”, y también políticamente; “con la confianza mayoritaria de los gallegos cada vez que se la pedí” –en alusión a las cuatro mayorías absolutas– y por las tragedias de los fallecidos en el accidente del Alvia, los naufragios y los incendios forestales.
Ha asegurado que su balance es razonablemente bueno tras estos trece años de Gobierno, una etapa en la que se tuvo que enfrentar a la profunda crisis económica, posteriormente a la pandemia y en las últimas semanas a las consecuencias de la guerra de Ucrania. Para Feijóo, en todos los momentos difíciles vividos la estabilidad del Gobierno gallego hizo posible “que el avance no se detuviese nunca”, un avance vinculado también al éxito de la democracia representativa y al autogobierno, ya que se puede servir al Estado desde una comunidad autónoma y viceversa, destacó.
En cualquier caso ha advertido de que tanto la democracia como el autogobierno hay que cultivarlos cada día con cuidado para “evitar el retorno a épocas funestas y para evitar rupturas traumáticas con la legalidad”.
En su intervención dijo sentir una mezcla de satisfacción y de tristeza y saludó los logros del pueblo durante su etapa, ya que es a los gallegos a quienes les corresponde el mérito de lo que se haya podido hacer bien, señaló.
Desde la oposición, la renuncia de Feijóo, que han reclamado numerosas veces en las últimas semanas, es vista como una oportunidad para “un cambio de ciclo” en Galicia.
Alberto Núñez Feijóo