Europa Sur

DE LA REPRESIÓN SOVIÉTICA A UCRANIA

- JAVIER SORIANO

ESTE 9 mayo se cumple el 77 aniversari­o del fin de la Segunda Guerra Mundial en el teatro europeo oriental, con la firma de la capitulaci­ón alemana, en Berlín, entre los mariscales Keitel (Alemania) y Zhúkov (Unión Soviética). Con su victoria, la Unión Soviética liberó de la ocupación alemana a las naciones de Europa oriental, pero decidió quedarse en estas naciones para imponer unos regímenes que solo respondies­en a los intereses rusos. Todos los intentos de conseguir la soberanía, liberándos­e de los Gobiernos “títeres” impuestos por Moscú, fueron sangrienta­mente reprimidos por el Ejército Rojo, hasta finales de 1991 con la disolución de la Unión Soviética. En esos 46 años de sometimien­to, un goteo de insurrecci­ones sangrienta­mente reprimidas, dejó en evidencia la realidad de las llamadas “democracia­s populares”.

Estas insurrecci­ones se iniciaron con el Golpe de Praga de 1948 (“Febrero Victorioso”, en la terminolog­ía soviética), por el que Checoslova­quia, una nación centroeuro­pea de tradición democrátic­a, fue obligada por la fuerza de los tanques rusos a integrarse en el bloque del Este.

En 1953, la muerte de Stalin sumió a todo el bloque soviético en el desconcier­to y favoreció el estallido de protestas. La primera se produjo en junio de ese mismo año en Alemania oriental, con un carácter específica­mente obrero. Esta insurrecci­ón tomó enseguida una dimensión política, con la petición de dimisión del gobierno alemán y elecciones libres. Las divisiones blindadas del Ejército Rojo acabaron con la insurrecci­ón.

En 1955 tuvieron lugar las protestas de Poznan (Polonia), que al igual que las de Alemania, se desencaden­aron por las malas condicione­s de vida de la clase obrera, aunque en este caso con un componente también de reivindica­ción de libertad religiosa.

Los acontecimi­entos de Polonia fueron seguidos muy de cerca en Hungría, pero aquí la insurrecci­ón acabó de forma trágica. El 23 de octubre de 1956, los estudiante­s de la Universida­d Técnica de Budapest se echaron a las calles con una lista de dieciséis demandas, entre ellas la retirada de las tropas soviéticas y elecciones libres. El 4 de noviembre, Hungría fue invadida por las divisiones blindadas soviéticas, a las que durante casi una semana hicieron frente el ejército húngaro y milicias de civiles. El día 11, la Unión Soviética anunció que había sofocado la insurrecci­ón.

Pero estos 46 años de sometimien­to a los designios de Moscú, acabaron con la caída del Muro de Berlín en 1989, simbolizan­do con ello el fin del orden mundial bipolar (EEUU-URSS) imperante hasta entonces. El vacío de poder en Europa del Este a consecuenc­ia del derrumbe de la URSS, abrió un nuevo escenario con la apertura a sistemas democrátic­os occidental­es de las hasta entonces naciones títeres de Moscú.

La capital de la extinta URSS, Moscú, es hoy en día la capital de la Federación de Rusia, que del vasto territorio que controlaba en Europa del Este hasta la disolución de la URSS, sólo mantiene hoy en día la ciudad de Kaliningra­do (la antigua ciudad alemana de Konigsberg), en el Mar Báltico, anexionada en 1945 como botín de guerra; un territorio incrustado entre dos miembros de la OTAN, Polonia y Lituania, y sin ninguna frontera terrestre con Rusia.

Y ahora, en pleno siglo XXI, Moscú, que ya contaba con un peso en la economía de su antigua área de influencia política en Europa a través de sus recursos energético­s, no se resigna a pasar a un segundo plano en la lucha por la hegemonía mundial entre estadounid­enses y chinos. En ese proceso reivindica­tivo, en 2014 se anexiona Crimea y alimenta la revuelta pro-rusa en las regiones también ucranianas de Lugansk y Donetsk, dando lugar a una guerra soterrada con Ucrania, hasta febrero de este año, en el que ha lanzado una “Operación Militar Especial” para descabezar al gobierno soberano de Ucrania, como si se tratara de un golpe como el de Praga en 1948, intervinie­ndo en los asuntos internos de esta Nación como si fuese una nación satélite (¿cómo Bielorrusi­a?). Pero ya no estamos en el siglo XX, y las columnas blindadas del nuevo Ejército Rojo han sido frenadas en dos de los tres ejes de penetració­n previstos en territorio ucraniano.

Es evidente que este 9 de mayo, en la celebració­n de la victoria soviética sobre la Alemania nazi, el actual inquilino del Kremlin tendrá que replantear­se el plan de la “Operación Militar Especial” sobre el Estado soberano de Ucrania, y hacer público que lo que ha ordenado es una guerra.

Las columnas blindadas del nuevo ‘Ejército Rojo’ han sido frenadas en dos de los tres ejes de penetració­n previstos en territorio ucraniano

 ?? ROSELL ??
ROSELL
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain