Repsol defiende un “mercado único de energía” en Europa
La remuneración a los accionistas de la energética volverá a niveles prepandemia
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, defendió ayer la importancia de que Europa cuente con un “mercado único de energía” al tratarse de un “bien común para todos los ciudadanos europeos, no de políticas separadas de unos con otros”.
Durante su intervención en la junta general de accionistas, Brufau urgió a asegurar la autonomía de toda la región en materia de energía y componentes críticos, y llamó a diseñar un mix energético “realista” que tenga en cuenta a todas las tecnologías, al gas natural y al petróleo, de cara a hacer posible la descarbonización.
El presidente de Repsol opinó que la “terrible y no justificada” invasión rusa de Ucrania ha reubicado al Viejo Continente en el mapa geopolítico, e insistió en que hay que apostar por la autonomía energética y no dar pasos atrás con políticas probablemente “bienintencionadas”, pero a veces poco realistas.
“Ucrania ha puesto de manifiesto que Europa es una multitud de Europas. Ahora es el momento de replantear lo que hace 30 años ya se presentaba como un objetivo que no fuimos capaces de conseguir”, precisó.
Brufau se cuestionó “si es realista” fiar la recuperación de la crisis y la transición energética sólo a la electrificación con renovables “sin tener en cuenta otras tecnologías que hacen posible la descarbonización” como los biocombustibles, los combustibles sintéticos o los bajos en carbono.
De igual modo, piensa que es un error no valorar el “papel que el gas natural y el petróleo tienen que jugar durante muchos años”.
En su opinión, hay que diseñar las rutas para llegar a un modelo descarbonizado en 2050 desde la neutralidad tecnológica sin “dogmas” ni “ideologías”, y garantizar que no se producen “desabastecimientos” o “incrementos inasumibles de los precios energéticos”.
Instó a las autoridades europeas a preocuparse por ser dependientes también en materiales y componentes críticos, advirtiendo de los riesgos de confiar la transición energética sólo a las renovables.
Y es que, al tratarse de “energía desobediente” en la que “no tiene ningún impacto el factor humano porque el hombre no decide cuando producirla”, necesita de “una gran cantidad de inversiones”.