Primera imagen del agujero negro masivo en la Vía Láctea
● Ocho telescopios obtienen esta foto inédita de Sagitario A*, que está a 27.000 años luz de la Tierra
Los científicos del Telescopio Horizonte de Sucesos desvelaron ayer la primera imagen de Sagitario A*, el agujero negro supermasivo del corazón de nuestra galaxia, la Vía Láctea, lo que constituye una evidencia “abrumadora” de su existencia. Emocionante, histórico o revolucionario fueron algunos de los calificativos utilizados por los investigadores responsables de este hallazgo, que se dio a conocer en varias ruedas de prensa simultáneas en distintos países, entre ellos España.
Este resultado proporciona “pruebas abrumadoras” de que el objeto es sin duda un agujero negro, un lugar del espacio de donde nada puede escapar, ni siquiera la luz, y aporta valiosas pistas del funcionamiento de tales gigantes, que supuestamente ocupan el centro de la mayoría de las galaxias.
Anteriormente, la comunidad científica ya había observado estrellas orbitando alrededor de algo invisible, compacto y muy masivo en el centro de la Vía Láctea. Estas órbitas permitían postular que este objeto –conocido como Sagitario A* o SgrA*– era un agujero negro, y esta imagen proporciona la primera evidencia visual directa de ello.
Aunque no se puede ver el agujero negro en sí, porque está completamente oscuro, el gas brillante que lo rodea tiene una firma reveladora: una región central oscura (llamada sombra) rodeada por una estructura brillante en forma de anillo.
La nueva imagen, en la que se observa un anillo no perfectamente esférico amarillo y naranja, con tres puntos más brillantes, capta la luz curvada por la fuerza gravitatoria del agujero negro, cuya masa es cuatro millones de veces la del Sol. “Es un momento importantísimo, es el siguiente nivel. Misión cumplida, sí, pero hay mucho trabajo aún por hacer”, señaló J. Anton Zensus en la rueda de prensa del Observatorio Europeo Austral en Garching (Alemania).
Para obtener las imágenes de este agujero a unos 27.000 años luz de la Tierra, se creó una red de ocho observatorios de radio, anteriormente construidos con otros fines, combinados para formar un único telescopio virtual “del tamaño de la Tierra”, uno de ellos en Sierra Nevada.