El Ejército del Aire desclasifica imágenes del desastre de Palomares
Se han expuesto en la facultad de Humanidades de la Universidad de Almería
Es imposible precisar un porcentaje de lo que nos ha llegado de aquellos día de 1966 en los que Almería estuvo a punto de desaparecer a causa de la caída de cuatro bombas nucleares en Palomares mientras el Ejército del Aire de Estados Unidos (USAF) realizaba una tarea de repostaje. Los distintos gobiernos españoles, desde la dictadura de Franco hasta la actualidad, han apostado por la censura desde entonces tanto para la información como para las imágenes.
En el apartado gráfico, aunque a cuentagotas, cada vez hay más elementos visuales con los que poner imagen a aquellos días. Las últimas fotografías en desclasificarse proceden del Archivo Histórico del Ejército del Aire. Las instantáneas se pueden encontrar estos días en una exposición en los edificios A y C de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Almería.
El comisario de la muestra es José Herrera Plaza, que se encuentra inmerso jornadas organizadas por la facultad tituladas La Guerra Fría en 1966: Palomares y Villaricos. Las jornadas se alargarán durante el mes de abril y mayo con relevantes conferencias, debates y proyecciones. “El accidente de Palomares se ha basado de una historia oficial confeccionada por los Estados Unidos y la dictadura franquista a espaldas de los afectados. La historia oficial es impostada”, asevera el investigador almeriense José Herrera, creador del documental Operación Flecha Rota.
“Nos hemos ido enterando de algunos detalles debido a las desclasificaciones que se han dado en los últimos 20 años”, añade Herrera, argumentando que “Palomares no es un tema del pasado, no es pretérito, es una historia inacabada, sin final y con mucho presente y futuro. Hay una problemática radiológica que deben asumir todos los partidos políticos sin más censuras”.
En las imágenes que se acaban de declasificar se muestra cómo la Junta de Energía Nuclear amplió los reconocimientos sobre los animales de tiro y ganado con el detector de radiactividad alfa, denominado popularmente La Plancha.
En otra de las fotografías, se muestra la unidad móvil de la Junta de Energía Nuclear que realizaba mediciones de plutonio en el aire, debido a los fuertes vientos de aquel invierno de 1966 que podrían haber trasladado partículas radiactivas a otras zonas de la provincia.
También se expone el cráter de la bomba 2. Tenía más de seis metros de diámetro por tres de profundidad. Esta imagen permite constatar la medida unilateral del Ejército del Aire de los Estados Unidos de tapar esa zona muy radiactiva con una capa de tierra. Se trata, por lo tanto, de la única foto conocida sobre el compromiso de raspar los primeros cinco o 10 centímetros para quitar el plutonio. La medida más eficaz comprometida solo se aplicó de manera testimonial.
“La censura franquista sigue viva sobre gran parte de los documentos de Palomares. Es un hecho realmente vergonzoso. Lo que se ha hecho hasta ahora es prometer. Los norteamericanos se niegan a llevarse nada”, así de tajante se mostraba Juan Carlos Pereira Castañares, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense, tras realizar un análisis del accidente de Palomares dentro de su conferencia ¿Accidente aéreo de Palomares? Guerra Fría, franquismo y amenaza nuclear. Sus palabras se ven avaladas por la Ley de secretos oficiales de 1968 y el conocido como acuerdo secreto de Moratinos, que se alcanzó en 2010 con la Administración de Barack Obama.
El material que se ha desclasificado en España sigue siendo una mínima parte