Nuevos enfoques para tratar las comorbilidades asociadas al VIH
Cronificar la enfermedad propicia otras necesidades sobre envejecimiento o salud mental
Cuarenta años después de los primeros casos en el mundo, el diagnóstico temprano y la eficacia del tratamiento han convertido al VIH en una patología crónica, que requiere de un abordaje multidisciplinar para hacer frente a las necesidades actuales de las personas con VIH. Este manejo, pasa en primer lugar, por desarrollar una comunicación fluida entre el paciente y su equipo médico para detectar posibles necesidades no cubiertas y poder hacerles frente lo antes posible. Esas son algunas de las ideas principales trasladadas durante el workshop Actualización sobre VIH: Visión clínica y del paciente, organizado por Gilead Sciences en Madrid y que ha reunido a diferentes expertos para tratar las necesidades del abordaje de la enfermedad, donde los tratamientos también desempeñan un papel fundamental y los esfuerzos se encaminan hacia tratatamientos que vayan más allá de la supresión viral y se adapten a la realidad de cada persona.
Esta realidad se ha visto ref lejada también en la encuesta “Percepción de los médicos de VIH en España sobre el diagnóstico y manejo de las comorbilidades neuropsiquiátricas en personas con VIH” realizada por el doctor Pérez-Valero, entre otros especialistas, y que destaca que las comorbilidades neuropsiquiátricas (CNP) asociadas al VIH, que incluyen el deterioro neurocognitivo y los trastornos neuropsíquiátricos, son una fuente importante de preocupación en la atención a las personas con VIH debido a su gran impacto en la calidad de vida. Así, la mayor parte de los médicos (97,4%) considera que la atención de la salud mental es relevante y que las comorbilidades neuropsiquiátricas están infradiagnosticadas en un 76,6% de los casos. El estudio muestra que el personal médico considera que los pacientes informan poco de las CNP, en un 53,9%.
El Dr. Ignacio Pérez-Valero, de la Unidad de VIH del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, ha analizado estos datos y ha indicado que la incidencia puede verse agravada por la neurotoxicidad de los tratamientos antirretrovirales. En este sentido, ha incidido en que “los trastornos mentales afectan negativamente en la salud del paciente con VIH, quienes pueden desarrollar comorbilidades neuropsiquiátricas y comportamientos poco saludables, como insomnio, miedo, frustración por el estigma asociado a la infección, etc. que afectan a la adherencia al tratamiento”. es distinta. Los médicos suelen subestimar el porcentaje de pacientes con síntomas molestos, como ansiedad, tristeza y fatiga, en comparación con las respuestas que aportan los propios pacientes, por lo que es fundamental insistir en el mejorar la comunicación entre ellos”.
En este contexto, Gilead ha puesto en marcha #MejoratuVIHda, una campaña de concienciación destinada a mejorar la comunicación médico-paciente. Esta iniciativa inicide en la importancia de preparar la consulta y para ello pone a disposición de pacientes y equipos médicos una serie de cuestionarios validados que pueden resultar de gran ayuda para detectar ciertos síntomas y guiar la conversación.