La ley de cambio climático cumple un año sin pena ni gloria
● El movimiento ecologista valora algunos avances, pero afea la “falta de ambición” y las “promesas vacías”
Cuando se cumple un año desde la aprobación de la ley de cambio Climático y Transición Energética, el movimiento ecologista valora algunos “grandes avances”, sobre todo en el impulso renovable, pero afean la “falta de ambición” del texto y la demora en la tramitación de medidas concretas para lograr los objetivos.
Así lo aseguraron diversas voces conser vacionistas, que aunque en su mayoría celebran que haya una ley con la que exigir a las instituciones políticas combatir la crisis climática, denuncian que se ha quedado en “promesas vacías”, en palabras del portavoz de Juventud por el Clima, Sergio Aires.
Para este activista, la ley alienta el “crecimiento verde”, sin cuestionar “el extractivismo” y el nivel de consumo y de vida que forman parte del problema del clima.
Las fuentes consultadas coinciden en criticar que el texto normativo nació poco ambicioso, al plantear objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) –un 23% para 2030 respecto a los niveles de 1990– muy inferiores al 55% que recomienda la comunidad científica y que ha propuesto la UE.
El presidente de la Comisión de Transición Ecológica del Congreso de los Diputados, Juantxo López de Uralde, considera que “un año es un plazo demasiado temprano para juzgar la eficacia de una ley”, y defiende que, aunque “queda mucho por hacer”, es una medida “muy relevante” en el impulso de la transición energética.
Desde WWF, su responsable de clima y energía, Mar Asunción, también reconoce los pasos hacia adelante, por ejemplo, en el ámbito de la ef iciencia energética, pero alega que “no nos consta que haya habido avances” en el desarrollo de otras medidas que debían haberse adoptado antes del primer aniversario.
Entre esas obligaciones i ncumplidas, Asunción menciona la propuesta de refor ma del marco nor mativo del sector eléctrico que impulse la par ticipación ciudadana, las medidas de coordinación, seguimiento, evaluación y publicidad de los datos del inventario de GEI o la estrategia del agua para la transición ecológica.