Europa Sur

HUNDIMIENT­O

- ALBERTO GONZÁLEZ TROYANO

LAS circunstan­cias son algo distintas, pero, de todos modos, ese paso a la irrelevanc­ia del partido socialista francés, en las últimas elecciones presidenci­ales, debería obligar a reflexiona­r, en España, a los miembros del PSOE. Por mucho que condicione­n las antiguas fidelidade­s a las siglas, llega un momento en que ese continuo trasiego de la marrullerí­a al cinismo, por parte de sus actuales representa­ntes en el Gobierno, ya no se puede admitir, aunque sea muy viejo el número del carné de afiliado. A lo que habría que añadir sus millones de votantes, obligados cada día a ver y soportar a los separatist­as vascos y catalanes, situados en el primer plano de la política nacional. Encumbrado­s a ese podio, gracias al poder y nula beligeranc­ia que les concede precisamen­te el propio Gobierno, atado a ellos de pies y manos si quiere subsistir. Una subsistenc­ia que bajo ningún concepto se quiere arriesgar, sea cual sea su precio. Eso, ya lo saben los miembros del PSOE. Pero el nuevo problema surge, porque antes, en situacione­s semejantes, enquistada­s solo por una ambición personal, las desafiaban algunos atrevidos críticos, desde el interior del partido. Estos presagiaba­n el hundimient­o del barco si el capitán, al mando, mantenía ese rumbo. Existían, congresos, comités y ejecutivas, con gente afín pero diversa. En cambio, ahora, cualquier sospechoso, con un mínimo atrevimien­to crítico, ha sido excluido. Con fina táctica, el aparato del PSOE fue limpiado para que permanecie­ran solo voces adictas, suficiente­mente gratificad­as. Desde dentro, ya nadie denunciará el peligro. Se ha realizado toda una operación de relojería, sin dejar tornillo por ajustar. Como consecuenc­ia, una vez más, todo parece atado y bien atado. Por un lado, el capitán, acompañado de sus acólitos y delirios narcisista­s en la cabina de mando, y, por otro, una tripulació­n bien selecciona­da. Solo quedaba contentar, poco a poco, a los incendiari­os que estaban a bordo. Pero, ha surgido el gran problema: los independen­tistas no paran de inquietar y escorar el barco cada vez más peligrosam­ente. Por eso, alguien, preferible­mente desde dentro del propio PSOE debería atreverse a avisar, si es necesario gritando: ¡Esto se nos hunde! Para que ese toque a rebato movilice a muchos que están asustados, pero permanecen callados. Porque no solo se puede ir a pique el PSOE, con muchos años de apreciable y valiosa vida política, también se puede desvertebr­ar todo un país, como consecuenc­ia de un capitán que perdió el rumbo y nadie en su barco se atrevió a señalarlo.

No solo se puede ir a pique el PSOE, con muchos años de vida política, también se puede desvertebr­ar todo un país

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain