Sánchez intentará convencer a Aragonès de que ni ordenó ni conocía el espionaje
El presidente buscará encauzar la crisis con este argumento en la reunión cara a cara pero ERC quiere dimisiones y desclasificar documentos
El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, intentará encauzar con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, la crisis por el espionaje a dirigentes independentistas y que ha abierto tres frentes: los problemas con ERC, otra desavenencia entre los socios del Ejecutivo y roces dentro del ala socialista.
Sánchez y Aragonès coincidieron el viernes en Barcelona en la clausura de las jornadas anuales del Círculo de Economía y mantuvieron una breve charla informal durante la que el presidente del Gobierno aceptó la petición del máximo responsable de la Generalitat de concertar un cara a cara ante unos hechos que éste considera “muy graves”.
En los últimos días ya se habían sucedido peticiones de Aragonès, de otros responsables del Govern y de ERC para fijar ese encuentro, pero no fue hasta la charla de Barcelona cuando Sánchez se comprometió a mantenerlo próximamente.
El president apeló a la urgencia de esa entrevista y fuentes del Gobierno asegura que no hay pretensión de “dar largas” a la misma, sino que los gabinetes de ambos buscarán una fecha para que, en función de sus agendas, puedan verse lo antes posible.
Afirman que Sánchez intentará convencer a Aragonès de que ni ordenó ni conocía el espionaje al que fue sometido por el Centro Nacional de Inteligencia.
Fue la directora de este centro, Paz Esteban, quien el pasado miércoles desveló ante la comisión de secretos oficiales del Congreso que una serie de dirigentes independentistas, entre ellos el presidente de la Generalitat, habían sido espiados por el CNI pero siempre con autorización judicial.
Sánchez, según las fuentes del Gobierno, explicará a Aragonès que la actuación del CNI no implica automáticamente que el Ejecutivo ordene determinadas escuchas o que sea informado de ellas. Con esas explicaciones desea encauzar la crisis abierta entre el Gobierno y uno de sus socios habituales como es ERC, aunque asume el Ejecutivo que quizás eso no sea suficiente para darla por resuelta definitivamente.
Entre las peticiones de Aragonès están que se desclasifiquen los documentos que avalaron el espionaje a Aragonès y que se asuman responsabilidades, es decir, que haya dimisiones.
Una petición a la que se ha sumado Unidas Podemos evidenciando otra de las vertientes de la crisis como es el nuevo choque entre los socios del Gobierno.
No se conforman con un hipotético cese de la directora del CNI, sino que apuntan directamente a la ministra de Defensa, Margarita Robles, de cuyo departamento dependen los servicios secretos. El Gobierno no cerró la puerta durante la semana a una posible salida de Paz Esteban del CNI ya que ante las preguntas sobre este asunto tanto a la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, como al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, aseguraron que tenía ahora el apoyo de Sánchez pero evitaron entrar en “futuribles”. Pero Robles, en su comparecencia ante la comisión de Defensa del Congreso, dio todo su respaldo a Paz Esteban, de quien dijo que ha tenido que aguantar “estoicamente” imputaciones que no se corresponden con la realidad.
En el Gobierno se afirma que el puesto de Robles “no está en el alambre” pese a las peticiones de dimisión de ERC y de Unidas Podemos. Tampoco creen que abone su cese el cruce de declaraciones esta semana con otros miembros del ala socialista del Ejecutivo sobre la responsabilidad de la seguridad de los teléfonos móviles de Sánchez y del resto de miembros del Gabinete.
Un debate generado después de que se hiciera público que los terminales de Sánchez y de la ministra de Defensa sufrieron ataques por el sistema Pegasus en mayo y junio de 2021.
Por tanto, el espionaje ha provocado tensiones en el seno del Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos, dentro del ala socialista y también entre el Gabinete de Sánchez y socios de investidura como ERC.
Hay tres frentes abiertos: las crisis con ERC y Podemos y los roces entre socialistas
El presidente de ERC ironizó ayer sobre el escándalo del espionaje político y, en una alusión al hecho de que el Gobierno que presidía Mariano Rajoy no logró evitar el referéndum del 1-O (de 2017), afirmó que “nos espían mucho, pero urnas no pillaron ni una”. Junqueras se refuruñi al espionaje político y al referéndum del 1-O en un “encuentro de municipios republicanos” celebrado en Reus (Tarragona), en el