EL GAS OXIGENA AL RÉGIMEN ARGELINO
Cuando más lo necesitaba –el Hirak venía demandando reformas profundas desde marzo de 2019 en la calle y la inflación golpeaba duramente a una población castigada ya por dos años de pandemia–, el régimen argelino ha encontrado en la desgracia de su principal apoyo internacional –y mayor suministrador de armas–, la Rusia de Putin, una ocasión de tomar oxígeno gracias a las necesidades energéticas de sus vecinos europeos. El boicot al gas ruso ha convertido al argelino en la gran alternativa para la UE.
Según datos del Ministerio de Energía argelino, las exportaciones de gas del país norteafricano aumentaron un 21% en febrero de este año –antes ya de la invasión rusa de Ucrania– respecto a 2021. Gracias a los precios de los hidrocarburos, a finales del pasado septiembre los ingresos por ventas de gas y petróleo alcanzaron los 24.000 millones de dólares, un 62% más que el mismo mes en 2020. En fin, las ventas de gas y crudo suponen para Argel aproximadamente el 95% de sus exportaciones en valor y el 25% de su PIB.
Y en plena crisis en Ucrania, el apoyo del Gobierno a la propuesta de autonomía marroquí para el Sahara Occidental –que Pedro Sánchez definía como “la base más seria, realista y creíble” para la resolución del diferendo en una carta remitida el 14 de marzo al rey Mohamed VI– provocaba la más que esperable indignación de Argelia. Tras la retirada del embajador argelino en Madrid, el régimen militar no sólo ha avisado de que incrementará los precios del gas a España y ha comenzado a poner trabas administrativas a la importación de vacuno español: el jueves su ministro de Energía, Mohamed Arkab, advertía de que cortarán el grifo del gas si el Gobierno de Sánchez y la monarquía de Mohamed VI comienzan a bombear por el tubo Magreb Europa
–que Argel cerró a principios de noviembre– gas argelino desde la península a Marruecos. El Ejecutivo, que teme que las represalias vayan más allá, ya busca alternativas al gas argelino; no en vano, en marzo Estados Unidos se situó por primera vez como primer suministrador de gas a España.
“Argelia nunca ha exigido a España otra cosa que cumplir con la legalidad internacional y la descolonización de un territorio que todavía sigue bajo administración española de iure como el Sahara Occidental. Argelia siempre ha demostrado ser un socio fiable, de hecho ni en los peores momentos de su guerra civil durante la década de los 90 dejó de bombear gas a España”, asegura a este diario el profesor de Geopolítica en la Universidad Complutense de Madrid Baba Ahmed Mulay.
“No dejará de venderle gas a España, pero es posible que reduzca las cuotas de venta hasta hacerlas residuales en los próximos años”, advierte el especialista argelino. El propio presidente Tebboune aseveraba el sábado que nunca se desharán de los compromisos adquiridos con España en el suministro de gas, aunque acusaba directamente a Sánchez de “haberlo roto todo”.
Entretanto, en plena ofuscación con el Gobierno de Pedro Sánchez, el pasado 11 de abril Argelia firmaba un acuerdo de cooperación energética con Italia. El gigante estatal Sonatrach se comprometía con la italiana Eni a aumentar un 40% el suministro de gas –9.000 millones de metros cúbicos anuales– a partir del año que viene.
Con todo, el gran reto para Argelia es incrementar sus capacidades productoras: a pesar de sus enormes reservas de gas, faltas de inversión, sus infraestructuras son limitadas. El año pasado, la española Naturgy y Sonatrach invirtieron 75 millones de euros para aumentar la capacidad de Medgaz, el único gasoducto que desde el cierre del Magreb Europa conecta Argelia con la península, con vistas a aumentar la capacidad del tubo, desde los 8.000 millones de metros cúbicos a los 10.000 al año; una apuesta en peligro por el desencuentro hispano-argelino. islas Canarias, y gas natural frente a la ciudad de Larache, apenas a 90 kilómetros del Estrecho. Además, la prensa marroquí destaca la importancia del faraónico proyecto de gasoducto –impulsado por Mohamed VI– que, con 5.600 kilómetros de longitud, deberá conectar Nigeria y Marruecos y ulteriormente servir de plataforma de suministro a Europa. Mientras tanto, Argelia negocia con Nigeria la construcción de otro gasoducto que conecte los dos países con idéntica intención.
Aunque pasó desapercibido durante días, fue el pasado 13 de abril cuando la empresa británica Europa Oil & Gas –en posesión del 75% de la concesión– hizo público el descubrimiento en un yacimiento situado en la cuenca de Agadir de más de 1.000 millones de barriles de petróleo (al parecer en apenas cinco pozos). Con arreglo a los precios actuales, el valor de mercado del hallazgo –107.000 millones de dólares estadounidenses– equivale aproximadamente al PIB de Marruecos en 2020.
Además, el pasado miércoles la Oficina Nacional de Hidrocarbu
El boicot al gas ruso ha convertido al argelino en la gran alternativa para la UE